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Joshua

Era difícil buscar en ese lugar, todo estaba oscuro, nuestra única fuente de luz era la que nuestros trajes nos proporcionaban, no contábamos ni siquiera con la de la Luna, los árboles impedían que la iluminación de esta entrara en el bosque.
Lo único que pasaba por mi cabeza era que debíamos encontrar esa Tabla antes de que comenzara a amanecer, todo sería mil veces más difícil si los demás equipos estuvieran activos, además, cada vez faltaba menos para que la Estatua de la Vida se activara. Teníamos una carrera contra el tiempo.
Todo era tranquilo, sin embargo, no me confiaba para nada, no estábamos seguros de si otro equipo se estaba refugiando en las cabañas del lugar, nada nos garantizaba que en ese momento no estuviéramos siendo vigilados por la mira de algún francotirador que esperaba a que nos acercáramos más de lo prudente para disparar. Desde que escuchamos acerca de lo que pasó con los jugadores del equipo Amarillo, nuestras alertas estuvieron más encendidas que nunca, mi principal sospechoso de haber cometido tal acto no era otro, sino el capitán del equipo Rojo y sus seguidores.
Teníamos nuestras armas a mano mientras nos adentrábamos más en el Bosque de Gurth, la situación era complicada, no podíamos ser de gatillo sensible ante cualquier sonido, los animales de la isla también se paseaban por el lugar, un ciervo somnoliento podía andar por ahí, debíamos tener la cabeza fría al momento de decidir si valía o no la pena disparar a lo que veíamos.
Nos dividimos en dos grupos: Sofía, Dayanna y Marcos; y Ricardo y yo. Establecimos que el límite para separarnos era hasta donde pudiéramos seguir viendo los trajes de los demás. Teníamos que cubrir bastante territorio, y hacerlo en un grupo de cinco, habría tomado tiempo de más.

—¿Y si está en alguna cabaña? —Preguntó Marcos. Era claro que él esperaba que la respuesta fuera un «no».
—Puede que así sea, pero tenemos que cubrir primero esta zona. —Respondí.
—Tal vez ustedes deberían buscar aquí afuera, mientras Joshua y yo vamos por las cabañas...
—¡Esperen! Creo que encontré algo. —Interrumpió Sofía.
—Es verdad. La encontramos, chicos, encontramos la Tabla. —Reafirmó Dayanna. —Está dentro de un... árbol. —Sonaba ridícula su afirmación.
—¿Cómo que dentro de un árbol? —Marcos sonaba incrédulo. Se podía escuchar cómo corría hacia donde estaban ellas. —Eso no tiene sentido.
—Excelente. —Dije. —No importa dentro de qué esté, recójanla, vamos para allá.
—Vaya, efectivamente está en un árbol. Hay un hueco, y está ahí dentro. —Seguía sin creer que fuera así.
—Hay un pequeño problema... —Informó Dayanna. —No tengo idea de cómo la metieron ahí, pero la única manera de sacarla parece que es talándolo.
—¿De qué hablan? —Ya no hablé por medio del comunicador, estábamos llegando con ellos.
—Olvídalo, ya está saliendo. —Sofía tenía la mano metida en el hoyo que había en el árbol, la Tabla se desmaterializaba en su mano.

Cuando finalizó la desmaterialización, abrí el inventario, ahí estaba la Tabla de la Vida, estaba en una casilla llamada «objetos clave».
Pasaron unos segundos hasta que nos fuimos del lugar en busca de una cabaña, debíamos descansar, la parte final del juego comenzaba ese mismo día, tal vez la más difícil. Llevar la Tabla hasta la Estatua podía representar un reto, todo se nos podía complicar. 

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora