La vista que había desde esa roca era increíble, era un lugar maravilloso. Parecía mentira estar en ese lugar, era hermoso, veía cómo las aguas de las cascadas seguían su flujo en el río que recorría toda la isla de Elentroia. Por un momento sentí que me había teletransportado a un mundo paralelo donde nada de esto estaba pasando, donde podía contemplar esa vista sin estar en esa situación de vida o muerte, sentía como si esa vista fuera una más en la lista de los costosos viajes que papá había pagado más de una vez, solamente con la intención de vernos a mi hermano y a mí felices disfrutando de unas buenas vacaciones. Miré mis manos y el traje ya no estaba, analicé mi cuerpo y tenía puesta mi ropa de civil, era la misma que había utilizado un día de esa misma semana para ir a la universidad, mis pantalones negros un poco rotos en las rodillas con esos botines de cuero que tanto me había costado conseguir, también ese suéter color vino que un chico que se había vuelto cercano a mí me había prestado, y por supuesto mi mochila azul. Logré olvidarme de la realidad, aunque fuera por unos segundos.
Así fue, hasta que una vez más sonó el comunicador.
—Johana, la jugadora número 69, perteneciente al Equipo Marrón, ha sido eliminada. —Dijo aquella voz que me estaba comenzando a parecer irritante.
Fue en ese momento cuando puse nuevamente los pies sobre la tierra. No había ropa de civil, el suéter de aquel chico no estaba conmigo, solamente estaba yo en aquellas cascadas, y tenía que cumplir la misión por la que estaba ahí, la misión por la que había dejado a mi hermano.
Bajé de esa roca y seguí buscando, no había nada que me detuviera, incluso comencé a excavar pequeños huecos en la tierra, quizá estaría por ahí. Cuando me cansé de hacer eso seguí buscando en los arbustos, y por fin la había hallado, mi búsqueda no había sido en vano, encontré la inmunidad. Tenía la forma de una moneda, era del tamaño de mi mano. Su color era muy similar al de la arena blanca de la Playa Principal.
Me sentía aliviada, había logrado mi objetivo. Pero esa sensación desapareció casi al instante, cuando detrás de mí escuché cómo unas rocas crujieron. Era obvio, alguien más estaba en ese lugar, no estaba más sola. Volteé lentamente y de inmediato me di cuenta de que no me había equivocado, un hombre estaba apuntándome con un fusil de asalto. Era el fin, sabía que estaba acabada. No debí dejar a mi equipo, pero era muy tarde para arrepentimientos, ese era el fruto de mi decisión, lo arriesgué todo y perdí. Yo sería la siguiente en ser eliminada, conmigo ya serían cinco los muertos en ese juego.
Solamente esperaba el impacto de las balas, cerré mis ojos y de inmediato se presionó un gatillo, cuatro balas habían sido disparadas.

ESTÁS LEYENDO
Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Ciencia FicciónEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...