Isabela
—Me equivoqué, lo sé... no sé qué pasaba por mi cabeza, es sólo que la situación me consumió... siempre supe la clase de persona que es él... Elías. Su capacidad para entrar en la mente de los demás es sorprendente. A pesar de saber que estaba equivocada nunca quise darles la razón, ni a ustedes ni a nadie, todo por orgullo. Todo lo que pasó ayer es completamente mi culpa. —Mis ojos comenzaban a contener las lágrimas. Era difícil dar la cara después de lo que pasó. —Tres de nuestros compañeros murieron... todo fue mi culpa —mi voz se quebró —, no hay nada que yo pueda hacer para que ustedes me perdonen, para que Carlos, Angie o Daniel me perdonen...
Todos estaban sentados en un sofá frente a mí. No sabía cómo sentirme, eran muchas emociones juntas, sentía que el corazón y la mente me iban a explotar. Deslizaba mis dedos por mi brazo a la hora de hablar, esto por los nervios.
—¿Elías en algún momento abusó de ti? En cualquier aspecto, sea físico o mental. —Preguntó Mateo.
—No. —Respondí con seguridad. —Elías, aun siendo quien es, nunca abusó de mí, tampoco me amenazó en ningún sentido. Nunca abusó de la confianza que había. Honestamente es extraño de pensar, a pesar de su carácter nunca me hizo nada malo... en lo que cabe, claro. Pensaba que estaba enamorado de mí, y por eso se comportaba diferente conmigo.
—¿Tú y él alguna vez...? Ya sabes, ¿intimaron? —Preguntó Alicia.
—¿Qué? No. Claro que no. —Me sorprendió la pregunta. —Nunca accedí a hacer eso.
—Nos traicionaste. Fueron días difíciles, Angie, mi mejor amiga en la isla, pagó por tu error. —Culpó Diana.
—Perdón... —Bajé mi rostro, no podía verla a la cara. Unas cuantas lágrimas se desbordaron.
—Daniel era mi mejor amigo, es duro saber que ya no está aquí. —Habló Francisco.No podía ni hablar, simplemente comencé a llorar.
—Pero de no ser por ti, todos los azules estarían muertos, y posiblemente todos nosotros también. —Agregó. —Nuestros compañeros murieron en combate, peleando por lo que era correcto.
—Francisco tiene razón. —Era el turno de Bryan. —A final de cuentas hiciste lo correcto, confesaste todo lo que sabías, le demostraste a Elías que ya no le tienes miedo.Por supuesto que las palabras de mis compañeros estaban llenas de frialdad, a pesar de que decían que había hecho lo correcto era evidente su enojo, y en serio los comprendía, solamente esperaba que con el tiempo lograran perdonarme. Eso era importante para mí.
Logré detener mi llanto.—Siempre supe que Elías es un monstruo, ahora sé que debemos acabar con él. No hay otra opción. —Los miré mientras secaba mis lágrimas.
Mateo no dejaba de mirarme. Se veía un sentimiento de tristeza en él, también se veía la compasión hacia mí en sus ojos.
—Bienvenida de vuelta a tu equipo. —Dijo finalmente. Después habló a todo el equipo. —Nuestros compañeros ya no están con nosotros, pero se han ido como héroes... no será en vano. Se lo he prometido a los tres. —Hizo una pausa. —Ahora me toca enfrentar el Juicio contra los rojos y ganar para cumplir esa promesa. —Cambió el tema.
Todos lo miramos.
El que Mateo enfrentara el Juicio no fue de discusión, en la isla él dejó que los azules ganaran la inmunidad antes que nosotros y los rojos, por eso decidió que él pelearía. No iba a dar la oportunidad de que otro fuera, era irrefutable. Además era casi un hecho que Elías iría al Juicio en nombre de los rojos, era una clara oportunidad para acabar con él.
El Juicio sería el día siguiente, pues llegamos tarde la noche anterior a la Base de Vida —ni siquiera hubo cena en la Sala Principal, lo único que deseábamos era llegar a nuestros salones y descansar—. Necesitaban que todos recuperáramos nuestras energías, sobre todo los jugadores que pelearían, así que tuvimos ese día libre.
Nos despedimos de nuestros compañeros en una de las pequeñas islas que estaban entre la Base de Vida y la Playa Principal. Los tres cuerpos descansaban sobre una cama de hojas a la altura de nuestras cinturas. Fue un momento realmente triste y devastador. Yo no iba a dejar de sentirme culpable por todo.
Mientras hablábamos alguien tocó la puerta de nuestro salón, Bryan abrió, era el Maestro Verde.
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Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Science FictionEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...