Isabela
Sentía el frío de la habitación recorriendo mi cuerpo desde la planta de mis pies, al mismo tiempo estaba en ese punto medio entre dormida y despierta. En el fondo escuchaba la voz de Mateo que en voz baja trataba de llamar mi atención.
—Isa... Isa, despierta, es hora. —Decía.
—¿Papá ya está despierto? —Aún estaba en ese estado de inconsciencia.
—Despierta, Isa... —Siguió diciendo mi hermano.Por fin mi hermano logró despertarme. Al abrir los ojos me sentí avergonzada por haber preguntado por papá, por un momento creí estar en mi habitación, en casa, con mi familia, pero seguía en ese lugar que ahora era como una cárcel llena de lujos. Estaba devuelta en la vida real. Deseaba que todo lo que había sucedido el día anterior hubiera sido solamente una pesadilla.
Mateo estaba sentado en la cama, a un lado mío.—¿Por qué hace tanto frío? —Pregunté cuando ya estaba espabilada.
—Dejaste el aire encendido toda la noche, por eso te estás congelando. —Dijo con una sonrisa.
—¿No se apagaba automáticamente? —Aún hacía una que otra mueca por el sueño.
—Si lo programas para eso, sí. —Soltó una ligera risa.
—Ahora tiene sentido... —Froté mis ojos. —¿Qué hora es? —Miré el reloj electrónico que estaba en la pared de al lado. Al ver la hora me sorprendí, era muy temprano. —¿Seis y diez de la mañana? ¿En serio, Mateo? ¿Por qué? —Repliqué con voz chillona.
—Agradece que no fuiste la primera a la que desperté. Bryan y Alicia están tomando un baño, deberías hacer lo mismo, vamos a desayunar. —Desordenó mi cabello que de por sí ya estaba despeinado, acto seguido se levantó de la cama.
—¿Por qué a esta hora? —Estiré mi cuerpo. Iba a hacer lo que mi hermano, el capitán, me había ordenado, pero quería saber qué estaba tramando.
—Ve a ducharte, después te explico, cuando estemos listos los cuatro. —Comenzó a irse de la habitación. —¿Trato?
—Lo haces sólo porque sabes que una vez me haya duchado no volveré a la cama. —Entrecerré los ojos.
—Te esperamos. Por cierto, ponte el traje. —Guiñó el ojo mientras sonreía.Cuando mi hermano cerró la puerta de mi habitación, me levanté de la cama, sabía que si usaba la excusa de «cinco minutos más», volvería a dormirme.
El día anterior a ese fue muy agotador. Todavía me sentía cansada a pesar de haber sentido que había dormido por dos años. La Guerra del Poder, correr por esa isla, el casi morir, después haber bailado durante casi toda la noche con la persona que me salvó la vida —que resultó ser un chico muy agradable—, ese tipo de cosas aún pasaban factura a mi cuerpo. Era extraño, los Maestros habían dicho que los trajes mejoraban algunas de nuestras capacidades físicas, pero el cansancio y dolor muscular seguían siendo notorios.
Tomé una ducha rápida, fueron menos de cinco minutos, todo un récord personal, temía que los chicos tuvieran que esperarme mucho tiempo y comenzarán a quejarse. Cuando estuve lista, salí de la habitación, como mi hermano me había dicho. Los chicos ya estaban ahí esperándome.—Vaya, qué rápida, ojalá así fueras en casa. —Molestó Mateo.
—¿Ya responderás mi pregunta? —Sonreí con malicia. —¿Por qué estamos despiertos a las seis de la mañana? ¿Y por qué sólo nosotros cuatro?
—Ayer el Vocero fue muy claro al decir que debíamos aprovechar el tiempo para entrenar. Los desperté primero a ustedes porque, junto conmigo, son las cabezas de este equipo, y necesito que estén en su mejor forma si es que queremos ganar. —Explicó.
—¡Vaya! Qué honor que nos veas como las cabezas, Mateo, de verdad es increíble escuchar eso de tu parte. —Bryan se veía completamente animado por las palabras del capitán.
—Es lo que espero de ustedes, son los mejores en este equipo. —Afirmó Mateo. —Por ahora he decidido que los demás tengan un poco más de tiempo para dormir, por lo menos hasta que nosotros terminemos de desayunar. Después iré a despertarlos, queda en cada uno si acata la indicación, o si decide seguir durmiendo.
—Entendido. —Dijo Alicia.
—Pero ayer dijeron que la Sala Principal abre sus puertas para desayunar hasta las ocho, ¿esperaremos hasta esa hora? —Preguntó Bryan.
—Bueno, aquí tenemos mucha comida, podemos preparar el desayuno. —Respondió Mateo.
—No hay que esperar, entonces. —Sonrió Bryan.
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Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Science FictionEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...