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El Juicio

Melany no había salido de su habitación desde que volvieron de la isla, tenía miedo de lo que podía pasar por haber traicionado a Elías, sabía que estar en ese salón era estar en peligro, estaba sola, sin nadie que la defendiera en caso de que le hicieran daño. Eso sí, ¡nunca se arrepintió de haber tomado aquella valiente decisión! El día anterior a ese no salió ni siquiera para alimentarse, esperó a que todos se fueran a cenar a la Sala Principal y aprovechó para comer algo y guardar provisiones para no pasar hambre hasta que fuera el momento del Juicio, al que por protocolo no podía faltar. Estaba convencida de que Elías la iba a enviar a pelear a ella.
No faltaba mucho para que el Juicio comenzara.

—Abre la puerta. —Ordenó Elías con una voz fría.
—No voy lo haré, no voy a permitir que me hagas más daño.
—No seas estúpida, Melany, no puedo hacerte daño aquí en la Base de Vida, eso arruinaría el juego para mí. Abre la maldita puerta, quiero hablar contigo de algo importante.

Melany lo pensó seriamente, no quería tener que hablar con él.

—Melany, te lo aseguro, estoy aquí en son de paz. —Aseguró Elías, quien a pesar de hablar con frialdad, se mostró tranquilo en todo momento.

La jugadora finalmente abrió.
Elías sonrió en el momento en que la vio, intentó acariciar su cabello como lo hacía normalmente durante sus conversaciones, aunque Melany empujó su mano esa vez.

—Es evidente que ya tomaste la decisión de qué rumbo tomar en este juego, y yo respeto eso, aunque la verdad es que me duele. —Dijo el capitán rojo.
—Tú no sientes nada, eres incapaz de hacerlo. —Melany habló con la misma frialdad de Elías.
—Te respeto por tu decisión, creí que sabía cómo pensabas, eso teniendo en cuenta que siempre fuiste la persona más cercana a mí en esta isla, pero veo que me equivoqué, no esperaba ese comportamiento de tu parte.
—Eso recibes cuando solamente buscas a las personas para utilizarlas. Me usaste, así como usas a todos los que te rodean. —Condenó Melany.
—Si la gente se sintiera utilizada por mi parte, ¿por qué aún me seguirían? —No dio a Melany la oportunidad de responder. —¡Pero está bien! Ya debo irme, debo prepararme para el Juicio, el capitán verde de seguro ya lo está haciendo.

Melany se sintió asombrada al saber que él sería el jugador que pelearía. No entendía por qué no la envió a ella.

—Es por ese mismo respeto que siento en tu decisión, que te voy a dar la oportunidad de irte de este salón antes de que volvamos del Juicio. —La miró fijamente, sus ojos eran igual de amenazantes que siempre.
—¿Me estás echando del salón?
—No te equivoques, yo no te estoy echando, fuiste tú la que decidió irse del lado de mis enemigos. —Se acercó a Melany un poco más. —Aprovecha cuando salga de este lugar para largarte y llevarte todas tus cosas, seguramente alguno de tus nuevos aliados te dará alojamiento.
—¿Y si no me voy? ¿Qué piensas hacer? Tú mismo lo dijiste, no puedes hacerme daño en este lugar.
—Pobre Melany... —acarició su cabello nuevamente. Esta vez no opuso resistencia. —Yo no te voy a hacer nada, pero... ¿qué pasaría si mañana informamos a todos en la Base de Vida que cometiste suicidio en tu habitación? —Dijo con una voz amenazante.
—Nadie creería esa historia. —Melany comenzó a sentir miedo, aunque no lo demostró.
—¿Por qué no lo harían? Sería una escena muy fácil de montar, no hay cámaras en las habitaciones y podríamos dar testimonios en los que tú dijeras a algún rojo que no podías lidiar con la culpa por habernos traicionado, ¡por haber traicionado a la persona de la que has estado enamorada desde que llegamos a la isla! —Exageró su forma de hablar y soltó la sonrisa que ya lo caracterizaba.
—¡Das asco Elías! —Melany finalmente empujó la mano de Elías con fuerza. —Te felicito por la amenaza, pero olvidas una cosa.
—¿Ah sí? ¿Qué olvido? ¡Ilústrame!
—Olvidas que hoy mismo vas a enfrentar al mejor jugador de todos, para matarme a mí, primero tienes que sobrevivir y matar a Mateo. —Sonrió con confianza. De verdad creía en Mateo.
—Matar a ese bastardo dices... ¿no crees que eso es lo que más he deseado desde que comenzamos este juego? ¿Qué te hace creer que no voy a ganar? Me sorprende que después de conocerme no hayas entendido que siempre estoy un paso por delante de todos. ¡Yo siempre gano! —Marcó sus palabras.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora