Capítulo 41 - Michael

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Pero no me importa

Michael y Mia observaron en silencio cómo Lauren dejaba el apartamento.

– Bueno, ¿qué opinas de ella? – preguntó Mia.

– Es una buena pregunta. Indudablemente no es una persona convencional. Aunque, sinceramente, ya me lo esperaba.

– Ajá. ¿Qué vas a hacer ahora?

– Tengo que ir a la facultad, aunque con el día que ha amanecido preferiría morirme antes que ir.

– Sí que estás contento con la mañana de este 25 de febrero de 2.157, ¿no?

– ¿Debería estar contento? Tengo a una loca con poderes en mi casa que podría matarme y a la que no puedo echar.

– Tú no, pero Lauren sí.

– ¿Insinúas que volverá aquí?

– Supongo que sí que volverá. Y no puedes negarlo; te gusta que esté aquí. He visto cómo la miras. Nunca te había visto mirar así a nadie. Con una mezcla de desconcierto y fascinación. Además de mirarle el cuerpo, obviamente.

– ¿Por qué insistes tanto en ese tema? ¿Por qué insistes tanto en que esté perdidamente enamorado de Lauren?

– Porque es lo que los hechos han dado a entender. Tú estabas mucho más interesado por su vida que yo. Inquirías en temas que no había tocado, mientras que, dentro de que yo le hacía muchas menos preguntas, se las hacía sobre los temas de los que nos hablaba.

– Sí, pero... No sé qué opinar acerca de ella. Creo que es peligrosa.

– Es que es peligrosa. Es una asesina que ha venido del futuro. Pocas personas más extrañas te encontrarás alguna vez. Pero, aunque intentes negarlo, hace que sea más interesante. No es precisamente una persona del montón. Y le gusta la Química, como a ti.

– Igualmente, es una absoluta locura. Además, se ha acostado contigo. Creo que eso cierra bastantes de mis posibilidades.

– No te preocupes por eso, es bisexual. Ella no juzga en ese tema.

– De un modo u otro, es una locura. Además, ¿no crees que sería un poco raro enamorarme de una persona que se ha acostado con más mujeres que yo?

– Eso te da igual y lo sabes. Lo que pasa es que no quieres admitir que yo tengo razón.

– No soy tan inmaduro.

– ¿Estás seguro? Estás renunciando a una mujer impresionante sólo porque no quieres admitir que yo tengo la razón en este tema.

– Estás exagerando.

– Bueno, ya veremos. Pero recuerda que Murphy dijo que tú tienes lo que su cuerpo y su mente necesitan. Tal vez no seas tú quien se le eche encima, sino que sea ella quien se te eche encima a ti.

– ¿Por qué insistes tanto en que nos acabaremos acostando?

– Michael, yo no soy psicóloga profesional, pero sí que sé bastante de Psicología. He visto no sólo cómo la miras, sino también cómo te mira ella. Ella me habló de que odiaba a la gente del futuro, y que este odio era recíproco. Pero contigo no le sucede eso. Si no está enamorada de ti, es sólo cuestión de tiempo. Pero debes tener cuidado. El tiempo se precipita sobre nosotros como un alud.

– ¿A qué te refieres con eso?

– No debes olvidar qué ha venido Lauren a hacer en esta realidad temporal. A desentrañar los misterios que encierran la Nueva Guerra Fría y la Guerra de las 57 Tormentas. Pero cuando ella tenga lo que quiere, se marchará.

8 St-NYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora