Capítulo extra- Doce años después

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Narra Anne

Despertar cada día a su lado era un sueño, la calidez de su cuerpo me abrigaba en las noches frías y en las mañanas amaba sentir sus brazos en mi cintura.

Había sido hermoso despertar junto a él todos estos años, me sentía protegida y amada, su ternura seguía prevaleciendo cada día, hay amores que se enfrían pero el nuestro no experimentaba ese cambio a pesar de los trece años de matrimonio.

Me moví en la cama y sentí sus brazos, seguía siendo tan guapo a pesar de los años, me seguía pareciendo el hombre más atractivo del mundo.
─Buenos días cariño─le dije tomando su mano.
Sentí como se removía en las sábanas hasta que me dio un beso en la espalda.
─Buen día princesa─me susurró.
─¿Cómo dormiste?─me giré quedando frente a sus ojos.
─Junto a tí se duerme perfectamente─me besó la mejilla.
─No me arrepiento de estos años, me has hecho la mujer más feliz del mundo─puse una mano en su mejilla.
─He sido inmensamente feliz a tu lado─dijo tomando mi mano.
─¿Te parece si bajamos? Los niños nos deben estar esperando.
─Claro que sí cariño, tengo una hambre─soltó una carcajada.

(...)

─Apúrate Miah, tu padre te va a llevar─le dije.
─Mamá, es anticuado que sus padres lleven a sus hijas a su primer día─rodó los ojos.
─Miah, no es anticuado, es un acto de amor. Hay muchos niños que no tienen padres.
─Pero...─protestó.
─Pero nada, tu padre te llevará. Ah y acostúmbrate porque todos los días lo hará, hasta que Jack regrese de sus vacaciones─la regañé.

Miah era una niña que entraba a la adolescencia y sus cambios de humor eran impredecibles, estaba por empezar el colegio y cada día era más difícil luchar con ella. Aunque era una niña dulce y tierna pero algunas veces su estado de ánimo cambiaba.

─Liam, termina de desayunar que debemos irnos─me dirigí a mi pequeño hijo.
Asintió y empezó a engullir el sándwich más rápido.
─Pero no te atragantes─corrí─come despacio hijo, te puede hacer daño.
─Mamá, tengo miedo─dijo nervioso.
─Cariño, eres un niño muy inteligente, tienes una mente brillante, no tienes porqué temer─tomé su pequeña cara en mis manos.
─Mamá eres la mejor mujer del mundo─dijo y me dio un beso en la mejilla, tomó su maleta y salió corriendo para subirse al auto.

Sonreí, sus palabras me llenaban el alma, Liam era un niño tímido, con once años estaba por empezar el último año escolar, lo habían pasado de grado por su gran inteligencia, pero su timidez algunas veces le jugaba malas pasadas.

─Te amo, te veo en el hospital─le dije amorosamente a Tyler.
─Voy a esperarte con ansias, no soporto estar lejos de tí─sonrió antes de besarme.
Luego los dos tomamos nuestras carpetas y documentos, salimos, nos subimos a los autos y cada uno tomó por una dirección.

(...)

─Miah, ven ayúdame─le grité.
─Ya voy mamá─salió de su  habitación y bajó corriendo por la escalera.
─¿Dónde está tu hermano?─pregunté.
─Está en su habitación─rodó los ojos y tomó las bolsas del supermercado para llevarlas a la cocina.
─Buenas tardes señora Anne─saludó la nana.
─Hola Jess, ¿cómo han estado los niños hoy?─le pregunté mientras sacaba los víveres de las bolsas.
─En general bien, pero el niño Liam no ha salido de su habitación desde que llegó─dijo en voz baja.

Me paré en seco, seguramente las cosas no habían ido tan bien.
─Voy a verlo, gracias Jess─le dije y subí inmediatamente por las escaleras.
Toqué su puerta pero no contestó.
─Liam, soy yo─le dije susurrando.
Inmediatamente abrió la puerta, estaba llorando.

─Cariño, ¿qué pasa?─le pregunté asustada.
─Mamá, en la escuela dicen que soy un anticuado, que no debo estar en sexto grado─dijo llorando.
─Cariño, eres un niño muy valioso, tienes una mente brillante y eso no lo tiene cualquiera. Estás en el último año porque te lo mereces─me acosté a su lado y lo abracé─Eres un niño extraordinario, Dios te ha dado una capacidad increíble y esos niños que te dicen cosas, solamente están enojados, porque quizá no tienen tan buenas notas como tú─le besé su cabeza.
─Mamá ¿me amas?─preguntó inocentemente.
─Te amo más de lo que imaginas, eres mi pequeño hijo, tú papá, Miah y yo te amamos muchísimo. Eres un hermoso regalo de Dios. Cuándo te vi por primera vez me enamoré inmediatamente. Te amé desde que estabas en mi pancita─le dije.
─Yo te amo mucho─me abrazó.
─Tengo algo para tí. Cuándo me sentía triste tu abuela Nancy y tu abuelo me daban esto─metí la mano a mi bolsillo y saqué una tableta de chocolate─y mágicamente me sentía bien.
─Gracias mami─tomó el chocolate, lo mordió y me besó la mejilla.

(...)

─Ustedes son los mejores regalos de mi vida─dijo Tyler.
─Los amamos mucho─aporté.
─Y necesitamos decirles algo─sonrió.
─¡Van a tener un hermanito!─exclamé emocionada.
Miah y Liam salieron corriendo hasta mí y me besaron la barriga, sabía que ellos deseaban un hermanito y nosotros también.

Pensé que mi vida fértil había acabado, con mis 38 años pensé no volver a sentir pataditas en mi vientre, pero Tyler y yo intentamos y el milagro de la vida fue posible.

─¿Será niño o niña?─preguntó Miah.
─No lo sabemos aún, pero dentro de unas semanas lo sabremos─dije emocionada.
─Ojalá sea un niño, para que juegue conmigo─dijo Liam.
─Pues puede ser─dijo Tyler.

Miré por la ventana, un copo de nieve cayó, la señal de qué se acercaba la Navidad y ésta sería la mejor de todas, con mis cuatro tesoros, eran mi mejor regalo de Navidad. No me interesaba el dinero, joyas ni nada de eso. Simplemente la salud de mis hermosos hijos y mi guapo esposo, estar juntos ese era mi deseo y sabía que Dios me los estaba cumpliendo desde el día en qué uní mi vida a la de Tyler.

Un tropiezo de amor 》Libro #1 Bilogía Amor en París《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora