Equipo Rojo
El medio día había pasado hacía ya varias horas.
El equipo Rojo había buscado por casi toda la Ciudad de Kathnar, pero no encontraban la Tabla por ningún lado. El capitán estaba furioso, le parecía lo más estúpido del mundo que los enviaran a buscar en ese lugar sin siquiera recibir un indicio de dónde estaba escondido su boleto para ganar el juego.
El equipo se ubicó en la azotea de un edificio, este era de tres plantas. Melany y Esdras vigilaban el perímetro desde la mira de sus armas: un rifle con mira de Melany, y un fusil francotirador de Esdras. Vigilaban porque había edificios más altos que en el que ellos se situaban, no estaban del todo seguros en ese lugar. Elías estaba un poco distante, pensaba en silencio, trataba de encontrar una forma más eficiente de buscar y encontrar la Tabla lo más rápido posible, pensaba en que otros equipos posiblemente ya la habían encontrado. Si no la encontraban ese día, la misión que se habían planteado iba a ser un completo fracaso.—Veo movimiento, en el suroeste. —Avisó Esdras. —Son... —prestó mayor atención para estar seguro de sus siguientes palabras. —Son dos jugadores del equipo Amarillo.
—¿Disculpa? —Elías rompió su silencio. —¿Qué dijiste? —Preguntó al dudar lo que escuchó.
—Que son del equipo Amarillo. —Reafirmó Esdras.Elías se levantó y se acercó a su jugador lo más rápido que pudo. Le quitó el arma y observó por la mira. Vio cómo los jugadores entraban en un callejón.
—Tengo un plan. —Avisó al instante.
—¿Un plan? —Preguntó Melany con seriedad.
—Vengan, síganme. Rápido. —Ordenó.Los jugadores rojos entraron nuevamente en el edificio y comenzaron a bajar, mientras, el capitán daba instrucciones.
—Esdras, tienes que tener las granadas de hielo a mano. —Dijo. —Cuando estén paralizados, tenemos diez segundos para quitarles los escudos, antes de que el efecto desaparezca. Van a disparar a sus piernas, por si no tienen los tres escudos, así no van a causar una herida mortal. —Fue claro con su última instrucción.
—¿Qué? Capitán, ¿no vamos a matarlos? —Preguntó Daniela.
—Solamente sigan el plan. —Respondió sin dar mayor explicación.
—Entendido. —Dijo, y no hizo más preguntas.Al salir del edificio, se acercaron lentamente al callejón, antes de entrar, Elías los detuvo e hizo una seña para ordenar silencio. El capitán asomó levemente su cabeza, se percató de que los jugadores ya no se encontraban allí. Seguidamente entró y sus jugadores lo siguieron. Daniela estaba confundida, desactivó su yelmo y con sus gestos le indicaba a su equipo que parecía ser que se habían ido del lugar. Elías negó con la cabeza y señaló un contenedor de basura que estaba al final del callejón, seguidamente caminó hacia él, sus jugadores lo siguieron, tenían pasos precisos, ligeros, estaban siempre alerta. Vieron que a un lado del contenedor había una puerta.
—Un almacén subterráneo. —Susurró Esdras.
Elías asintió con la cabeza.
—Están ahí dentro. Vamos a abrir la puerta. —Al igual que Esdras, habló con un susurro que apenas podían escuchar. —Hacer eso causará ruido, por eso nos haremos hacia los lados, lejos de la trayectoria, en caso de que disparen. Esdras, ubícate de manera que puedas lanzar la granada de hielo, como te dije. En el momento que explote vamos a entrar y harán lo que les ordené.
—¿Cómo estás seguro de que les voy a dar?
—El almacén es pequeño, no hay forma de que eviten la detonación. Pareces un maldito novato con esas preguntas. —La forma en la que habló Elías fue agresiva, aun siendo un susurro. —Todos preparados. Melany, necesito tu ayuda. Toma una de las agarraderas, yo tomo la otra y abrimos al mismo tiempo.Todos se pusieron en posición.
—Bien. Uno... dos... tres. —Al finalizar el conteo abrieron la puerta, y ambos se hicieron hacia un lado.
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Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Science FictionEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...