nº2 in Krist (07/09/2020)
A murderer with a master plan is wreaking havoc with the city police. Two students and an inspector must ally to catch the culprit before a new victim dies.
Krist, a new student of the E.U.E and Singto must join forces to s...
En las oficinas de la Científica, Tee revisaba los efectos personales de los jóvenes que Tae y Phana habían traído consigo mientras que, de cuando en cuando, levantaba el rostro para mirar a Tae con una expresión enfadada en su rostro ....
Uno de los muchachos, un joven universitario, había llegado completamente empapado, al igual que Tae, lo que había hecho que Tee bufara mientras buscaba algo con lo que que pudiera secar al idiota amante de las persecuciones que estaba parado enfrente suya, chorreando agua sobre las baldosas de la habitación.
- "No podías esperar a que el chico volviera a la orilla... o coger la lancha" - musitó mientras le lanzaba a la cara una toalla de gran tamaño que una de las jóvenes investigadoras les había traído de la zona de duchas - "tenías que ir tras él.. ¡Tú, que sólo sabes nadar estilo perro!"
Tae, con la mirada baja, no había dicho nada sino que, con rapidez comenzó a secarse el cabello.
- "No podía dejar que escapara, yo..."
- "Ya... y al final que ha pasado, ¿eh?" - preguntó el joven irónicamente - "¡Que os han tenido que sacar a los dos del agua!"
Tae suspiró, recordando con bastante vergüenza cómo los capitanes de los barcos recreativos habían acabado teniendo que salir con sus botes para rescatarlos antes de que se ahogaran, allí.. en mitad de la bahía.
Finalmente, tras unos segundos de silencio y con un hilo de voz, el joven inspector comentó que tenía que ir a la sala de interrogatorios, saliendo de la sala con rapidez y sin notar la llegada de alguien que, con sorpresa, observaba al joven empapado que chancleteaba por los pasillos de la científica en dirección a las escaleras...
Mientras tanto Tee, completamente solo, estaba revisando dos móviles... uno de ellos empapado y con la pantalla apagada mientras que el otro, encendido, mostraba un código de entrada.
- "¿Puedo ayudar en algo? - dijo entonces una voz sobresaltando levemente al joven que, con una mirada de agradecimiento, asintió mientras pasaba uno de los pequeños aparatos al recién llegado.
- "Veo que ya te han dado tu bata" - musitó Tee con una leve sonrisa en su rostro.
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Bin asintió con otra sonrisa a modo de respuesta y, sin decir nada, observó por unos segundos el aparato empapado que estaba en las manos de Tee.
- "¿Y si probamos uno de esos remedios caseros que son tan comunes hoy en día?"
Tee dejó de intentar encender el aparato y, tras dejarlo sobre la mesa, se volvió hacia el joven con un gran interrogante marcado en su rostro.
