Llegamos a los residenciales al oeste de los Establos, ahí descansamos y comimos. Todos estuvo muy tranquilo, así fue hasta que el comunicador se activó y nos avisó que los jugadores del equipo Amarillo habían sido eliminados en cuestión de segundos. El anuncio fue aterrador, no quería ni imaginar lo que había pasado. Entendimos que no era seguro estar en el mismo lugar durante mucho tiempo, más teniendo en cuenta que dentro de un edificio no teníamos espacio suficiente para movernos en caso de tener que pelear.
Seguimos avanzando y por fin estábamos llegando a los Establos, ver ese lugar mientras nos acercábamos era similar a ver la entrada al paraíso, ese era uno los dos posibles lugares donde se encontraba nuestra Tabla de la Vida. Era una oportunidad de acercarnos a la victoria.
Al llegar no perdimos el tiempo y comenzamos a buscar, en la ubicación había dos establos, uno con vacas, otro con caballos, para mi sorpresa estaban bien cuidados, tenían suficiente alimento para no morirse de hambre, se notaba que no estaban abandonados. Primero buscamos en el de las vacas, no nos separamos, no queríamos ser vulnerables. Encontramos varios objetos de soporte: dos anestesias, un sedante y dos repuestos de escudo. Le informamos a Mateo y tomamos la decisión de usar los repuestos en Daniel y Alicia, así cada uno tendría dos escudos.
Salimos del establo de las vacas, la Tabla no estaba ahí.—Vamos a buscar en el otro. —Informó Alicia al capitán.
La desesperación y frustración comenzó a hacerse presente conforme pasaron los minutos, pues no encontrábamos la Tabla por ningún lugar. Parecía que no nos lo iban a poner fácil.
—No puedo creer todo lo que pasamos, ¡casi nos matan! ¡Recibí un maldito disparo en mi pecho y pierna, para que esa maldita Tabla no esté aquí! —Estaba enojada.
—¡Sigue buscando! —Alicia también se mostraba frustrada.
—Aquí no hay nada... —Daniel se lamentaba.
—No lo puedo creer... —Dijo Alicia mientras buscaba con movimientos bruscos. —Mateo, no está aquí...
—Mierda. —Guardó silencio un momento. —De verdad lo lamento. Desearía que no hubieran tenido que pasar por lo que pasaron para que al final no estuviera ahí...
—Así es este maldito juego, es necesario hacer esto si queremos ganar...
—Me temo que es verdad... —Dijo Mateo. —Por favor, busquen de nuevo en ambos establos. Nosotros estamos por llegar a los del norte, si no está con ustedes, en definitiva la encontraremos en el nuestro. Cuando terminen, quédense en su posición hasta que yo les diga, después tomen un caballo cada uno y diríjanse hacia la casa en el lago, como habíamos acordado.
—Está bien. —Acató Alicia. —Tengan cuidado, por favor.
—Ustedes igual, estén alertas en todo momento. Y no olviden revisar nuevamente, por favor. —Finalizó.
—Bien..., entonces es momento de volver a comenzar. —Daniel se levantó de la paca de heno en la que estaba sentado.
—Así es... —Agregó Alicia. —Busquemos en todos los rincones, solamente para estar seguros.
—Será divertido..., de todas formas, aún no podemos irnos. —Estaba resignada, hablé con sarcasmo.Mateo
Mateo y Bryan por fin estaban llegando a los Establos del norte, ambos sabían que debían darse prisa, querían encontrar la Tabla lo más rápido posible y por fin reunirse con sus compañeros, con sus amigos. Se estaban acercando a la entrada, pero Bryan detuvo a Mateo.
—¿Escuchaste eso? Hay alguien aquí. —Advirtió.
—De seguro son los caballos.
—No, capitán, fue un ruido humano. Estoy seguro de ello. —Llevó su índice al oído para hacerle entender a Mateo que prestara atención. —Alguien ahí dentro hizo ruido, tal vez nos escucharon llegar.Ante las palabras de su compañero, Mateo desmaterializó el subfusil que cargaba desde que se separó el equipo y materializó su escopeta muelle. Bryan creía que al alertar a Mateo iban a esconderse en algún lugar, esperar un tiempo para ver si alguien salía de ese lugar, o si se estaba equivocando en su sospecha, no esperaba que la respuesta de Mateo fuera materializar un arma más potente, parecía que la decisión estaba tomada sin siquiera discutirlo, así que él materializó su fusil de asalto. A diferencia de Mateo, Bryan no llevó su arma en mano durante el camino, esto para que no tuviera que cargar peso extra, de eso se encargaba el capitán.
Se acercaron a la entrada del establo, uno de cada lado del marco de la puerta, Mateo contó con sus dedos y a las tres entraron intimidantes en el lugar.
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Elentroia: Un Juego Peligroso [COMPLETA]
Science FictionEl futuro está aquí. Los mundos de realidad virtual son cada vez más famosos, y entre ellos destaca uno: Elentroia. Todo cambió después de que los desarrolladores duplicaran parte de este mundo en la vida real. Los mejores 70 jugadores de un país de...