Una mentira

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Narra Tyler

Volver a verla, volver a sentirla. Y ahora estaba más hermosa que antes, sus dientes lucían perfectos y sus ojos me enloquecían, ese azul de su mirada me transmitían paz en medio de todas mis dificultades.

Se veía más adulta, hecha toda una mujer madura que sabe lo que quiere. Había algo dentro de nosotros que nos unía y que no dejaba morir este amor a pesar del tiempo y las circunstancias.

De no ser por la llegada de Matt, el nuevo mayordomo de mi madre, quién sabe que hubiese pasado, ¿un abrazo? O tal vez ¿un beso?
Anne, ella seguía siendo la luz de mi vida, quién me había hecho confiar nuevamente en el amor, la única mujer que después de Alice, había sacado mi lado romántico.

─Cariño, ya llegaron los anillos. El diseñador mismo los ha traído. Debes consignar a su cuenta. Son cien mil dólares─dijo Susie.
─¿Estás loca? ¿Cómo se te ocurrió pedir unos tan caros?
─A ver, soy una princesa y merezco un anillo así o de más valor. Además son de oro de la mejor calidad y con diamantes importados de Inglaterra. Los hizo el mejor diseñador de joyas de Europa. ¿Qué esperabas? ¿Qué fueran más baratos?
─Pero no tengo tanto dinero como para pagar por una tontería así, hay prioridades. Por ejemplo, el bebé.
─No te hagas Tyler. Yo misma escuché todo lo que te había dejado tu padre. Y por lo del bebé, debes saber que quiero lo mejor para él, me refiero a qué todo debe ser de marca y de las mejores.

Hice caso omiso al comentario sin fundamento de Susie. A ella solo le importaba el dinero y eso lo sabía desde que la conocí. Pero según mis padres ella era quien me convenía y no podía decir que no quería casarme porque ahora ella esperaba un hijo mío.

─Voy a salir, necesito algunos medicamentos─dijo y salió por la puerta principal.

(...)

Narra Anne

El día se pasaba lento, estaba atendiendo a los clientes en la farmacia. La mayoría de estos eran ancianos millonarios que iban por medicamentos para la presión arterial y otros por insulina.

Al final de la fila vi que se acercó una chica rubia de más o menos mi edad. Me parecía haberla visto en otro lugar pero mi mente estaba tan ocupada que no recordé dónde.
Al llegar a la caja vi que estaba embarazada, una pequeña barriga se asomaba entre el ajustado vestido que cubría su cuerpo.

─Buenos días ¿en qué puedo ayudarle?─pregunté amablemente como acostumbraba a tratar a los clientes.
─Necesito multi vitaminas para embarazadas─dijo fastidiada.
─¡Felicidades!─le dije animada─ Un bebé siempre es una bendición.
─Si pero no cuándo no sabes quien es el padre─dijo y se echó a llorar.
─Cálmate, toma─le di un pañuelo desechable.

─Voy a casarme, mi prometido piensa que es el padre. Se lo he hecho creer así. Todo por culpa de mi madre. Ella me obligó a comprometerme con él, mi familia está en quiebra y él era la salida a nuestros problemas financieros. Una noche salí, me emborraché, lo que pasó ya te lo debes imaginar, solo fue una noche pero no recuerdo quien fue. Y para que la boda no se arruinara he tenido que mentir estos meses─dijo llorando.
─Debes enfrentar a tu madre y decirle la verdad a tu prometido, no es bueno mentir─traté de calmarla.
─No sé qué hago contándote mi vida─dijo recobrando la postura─¿me vas a traer las vitaminas o voy por ellas?─preguntó grosera.

Le despaché la caja de vitaminas, pagó y se fue. Mientras yo trataba de recordar si alguna vez había visto a esa chica.

(...)

Era una noche cálida, sentada en mi cómodo sofá de la sala veía una película de terror.
Cada sonido de misterio me despertaba, el sueño se apoderaba de mis ojos.

Cuando la perilla de la puerta se giró.
─Estas no son horas de llegar─le dije enojada.
─Hermanita, ya no te enojes─dijo Brianna con fastidio.
─Creo que al llegar aquí no te puse reglas. Pero de hoy en adelante las puertas se cierran a las diez de la noche. Hablaré con la recepcionista para que no te deje subir─le dije ya muy enojada.
─Que tú no te sepas divertir no significa que yo deba hacer de mi vida una porquería como la tuya─gritó.
─¿Ah si? Claro y por eso tienes que pedir favores para que se fijen en mí─le grité también. Ya no me pude aguantar.

─Anne... yo...─titubeó.
─¿Qué vas a decir? ¿Que te averguenza tu hermana?
─No... solo que estás todo el tiempo amargada, encerrada y triste. Yo solo quería...
─Pues a la próxima mejor que bo quieras. Me has hecho sentir inservible, sin valor. La próxima vez que salga con alguien será porque se fije en mí, no por favorcitos─le dije y me metí a la cama.

Escuché sollozar a Brianna, tal vez había sido muy dura con ella, pero la verdad es que me había lastimado mucho con su favor.

Un tropiezo de amor 》Libro #1 Bilogía Amor en París《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora