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Equipo Rojo

Era el segundo día de juego.
El equipo Rojo tenía como propósito anticiparse y encontrar la Tabla antes de que les anunciaran su ubicación, era una misión en la que la suerte debía acompañarlos, las probabilidades de encontrarse en el lugar correcto de esa enorme isla y hallarla eran casi nulas, pero a fin de cuentas era la misión, se negaban por completo esperar encerrados en una casa todo un día. Comenzaron el juego cerca de las casas que se encontraban al este de los Establos del norte. No tuvieron la suerte deseada en ese lugar, así que se fueron hacia el sur, hacia los Grandes Condominios, donde la noche los alcanzó.
Los Grandes Condominios era un lugar enorme, el segundo más grande de la isla, solamente superado por la Ciudad de Kathnar, donde había grandes edificios. En su lugar, Grandes Condominios contaba con casas lujosas, una a un lado de la otra formando cuadrantes que parecían casi eternos.
El equipo Rojo contaba con Elías, su capitán, quien no se cansaba de decir que los guiaría a la victoria, a él lo acompañaban: Melany, Edras, Daniela y Alejandro.
Melany —una de las jugadoras que más le transmitía confianza al capitán—, tenía una idea, ella sabía llegar a una casa especial, pues contaba no con un sótano, sino con un refugio subterráneo que casi nadie dentro del juego conocía, era tal el nivel de privacidad que ni siquiera tuvieron que preocuparse por hacer guardia, pues no se iba a asomar ni un alma en ese lugar.

—Si para cuando lleguemos nosotros sigue desocupado, significa que nadie irá ahí. —Aseguró Melany. Y no se equivocó en sus palabras.

La orden de Elías al llegar fue clara: pasarían allí la noche, y al amanecer irían hacia sur. Pasarían por la casa que está en medio del lago, cerca del Centro del Mundo, sospechaban que en ese lugar podrían encontrar una inmunidad o ¿por qué no? La Tabla. Después de llegar a ese lugar, seguirían su camino yendo hacia las residencias ubicadas al oeste de los Establos del este, buscarían la Tabla en ese lugar, y si el tiempo se los permitía irían a los Establos, caso contrario pasarían la noche en las residencias, donde por fin se les revelaría la ubicación de la Tabla.
Ya no se preocupaban por recolectar armas, pues todos estaban equipados. La condición de juego era sencilla: cualquier jugador o equipo que se acercara demasiado, sería eliminado.
Al día siguiente, se pusieron en marcha y el plan iba saliendo de la mejor forma, el camino estuvo despejado. Llegaron a la casa en medio del lago y para su desgracia no hubo nada de interés, siguieron su camino hasta llegar a las residencias donde pasarían la próxima noche.

—Vamos a dividirnos, debemos asegurar el edificio. —Ordenó Elías mientras entraban.

El edificio era de seis pisos y un sótano.

—Alejandro, piso uno y sótano. Melany, piso dos. Daniela, piso tres. Esdras, tú asegurarás el cuatro y el cinco. Yo subiré al seis. —Informó a su equipo. —En caso de encontrar a un equipo avisen al resto y salga de inmediato del edificio. Si son uno o dos jugadores y se creen capaces de acabar con ellos, háganlo, pero son responsables de su decisión.

Todos sus jugadores estuvieron de acuerdo. Por fin se dividieron.
Los minutos pasaron y los jugadores comenzaron a dar su reporte.

—Piso tres, despejado. —Dijo Daniela.
—Igualmente el cuatro y cinco. —Informó casi de inmediato Esdras.
—El segundo piso está libre. —Avisó Melany esperando más órdenes de Elías.
—No hay nadie en la planta baja. Iré a revisar el sótano. —Habló Alejandro.
—Muy bien, cuando Alejandro termine de confirmar todos suban al sexto piso.
—¡Granada! —Gritó Alejandro.

Su grito fue tan fuerte que se escuchó desde el sótano hasta el tercer piso. Un segundo después se escuchó la explosión.

—¡Todos abajo, de inmediato! —Ordenó Elías mientras corría para bajar. —Alejandro, dime tu estado.

Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora