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Joshua

Era una noche hermosa, estábamos a unos cuantos metros de la orilla del mar, en esa isla donde tantas cosas habían pasado, donde tanta sangre se había derramado, nuestra cárcel, el castigo que nos había dado la vida, aunque nadie sabía el porqué, muchos se preguntaban qué habían hecho para provocar la ira del creador del mundo —si es que existía—. Nadie entendía en qué momento el mundo exterior se olvidó de los que estábamos en Elentroia, nunca vimos ni siquiera un barco acercarse, nunca nadie fue por nosotros, ahí estábamos, ese era nuestro hogar, esa era nuestra vida y la única forma de cambiar eso era ganando. Éramos tratados como reyes y reinas, al mismo tiempo que nos ponían a pelear como cavernícolas, todo por sobrevivir un día más.
El calor del fuego de la fogata que ardía a la distancia se sentía, daba esa sensación de calidez a la que nos acostumbrábamos poco a poco, era bueno tener esa compañía, era bueno no estar solo en medio de todo el caos que se vivía en el juego.

—Habrá un largo receso en el juego. —Dijo el guía al finalizar la cena. —Este receso acabará cuando nuevamente sean citados a una cena como esta. La idea de los Maestros es que se unan como equipo. Junto con los verdes, son los únicos que no han tenido bajas en el juego, ¿qué los ha traído hasta este punto con un rendimiento tan alto? Como equipo han sido de los más efectivos, el plan de los creadores del juego para esta noche es que se unan aún más. Ha sido una larga partida, es notorio que algunos llevan dentro de sí muchas cosas, puede que algunos se sientan agotados, pero no pueden rendirse en el juego por eso. Esta noche es el momento de que saquen todo eso.
—¿Lo del receso es en serio? —Preguntó Elena.
—Así es. —Reafirmó el guía.

Intercambiamos miradas de tranquilidad, por fin llegaba un descanso, habría paz por al menos un tiempo. Aunque eso no significaba que el peligro se iba a acabar.
El guía nos ordenó alrededor de la fogata.

—Ahora, si me disculpan, me retiraré para que ustedes puedan conversar. —Dijo, y después cumplió.

Nadie sabía qué decir, todos esperaban que yo como capitán dijera algo, pero seguía sintiéndome abrumado, se notaba incluso en mi expresión.

—¿Joshua? —Propuso Esteban.
—Solamente haré una pregunta. —Los miré uno a uno. —¿Quién es?
—¿De qué hablas? —Preguntó Sebas. Parecía que nadie entendía mi pregunta.
—Hace unas pocas horas la persona más peligrosa de la isla, Elías, el capitán del equipo Rojo, me dijo en la cara que había un traidor en nuestro equipo... Repito la pregunta, ¿quién es? —Nuevamente los miré.
—¿En serio piensas que estaba diciendo la verdad? —Sebas se veía preocupado por mis palabras. —Sabes cómo es Elías, quiere jugar con nosotros. —Dijo con seguridad mirando a todo el equipo.
—Elías sabe de nuestra estrategia, ¿cómo? Se supone que solamente nosotros la sabemos.
—Tal vez la escuchó por accidente. —Supuso Elena.
—Buena hipótesis, excepto por el hecho de que nosotros nunca hemos hablado de esa estrategia fuera de nuestro salón. —Contradije. —Y si alguna vez lo hemos hecho fuera, que lo dudo, estoy seguro de que él nunca ha estado lo suficientemente cerca de nosotros. Una última vez, ¿quién es?
—Joshua... —Habló Sofía. —¿Cómo sabemos que tú no se lo dijiste a Isabela y ella se lo dijo a él? —Intentaba retarme con su pregunta.
—Pueden confiar en mí cuando les digo que yo no le dije. —Afirmé.
—No lo sé... ya nos mentiste cuando nos traicionaste con la regla que tú mismo pusiste. —Levantó una ceja.
—Chicos, pelear entre nosotros no va a solucionar nada. —Intervino Ricardo mirando a Sofía.
—Tienes razón... lo siento. —Dijo ella, después de unos segundos.
—Quiero decirles algo —seguí —, quiero hacerlo aun sabiendo que entre nosotros hay un jugador o jugadora que no está de nuestro lado. Escribí una carta —la saqué de mi bolsillo —, mi idea era desahogarme y leerla en el Cuarto de la Realidad, aún no sabía si enviaría el mensaje a mis padres, pero sí estaba seguro de leerla en voz alta, sobre todo escuchar mi voz mientras lo hago, y creo que este es el mejor momento. Después de todo lo que pasó hoy me tomé la libertad de agregar un poco más en ese texto.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora