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Joshua

Perdimos.
La oportunidad de salir de esa isla se había esfumado, pero más importante aún, el retador estaba muerto, un chico inocente, con familia, con amigos, posiblemente con millares de sueños por cumplir. El Maestro dejó en claro su victoria en el momento que arrojó su cadáver al piso sin ningún tipo de compasión o respeto. El jugador había quedado eliminado.
Ricardo, Sebas y yo nos mirábamos tratando de encontrar la respuesta a una pregunta que todos desconocíamos, ninguno supo qué decir.
Miré a los demás jugadores, todos estaban asustados, varios hasta se pusieron pálidos por la impresión de esa escena, era difícil de procesar. Hacía menos de diez minutos ese chico estaba peleando en nuestro nombre, y ahora solamente era un cadáver, sin alma, sin conciencia, sin sueños, sin esperanza.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora