8 (SPANISH)

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UN PAR DE HORAS DESPUÉS...

Krist terminó de colocarse la corbata justo cuando el reloj de la sala de estar comenzó a dar la hora. 

Las doce de la mañana.

"Será mejor que pase por la cafetería..." 

Sin duda, se dijo el joven, tenía el tiempo justo para comer algo y dirigirse hacia el auditorio.

Las clases comenzaban al día siguiente, por lo que el director, al igual que en cada inicio de curso, iba a llevar a cabo la famosa charla de presentación, anunciando además  los nombres de los profesores que estarían a cargo de los alumnos pertenecientes a los diferentes años y carreras. 

"Menudo tostón me espera..", se dijo mientras suspiraba.

Y es que Krist pensaba en que, sin duda, iban a perder dos horas de una magnífica mañana en la que podrían estar haciendo algo mucho más productivo. 

Como dormir hasta tarde.

- " ¿ Estás listo?" - preguntó Singto mientras salía de su cuarto ya completamente arreglado.

- " Si, ya voy..." - respondió mientras salía por la puerta hacia el salón y observaba al joven que, al ser de un curso superior, llevaba su mismo uniforme de pantalón gris y camisa blanca salvo por la corbata, que en su caso era de un hermoso color bermellón - "me muero de hambre".

Singto rio mientras abría la puerta del dormitorio y ambos salían hacia el pasillo y hacia los ascensores que los llevarían a la última planta del edificio. 

Al lugar donde, además del gimnasio, la biblioteca y la sala de lectura, estaba la cafetería de la residencia. 

UNOS MINUTOS MÁS TARDE...

- "Wow..." - musitó Krist mientras atravesaba las puertas de cristal.

"Me imaginaba que no sería como las demás.. pero ésto... ésto es demasiado"

Se trataba de un amplio espacio ocupado por cientos de mesas de diferente tamaño

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Se trataba de un amplio espacio ocupado por cientos de mesas de diferente tamaño. Unas vacías, otras ya ocupadas por varios de los estudiantes que, al igual que ellos, vestían el uniforme de la escuela.

- " Allí hay un sitio libre" - dijo Singto mientras se encaminaba hacia una mesa de gran tamaño preparada, sin embargo, para dos comensales.

Krist le siguió con rapidez, ocupando una de las sillas que permitían disfrutar de las vistas al exterior.

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Singto sonrió viendo cómo el joven observaba el parque y a las personas que caminaban por él con una leve sonrisa en el rostro.

"Es como un niño pequeño", se dijo mientras tomaba la servilleta y la colocaba sobre sus rodillas, "Sólo le falta pegar la nariz al cristal..."

ASSESSINATION AT MIDNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora