El reencuentro

1.9K 140 0
                                    

Narra Anne.

Los meses pasaron y la primavera llegó, trayendo con ella el color y la alegría. Los paisajes coloridos parecían obras de arte recreadas al presente.

La graduación había dejado con ella cansancio de todos estos años de estudio. Ahora trabajaba turno completo en la farmacia, mientras conseguía una plaza de trabajo en algún hospital. Se suponía que debía vender el apartamento y regresar al pueblo donde vivía antes, esos eran los planes antes de que mis padres se mudaran a Washington. Pero ahora las cosas habían cambiado y eso conllevaba mi estancia en París por más tiempo del previsto.

Brianna se encargaba de la limpieza y el orden del departamento ahora que mi trabajo era de tiempo completo. Teníamos una buena relación pero no estaba de acuerdo con algunas de sus amistades.

Brad y Mandy al fin se habían hecho novios y no puedo mentir, una parte de mi no se alegró con la noticia, sentía un poco de envidia. Al fin y al cabo Brad se fijó primero en mí. Sé que sueno egoísta y es así soy egoísta porque mi felicidad fue robada. Aunque en el fondo me alegro porque Mandy pudo salir de ese infierno en el que vivía.

Y Tyler, no supe más nada sobre él. Creo que era momento de dejar el pasado donde se debe quedar exactamente ahí, en el pasado.
Aunque mi corazón no dejaba de amarlo y mi mente de pensarlo, era difícil estar en una situación así, atada al pasado y no poder vivir en paz el presente.

Brianna llegó y me sacó de mis pensamientos con el sonido de la puerta al cerrar.
─Anne ¿te piensas quedar todo el tiempo libre encerrada aquí?─inquirió.
─¿Qué más puedo hacer?─ rodeé los ojos.
─Salir, divertirte. Estás dejando pasar los mejores años de tu vida─ dijo y se sentó a mi lado.
─No tengo con quién salir. Al mundo se le olvidó mi existencia. Mandy solo sale con Brad y tú─ lancé un bufido─ solo sales con tus amigas.
─A ver, Mandy tiene novio. Cuándo tu tenías novio no le dedicabas el mismo tiempo que le dedicabas antes ¿verdad? Por lo que a mí refiere sé que la mayor parte de mi tiempo es para mis amistades...
─Amistades que por cierto no me caen bien. Son muy liberales y además solo piensan en fiestas y alcohol─la interrumpí.
─Bueno dejando de lado eso, te quiero contar algo. Te he conseguido una cita con un chico─dijo emocionada.
─¿De veras? No me apetece─ le respondí con pesar.
─Sí que te apetece, te he visto como miras a Brad y a Mandy. Sé que te sientes mal.
─¿Tan evidente soy?─pregunté resignada─Me siento mal por mi egoísmo pero también estoy dolida con la vida y el destino por robarme el amor.
─Entonces es el momento correcto para que conozcas a alguien que puede ser esa recompensa por el amor robado. ¿No crees?
─Si tienes razón─dije tratando de llenar toda mi fuerza de voluntad.
─Bueno entonces mañana te espera un galán en la Plaza de la Concordia.

(...)

─Ya te dije que te ves hermosa, ahora vete, no lo dejes esperando. Recuerda que va vestido con un suetér azul.
Asentí y tomé mi cartera para salir por la puerta principal.

Los nervios se apoderaban de mi, hacía tanto que no tenía una cita y no recordaba como debía comportarme.
Llegué a la Plaza de la Concordia y miré hacia ambos lados. Estaba repleta de gente, en su mayoría de extranjeros que visitaban París en esta mágica temporada.

Con la mirada busqué algún chico con suetér azul y me lleve una sorpresa, habían como veinte hombres que habían decidido ponerse suetér azul aquel día.
Me acerqué a uno de ellos, entre los que se veían en mi rango de edad y le toqué la espalda.

─Hola, soy quien esperabas─ le dije alegremente.
El chico se volteó y nuestros ojos se encontraron, como aquella primera vez.
─Siempre te he esperado─ dijo en un susurro que me oprimió el corazón.
─Disculpe... pensé que era otra persona, debo irme─dije nerviosa, las palabras no querían salir, solo quería abrazarlo.

Me tomó por el brazo y una voz a nuestras espaldas rompió la magia.
─Señor Jhonson─ dijo un hombre mayor de cabello canoso.
Tyler me soltó pero sus ojos seguían clavados en los míos.
─Todo está listo. El salón, la iglesia y todo lo demás. Su madre me llamó para decirme que usted me estaría esperando aquí para ir por su traje a la tintorería. Su prometida iría por el pero se sintió con mareos y su madre le dijo que reposara, porque todo esto le puede hacer daño al bebé. ¿Nos vamos?─preguntó.

El aire me empezó a faltar, ¿un bebé? Tyler sería padre. En otras circunstancias serían buenas noticias pero para mí no podía serlo. Desde que me propuso ser su novia deseé ser la madre de sus hijos, pero al parecer él nunca lo quiso así.

Caminé decidida unos pasos más adelante. Tyler corrió detrás de mí.
─Anne...yo...
─¿Vas a ser padre? Felicidades─le espeté grosera.
─Si, pero puedo explicarte─dijo tratando de excusarse.
─No tienes que explicar nada. No soy nadie en tu vida para merecer tus explicaciones. Ve con tu esposa que te debe estar esperando para que le toques la panza─dije casi gritando─Ah y felicidades por tu boda─fue lo último que logré decir antes de echar a correr.

Cuando ya creí estar lo bastante lejos para que no me alcanzara, me senté en una banca de un parque cercano.

Estaba tan cambiado, los años le habían sentado bien. Estaba guapísimo y su olor seguía siendo el mismo; sus ojos seguían provocando las mismas sensaciones en mí, nada había cambiado o bueno si, todo había cambiado. Ahora él tenía una vida con otra persona, una familia, un bebé, ¡UN HIJO!
Eso cambiaba todo, debía respetar su familia y respetarme a mi misma.

Llamé a Brianna para que me disculpara con el chico que me estaba esperando.
─¿Qué pasa Anne?
─Brianna, ¿puedes llamar a tu amigo y decirle que me espere en la cafetería que hay frente al Arco del Triunfo? Creo que es mejor ese lugar.
─Bueno vale, voy a llamarlo.

(...)

Caminé hacia el Arco del Triunfo, todo me daba vueltas, lo que había oído hacía unos minutos me habían causado que el estómago se me revolviera.

Abrí la puerta de la cafetería; me apetecía tomar un chocolate frío para calmar mi ansia, fui hasta la caja para hacer mi pedido.
Ví que un chico de suéter azul estaba sentado en una de las mesas.

─Hola, ¿esperas a alguien?─ lo saludé tratando de indagar para no parecer lanzada.
─Hola, la verdad es que estoy esperando a una chica─ dijo.
─Oh que bueno, tal vez y nos estamos esperando mutuamente.
─No no creo, le estoy haciendo un favor a una amiga─bajó la voz─nadie se fija en su hermana y ella me pidió si podía salir con ella.
─¿Ah si? ¿Y como sabes que no soy ella?─le dije en el mismo tono de voz.
─Simple porque tu eres linda y según lo que he escuchado ella es fea, le decían patito feo en la universidad. Soy doctor y la verdad valgo mucho para estar con alguien así. Vuelvo y te repito que solo es un favor.
─¿Quieres que te diga algo?─ le pregunté en tono seductor.
─Si dime ¿quieres que vayamos a un lugar más privado?
La mesera llevó el pedido justo en el momento en qué lo necesitaba.
Me levanté de la mesa y actué como si esperaba para irnos.
─SOY-ESA- CHI-CA- A- LA- QUE- ES-PE-RA-BAS─ con cada sílaba le tiré el chocolate frío en la cabeza.
─Eres una tonta─dijo secándose con servilletas.
─Y tu eres una basura. Soy doctora como tú y me da lástima que ensucies esta profesión. Además no necesito de favores y otra cosa, aquí el que no vale eres tú por hablar así de una mujer─le grité y salí corriendo, no sin antes dejar dinero sobre la caja para pagar el chocolate.

Un tropiezo de amor 》Libro #1 Bilogía Amor en París《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora