Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]

3.11

Mateo

Los jugadores ya estaban acostumbrándose a despertar muy de mañana, aun así fuera día de descanso. Todos salían del salón, y era el turno de Isabela, a la que la curiosidad la invadió cuando vio que su hermano y Alicia le echaban un ojo al Mapa de Elentroia.

—¿Qué harán ustedes hoy? —Preguntó con una sonrisa. Se le veía muy de buenas.
—Alicia y yo pasaremos el día juntos... — dijo, aunque reaccionó de inmediato, no quería que malinterpretaran sus palabras —o sea, vamos a estudiar el Mapa, planear nuestra siguiente movida, por si es que tenemos que volver a la isla mañana.
—¿Qué pasó con la orden que diste de tomarnos el día? —Siguió su hermana.
—Bueno, alguien tiene que hacer la tarea, y Alicia se ofreció a ayudarme. —Respondió con una sonrisa.
—No... no te creo. —Dijo dudando.

Alicia miró a Isabela esperando que no abriera su boca con respecto a lo que habían hablado durante el entrenamiento y los días posteriores acerca de Mateo. Alicia lo admitió, sí sentía algo por él, pero el temor de que no fuera mutuo existía.

—Es en serio. —Frunció el ceño a su hermana lo más disimuladamente posible, así tal vez pararía con el tema.
—Está bien, espero que puedan «planear» mucho. —A sus comillas enormes la acompañaba una sonrisa llena de: «no creo ni una palabra de lo que dices».
—¿Tú qué harás? —Preguntó Mateo justo cuando Isabela estaba por salir del salón. Su hermana se volteó.
—Veré a un amigo para hablar un rato.
—¿Joshua? —Alicia le devolvió el favor de incomodar la situación.
—Bueno, si me lo encuentro estaría genial pasar el rato con él también. —Respondió sin titubear.
—Cuídate. —Mateo tenía una mirada de sospecha.
—Tranquilo. Ustedes igual. —Sonrió y se fue.
—¿Qué hay entre mi hermana y Joshua? —Preguntó Mateo de inmediato a la que era la mejor amiga de su hermana en la isla.
—¿Qué? —Alicia se sorprendió de la acelerada pregunta.
—¿Le gusta? ¿Por qué le preguntaste por él?
—No te voy a contar lo que tu hermana y yo hablamos en privado. —Rio Alicia.
—Es que nunca se sabe las intenciones de los demás jugadores, no quiero que le hagan daño.
—Oye, te recuerdo que él literalmente le salvó la vida a tu hermana el primer día. No tiene malas intenciones con ella.
—Si lo dices así...
—Tranquilo, es buena persona, como tú, como yo, como tu hermana. —Sonrió con seguridad.

Ninguno de los pudo decir que no la pasó bien con la compañía del otro, más allá de estudiar el Mapa y planear estrategias que podrían servir en el futuro, hubo tiempo para bromear, reírse y conocerse más, la conexión que había entre ambos era muy grande. Mateo la veía como su co-capitana, no lo dejaba solo en esa tarea de llevar al equipo a la victoria, eso la hacía más especial delante de sus ojos.
Él transmitía confianza a Alicia. Se sentía segura si él estaba cerca, dentro y fuera de los momentos de juego, sabía que él no iba a dejar atrás a ninguno de sus jugadores, que daría su vida para salvar la de otro, cuando ese día le explicó por qué quiso sustituir a Isabela en la Batalla de Gravedad, entendió que no hubo mala intención en su corazón, y, aunque se equivocó a la hora de hacer la solicitud haciendo que todos malinterpretaran sus palabras, halló que había humildad en su corazón para pedir perdón a todo el equipo. Eso era de admirar para Alicia.
Analizaban el Mapa, había silencio en el salón. Mateo por momentos desviaba su vista hacia a Alicia, trataba de ser lo más sigiloso posible, claro que ella lo notó, era evidente y cada vez la miraba más tiempo.

—¿Qué pasa? —Preguntó con vergüenza.
—Nada, disculpa.
—Oh no, no me dejes con la intriga, voy a pensar que tengo un moco en la cara.
—¿No sabes por qué Isabela cree que hay algo más entre nosotros? —Soltó sin pensarlo.
—Vaya, no sé qué contestar. —Reía nerviosamente. —No lo sé, ¿tal vez ha visto algo? —Supuso. Ella sabía la verdadera razón.
—¿A qué te refieres?
—Ja, ja, no sé, es tu hermana, tú la conoces mejor...
—¿Crees que Isabela piensa que me gustas?
—Pues... —a Alicia se le olvidó cómo hablar por los nervios —, no lo sé, dime tú ¿qué piensas?