Equipo Rojo
La primera ubicación de los jugadores rojos fue el Taller, tal y como se había establecido. Ellos se sentían diferentes, la vibra dentro de la isla había cambiado, el sentimiento de ser perseguidos y de estar en constante peligro había desaparecido por completo. Ahora se sentían dueños, mejor dicho reyes de la isla. Sabían que otros estaban de su lado, y su capitán confiaba en que pronto se sumarían más y más a su alianza, a su equipo.
No tardaron en armarse, fue una tarea sumamente sencilla, tomaron tres autos, uno en el que viajaban exclusivamente Daniela y Mauricio, que de inmediato partieron hacia El Castillo de Elentroia donde sus aliados les esperaban. Los otros ocho jugadores partieron en busca de un techo donde pasar los días y esperar que fuera el momento de ejecutar la parte más importante de su plan: someter a sus mayores enemigos. Mientras tanto se alojarían en alguna de las casas que estaban camino a la playa.—Sabes que tienes control total de lo que pase en el castillo, tu palabra es la palabra de Dios, o sea, mi palabra. —Sonrió orgulloso de sus palabras. —Tu única responsabilidad es apegarte al plan completamente.
—Así será, capitán. —Aseguró Daniela.
—Tú, apenas consigas la luz, vuelve con los dos jugadores aliados a nuestro punto de encuentro. —Ordenó a Mauricio.
—Cuenta con eso. —Sabía que era uno de los hombres de más confianza de Elías, no le fallaría.En el camino hacia el refugio Melany sentía ansiedad, era consciente de que cosas terribles estaban por suceder y ella se sentía responsable de eso, tenía la información y debía habérsela dicho a los azules y verdes. Pensaba en que de haber salido bien el plan, las personas a las cuales recurrió por ayuda deberían de haber estado ideando algún plan. Si algo malo les sucedía, ella sería responsable por haber fallado en su parte del plan. Ella se sentía aterrada de que Elías tuviera bajo su control a otros equipos además del rojo, no entendía cómo era posible que una sola persona tuviera tal capacidad mental para lograr usar el miedo de las persona que le rodeaban, y que actuaran como él lo deseara. Lo único que quería era alejarse lo más que pudiera de ese monstruo.
Cuando Daniela y Mauricio llegaron al castillo fueron recibidos por los capitanes naranja y marrón.—¿Cómo les fue en el reconocimiento del lugar? —Preguntó Daniela.
—Fue tranquilo, en cuanto llegamos comenzamos la exploración. —Respondió Mario. —Por fuera como ven parece enorme, pero no terminen de sorprenderse, por dentro es aún más grande. —Dijo mientras se acercaban a la entrada.Ya adentro, los capitanes dieron un recorrido rápido por el castillo para mostrárselo a los rojos, todo estaba saqueado por los naranjas y marrones. El pase no estaba siendo de provecho, lo único que veían eran las cosas que según Daniela eran típicas en un castillo, calabozos, grandes habitaciones y cocinas. La roja detuvo el recorrido y le ordenó a los aliados que los llevaran al lugar en donde se encontraban las luces del faro.
—Eso es en el tercer piso. —Informó Mario.
—Llévennos entonces. —Dijo Daniela.Cuando llegaron al dichoso tercer piso vieron siente habitaciones distribuidas en un enorme pasillo. Las habitaciones no tenían puertas y cada uno se distinguía con una alfombra que se encargaba de cubrir todo el piso con un respectivo color.
—¿No ha venido ningún otro equipo? —Preguntó Mauricio.
—Solamente nosotros. —Informó Fiorella.
—Mi teoría es que los demás equipos intuyeron que nosotros íbamos a comenzar el juego en este lugar y vendrán hasta que según ellos nosotros hayamos desalojado la zona. —Dijo Mario.Mauricio se alejó un momento del grupo y recogió la luz de faro, informó a su capitán que le dio la orden de volver con ellos inmediatamente.
—Los jugadores que asignaron para volver conmigo a la playa, ¿en dónde están? —Preguntó Mauricio al volver.
Ambos capitanes llamaron a su jugador. Por parte del equipo Marrón era Fernando, el jugador número 70, por parte del equipo Naranja era Cristina, la jugadora número 65.
Volvieron a la entrada del castillo, Mauricio estaba listo para partir.—Buena suerte en el camino. —Dijo Daniela.
—Llegaremos rápido. —Asintió Mauricio. —Capitán, estamos en camino. —Informó a Elías.
—Muy bien, sean cuidadosos. —Respondió el rojo.Finalmente Mauricio partió junto con Fernando y Cristina.
Daniela miró a ambos capitanes y comenzó a dar órdenes mientras caminaban hacia las habitaciones.—Vamos a dividir a los jugadores para que puedan cubrir las otras habitaciones. Ya ninguno tiene por qué estar en las habitaciones naranja o marrón. —Dijo. —Conmigo somos diez jugadores dentro del castillo. No vamos a custodiar las habitaciones verde ni amarilla.
—¿Eso último por qué? Si es que puedo saber. —Preguntó Fiorella sin sonar arrogante.
—Son órdenes de Elías, si lo dice es porque debe de tener algo más en mente. —Argumentó Daniela. Después siguió explicando el plan. —Yo me encargaré de vigilar la llegada de los demás equipos. Yo no puedo hablar con ustedes por medio del comunicador, por lo que en el momento que otros jugadores se acerquen, yo informaré a los rojos, los rojos informarán a Fernando y Cristina y ellos les dirán a ustedes. La comunicación será igual de eficaz.
—Es una jugada maestra. —Dijo Mario con una sonrisa.
—Elías siempre piensa en todo. —Agregó Daniela al comentario del aliado. —Cuando sea el momento, la habitación azul será custodiada por los nueve jugadores, en el caso de la morada irán un máximo de cinco.
—¿Por qué no atacar a los morados con todo? —Mario estaba inconforme.Melany se detuvo y lo miró.
—Voy a decirlo sólo una vez. Tu trabajo es seguir el plan, no reclamar, no dar nuevas ideas, no desviarte de él, no contradecirlo. Elías, la persona a la cual le dijiste que le serías leal, armó el plan teniendo en mente todo, —finalmente alzó la voz —: ¡creo que no es muy difícil que cierres esa puta boca tuya y sigas las órdenes de tu capitán! —Ya era la segunda vez que Mario reprochaba la palabra de Elías. Esa vez Daniela estaba a cargo y no iba a tolerarlo.
Mario guardó silencio mientras Fiorella los miraba a ambos con incomodidad. Ella entendía que la forma de trabajar de los rojos era muy diferente a la de los demás, debían acoplarse a esa manera, entendía que al unirse a Elías ella no iba a estar más a cargo y le molestaba que Mario aún terminara de captar eso.
—¿Consiguieron repuestos de escudo universales? —Daniela siguió dirigiéndose a Mario.
—En todo el castillo solamente encontramos uno. Nos lo dejamos los marrones. —Respondió un poco temeroso. —También encontramos de los comunes aunque no fueron muchos, esos los distribuimos entre los dos equipos.
—Excelente. —Daniela materializó otro repuesto de escudo universal y se lo dio a la capitana naranja. —Toma. —Dijo mirándola. —Habrá un jugador que se encargará de estar pendiente de los escudos de sus compañeros durante los ataques, usen el repuesto en caso de necesitarlo. Necesitamos la menor cantidad de bajas posibles. ¿Todos los jugadores ya están armados?
—Sí, lo están. —Respondió Fiorella por ambos.
—Muy bien... —Daniela soltó una sonrisa idéntica a las que acostumbraba su capitán. —Es momento de prepararnos.
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Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Science FictionEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...