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El Juicio

Los guías fueron en busca de los equipos después de haber culminado el tiempo de descanso y práctica —en el caso de los combatientes—, aproximadamente a las cuatro y media de la tarde. Ya todos los jugadores estaban en la Arena, el ambiente era pesado, los Maestros estaban ya sentados cada uno en su respectivo trono, el Vocero estaba delante de ellos, estaba de pie, quieto, como ya era usual, seguramente esperaba que el reloj marcara alguna hora para dar inicio. Los miembros activos de cada equipo ocupaban sus lugares, solamente hacían falta dos jugadores, uno del equipo Morado, el otro del equipo Marrón.
Isabela no soltaba la mano de sus dos amigas, Alicia y Marianela. Estaba llena de nervios en ese momento. Deseaba no tener que presenciar ese momento.

—Los dos equipos escogieron a un hombre. —Dijo Joshua a Sebas y Adriana, que estaban a su lado.
—Siento que mi corazón se va a detener. —Se notaban los nervios y ansiedad en Adriana.
—Estar aquí me recuerda al Reto a los Maestros, y lo mal que eso terminó. —Agregó Sebas.
—Tienen razón, es duro estar aquí. No me imagino cómo se sienten los jugadores que saldrán a pelear. —Joshua se sentía afortunado de que su equipo lograra salvarse.

Los rojos estaban tranquilos, hasta parecía que estaban esperando el comienzo del Juicio. Elías no podía —ni quería— ocultar la satisfacción en su rostro al ver que su plan había sido un éxito, que su grupo de Batalla de Gravedad se había movido a su placer. El capitán rojo miraba por lapsos al equipo Verde, incluso llegó a hacer contacto visual con Isabela, que notó la acción del rojo, este le sonrió de manera amistosa, la jugadora verde devolvió la sonrisa, aunque con algo de vergüenza, o sospecha.
Alicia vio lo que había pasado.

—No le hagas caso a él. —Susurró a Isabela.
—Solamente nos sonreímos, no pasa nada... —Explicó Isabela.

El Vocero dio un paso hacia delante, era momento de comenzar la ceremonia.

—¡Silencio en la Arena! —Ordenó, aun cuando era evidente que el silencio ya se había hecho presente desde antes. —Sean todos bienvenidos. Todos saben qué estamos haciendo en este lugar. Lo bueno es que esta vez ninguno de los Maestros tendrá que levantarse de su trono. —Dijo con un tono irónico. —El equipo Marrón y el equipo Morado han perdido la Batalla de Gravedad, por lo que han sido sentenciados al Juicio, solamente un equipo podrá salvarse de perder a un jugador en esta etapa de Elentroia. Procederé a explicar las reglas. —Como ya era costumbre, guardó silencio un par de segundos antes de volver a hablar. —Gana el combatiente que queda en pie. Cualquiera de los dos podrá cambiar de arma después de los tres minutos de haber comenzado el duelo, para ello solamente debe tomarla de la plataforma, eso sí, el combate no se detiene, por lo que el otro combatiente podrá seguir atacando. Mientras el duelo se esté efectuando, el resto de los jugadores, Maestros, y Vocero, tendrán la obligación de guardar silencio, los únicos que pueden hablar son los combatientes, el duelo no se detiene bajo ningún motivo. Es un duelo a muerte, por lo que está prohibido contenerse de eliminar al otro combatiente, en caso de suceder esto, ambos quedarán descalificados, por lo tanto, ambos pagarán con su vida.

Justo cuando el Vocero finalizó, las puertas laterales de la Arena se abrieron, de ellas salieron los combatientes. El Vocero los presentó.

—Por parte del equipo Marrón, el jugador número 64, Pablo, combatirá. Por parte del equipo Morado, el jugador número 12, David, combatirá.

Ambos portaban una espada y un escudo iguales a los que se usaron en el Reto a los Maestros, cada uno con el color de su equipo.
Para muchos fue extraño ver que un jugador que no había participado en la Batalla de Gravedad estuviera en la Arena. Esto se debía a que el jugador se había ofrecido como voluntario, su argumento fue que él estaba totalmente descansado, según sus palabras no veía justo que aún después de haber dado todo por el equipo, uno de los jugadores participantes en la Batalla de Gravedad tuviera que ir al Juicio. Para él, sus compañeros no merecían el castigo de ir al Juicio por haber intentado dejar a su equipo en alto.
Por el lado de los morados, Cristina estaba dispuesta y lista para representar a su equipo, pero David, que honraba a su capitana, pidió a sus compañeros que le dieran la oportunidad de ir al Juicio, en vez de ella, que era de mayor importancia para el equipo.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora