22(SPANISH)

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krist aguardaba impaciente a que el médico terminara de firmar el acta de salida. 

El joven, sentado en una silla de ruedas, tamborileaba con sus dedos sobre una de las asas de cuero que cubrían el metal de los asideros mientras que observaba sin pestañear cómo su tío terminaba de hablar con el doctor.

"¿Por qué tarda tanto?", se preguntó tras dejar escapar un suspiro de impaciencia.

El médico, un hombre de mediana edad embutido en una bata blanca, fruncía el ceño a la vez que negaba, una y otra vez, con la cabeza.

El médico, un hombre de mediana edad embutido en una bata blanca, fruncía el ceño a la vez que negaba, una y otra vez, con la cabeza

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"No puedo creer que éste costando tanto dejar este sitio...", se dijo mientras lanzaba una mirada hacia Singto que, con un simple encogimiento de hombros, siguió escuchando música con los cascos que se había colocado en los oídos.

Mientras tanto Arthit, que de por sí no estaba nada conforme con la salida del joven del hospital, asentía ante lo que le estaba diciendo el doctor con el ceño fruncido y una mirada de preocupación en su rostro.

Lo cierto era que su tío había intentado, una y otra vez, hacerle cambiar de idea.

Sin embargo no había tenido éxito alguno.

Y es que Krist, con la pierna escayolada y un collarín en el cuello, se había mantenido completamente firme. 

Deseaba marcharse.. ¡y deseaba hacerlo ese mismo día!

- "Krist..." 

- "No Singto" - dijo el joven sin siquiera dejar que éste terminara de hablar - "quiero irme... necesito salir de aquí y volver a la escuela".

Singto suspiró, claramente en desacuerdo con la decisión de Krist. 

- "Creo que, al menos hasta que te recuperes, deberías ir a la mansión familiar" - comentó Arthit volviendo con el acta ya firmada - "Singto puede acompañarte si lo desea..."

Krist sonrió y, haciendo un leve gesto a Singto, le indicó que empujara de la silla.

- "No voy a encerrarme en una casa..no de nuevo y mucho menos ahora"

Arthit frunció el ceño.

- "Krist, es peligroso que vuelvas a esa escuela. Yo creo que..." - comenzó a decir el joven fiscal mientras caminaba a unos pasos por detrás de ellos.

- "Yo no lo creo" - le rebatió Krist mientras presionaba el botón del ascensor - "al fin y al cabo la persona que intentó matarme ha muerto... ya no hay nada que temer...".

CLIC

Las puertas se abrieron y  los jóvenes entraron ocupando el poco espacio vacío que quedaba entre varias personas y una camilla mientras se mantenían en completo silencio.

Aunque, por la expresión de Arthit, Krist sabía que la conversación no se había terminado.

Que estaba lejos de hacerlo.

ASSESSINATION AT MIDNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora