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Isabela

Era el día, el momento de terminar con el juego, teníamos la Tabla de la Vida y solamente necesitábamos que la Estatua se activara. Llegamos media hora antes del evento, desde entonces esperábamos en el auto, donde estábamos seguros.
El comunicador se activó.

—La Estatua de la Vida ha sido activada. —Dijo aquella voz.

Se podía ver desde la lejanía cómo alrededor de la base de la Estatua de la Vida emergió un panel dividido en siete, con una ranura en cada división para colocar la Tabla, cada división tenía el color de un equipo.

—Bien, llegó el momento. —Dijo Mateo. —Bajen del auto, iré yo solo.
—¿Qué hacemos mientras tanto? —Preguntó Bryan.
—Esperen aquí, no se ve a ningún equipo cerca. No tardaré más de dos minutos en ir y volver.
—Entendido. —Habló Alicia.

Bajamos del auto y rodeamos un árbol de espaldas, así tendríamos ojos vigilando en todas las direcciones.
Mateo llegó al Centro del Mundo, y puso su mano en la ranura verde, la Tabla se materializó ahí.

—Equipo Verde, han finalizado el juego: Las Tablas de la Vida. A partir de este momento recibirán escudo ilimitado. Pronto una de nuestras aeronaves los recogerá en la ubicación que ocupan actualmente. —Informó aquella voz en el comunicador.

Mateo volvió de inmediato.
No podía dejar de sentir completa felicidad y paz en el momento en que nuestras armas se desmaterializaron y el indicador de escudos aparecía con el símbolo de infinidad, por fin ese tormento había finalizado, habían sido los días más largos de mi vida. Ahora solamente esperaba que tanto el equipo de Elías como el de Joshua también lo lograran.

—Lo hemos logrado, equipo. —Mateo tenía una sonrisa de oreja a oreja desde el momento que se bajó del auto.
—Por fin podremos volver a la Base de Vida. —Exhaló Alicia.
—Solamente queda esperar a que venga el taxi por nosotros. —Dijo Daniel. Todos lo acompañamos de una risa. La tensión del juego había terminado momentáneamente.

Joshua

El auto que usó el equipo Verde para colocar la Tabla en la Estatua de la Vida se alejaba con la misma velocidad que había llegado. Recibimos un mensaje del comunicador diciendo que el que atacara al equipo Verde quedaría descalificado.
Era nuestro turno, pensaba ir solo, pero como era de esperarse, los chicos se opusieron, Marcos y Sofía irían conmigo. Los que se quedaban nos cubrirían las espaldas, sólo por si acaso.
Comenzamos a correr hacia la Estatua de la Vida, en el camino, el equipo Morado también se acercaba. Comenzaron a dispararnos a pesar de que nosotros íbamos de manera pacífica, tal vez lo hicieron con la intención de no dejarnos espacio para atacarlos, no conocían nuestras intenciones, tampoco podían confiar en nosotros, todos pensábamos lo mismo y nuestra seguridad estaba por delante de todos. Tuvimos que responder, pero ni siquiera teníamos tiempo para apuntar, no eran nuestra prioridad, como sí lo era dejar la Tabla. Ni siquiera Ricardo, con su francotirador lograba acertar. El equipo Morado fue muy preciso en sus rápidos disparos, destruyeron dos de mis escudos, tres a Sofía y uno a Marcos.

—¡Chicos, ayuda! —Dije a Ricardo y Dayanna. Comenzaba a preocuparme.
—Descuida, lo tenemos. —Dayanna estaba tranquila. Usó el repuesto de escudo universal.

Habíamos restaurado nuestros escudos. Segundos después llegamos a la Estatua de Vida, y colocamos nuestra Tabla.

—Equipo Azul, han finalizado el juego: Las Tablas de la Vida. A partir de este momento recibirán escudo ilimitado. Pronto una de nuestras aeronaves los recogerá en la ubicación que ocupan actualmente. —Habló el comunicador.

Los morados por fin llegaron y colocaron su Tabla. La capitana desactivó su yelmo.

—El Equipo Morado ha finalizado el juego: Las Tablas de la Vida. Y, a partir de este momento recibirá escudo ilimitado, si un jugador ataca a uno de sus miembros, todo su Equipo será descalificado. —Era el mismo mensaje que nos dio cuando el equipo Verde lo logró.
—Lo siento... Sabes que no es nada personal. —Me miró la capitana.
—Lo entiendo. —Respondí. Ya no me importaba, el juego había terminado, estábamos a salvo.

La capitana afirmó con la cabeza y comenzaron a retirarse del lugar. Nosotros estábamos por hacer lo mismo, y miré una vez más la estatua, sólo para asegurarme de que verdaderamente lo habíamos logrado.
Vi algo que no cuadraba en la escena.

—Mierda... —Dije con preocupación.
—¿Qué pasa, Joshua? —Sofía volteó de inmediato.
—Miren la estatua —señalé —, el panel está dividido en siete. Cuando yo toqué la división azul, se iluminó, como la del color verde, lo mismo pasó cuando los morados lo hicieron.
—¿Qué hay de malo con eso? —Preguntó Marcos que no se enteraba.
—La división roja ya estaba iluminada desde antes que llegáramos.
—Eso es imposible, Joshua. Nosotros llegamos hace bastante y los únicos que se acercaron, fueron los verdes. —Sofía comenzó a sospechar.
—Creo... —tomé aire —, creo que ya sabemos quiénes eliminaron al equipo Amarillo.
—¿Qué acabas de decir? —Cristina se devolvió de golpe.
—Viendo el panorama, es fácil de entender. —Dije.
—¡Esos malditos! —Cristina se enfureció.
—Sé lo que les hizo a sus jugadores en el primer juego... lo siento. —Traté de mantener la calma.
—Esos hijos de puta mataron a dos de mis jugadores.
—Lo siento... —Repetí.
—Capitán azul... Joshua... —me miró con seriedad, sus ojos se habían puesto vidriosos —, tienen que ayudarme a matarlo, ese sujeto es un peligro para todos. —Se refería a Elías.
—Lo vamos a hacer. No eres la única que desea eso. —Aseguré.

Cuando comenzábamos a irnos de ese lugar, el auto que utilizó el equipo Verde volvió a moverse hacia la Estatua, rápidamente llegó, y el equipo Marrón colocó su Tabla. La satisfacción de haberlo logrado se miraba en su rostro, sabían, que se habían salvado de una bala enorme.
Una alarma en el cielo sonó. Se escuchó por toda la isla.
El equipo Naranja se asomó, a pesar de correr con todas sus fuerzas, no lo lograron, el juego había terminado.

—El tercer juego, ha finalizado. —Avisó la voz en el comunicador. —Jugadores, por favor conserven su posición actual, las aeronaves están por llegar. Se les solicita no levantar los cadáveres de los jugadores caídos, el personal se ocupará de eso. ¡Jugadores, es hora de descansar! Equipos que han sufrido de bajas, pronto tendrán la oportunidad de despedirse de sus caídos. —Finalizó.

Nos reunimos con nuestros compañeros, pronto las aeronaves llegaron. Finalmente volvíamos a la Base de Vida.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora