Una pista

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Narra Tyler

Los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación, me había quedado dormido con el libro favorito de Anne en mis brazos, le leía uno de sus capítulos preferidos, lo había marcado con un separador.
─Joven Tyler, buenos días─saludó el señor Prince.
─Buenos días, ya le he dicho que me diga Tyler, ahora soy el novio de su hija─le respondí con una sonrisa.
─Si, aún no me acostumbro─volvió a hablar el papá de Anne─Mi esposa no tarda en llegar, ha ido por el desayuno.
─Gracias, ahora entiendo porqué Anne es tan amable.
─Mi niña, me parece una pesadilla que hayan pasado cinco meses.
─Si, cada día para mí es una tortura, sin ella nada es igual, pero tengo la esperanza de que va a despertar.
─También yo, ¿quién tendrá el corazón tan negro para hacer algo así?─dijo con pesar.
De golpe recordé mi conversación con el abogado el día anterior.
─Yo tengo una idea, mire Anne salía todos los días a correr en las mañanas, según dicen quienes la veían siempre se encontraba con una mujer en el parque, que le llevaba postres y dulces, lo que aún no he podido descifrar es ¿quién es esa mujer y porqué quería hacerle daño a Anne? Nunca me comentó de que tenía una amiga más que Mandy.
─Le agradezco mucho todo lo que ha hecho, investigando el caso de mi hija─dijo y me estrechó la mano.
─Hableme de tú y no tiene que agradecer nada, Anne es la mujer de mi vida, gracias por criarla de la mejor manera.
─Tyler, toma. Gracias por cuidar a mi hija─dijo la señora Prince que llegó y me entregó una bandeja con desayuno.

(...)

─¡Oh! Ella me comentó de una mujer que había conocido en el parque, me dijo que ella le había contado todo sobre tí─dijo Mandy tratando de recordar.
─ Y ¿no te dijo como se llamaba esa mujer?─pregunté.
─No, no recuerdo, solo me dijo que la veía todos los días en el parque y le llevaba cupcakes.
─Es lo mismo que dicen los comerciantes del lugar, pero aún no sé de quien se trata.
─¿Quién quisiera hacerle daño a Anne?─inquirió Brad extrañado.
─Esa misma es mi pregunta, no sé, Anne nunca se ha metido con nadie, aunque siempre se han metido con ella. Pero ya eso es pasado, no entiendo cómo pudo haber sucedido esto.
─No te preocupes Tyler, la verdad siempre sale a la luz─dijo Mandy.

(...)

─Te extraño princesa, nada es lo mismo sin tí, me falta tu alegría, ojalá pudieras decirme quién te hizo esto─le dije al oído.

Me senté a su lado para seguir leyendo el libro favorito de Anne, la noche había caído, estábamos en otoño y las hojas de los árboles caían, desde la ventana de la habitación se veía como se desprendían hasta caer en el suelo, sobre otras muchas hojas secas cubriéndolo de colores marrones.
Las flores que le llevaba todas las semanas a Anne, emperfumban la habitación, dándole un toque dulce a toda esta tragedia.

No entendía porqué el destino se empeñaba en separarnos, Anne era lo más importante en mi vida y ahora solo estaba su cuerpo, necesitaba oírla, sentirla viva a mi lado, su sonrisas que me volvían loco, sus detalles que me enamoraban y sus locuras que la hacían única.
Resaltaba por encima de las demás, era especial y sin igual, solo ella me había logrado enamorar, solo ella había suavizado mi duro corazón, pero ahora era como si no estuviera, como si hubiese dejado de existir, hacían cinco meses que no escuchaba su voz, que no veía sus labios esbozar una sonrisa, que no veía sus pupilas moverse y sus mejillas sonrojarse.

¿Porqué la vida nos hacía esto? ¿Porqué no nos dejaba ser felices? ¿Porqué éramos víctimas del destino? No dejaba de preguntarme eso todas las mañanas, noches y a veces madrugadas, sabiendo que Anne podía no despertar más mi vida se había convertido en un infierno, no tenía sentido, mis ánimos no reaccionaban.

─Tyler, apenas llegué me enteré  y vine ¿cómo has estado?─dijo Carol interrumpiendo mis pensamientos.
─Hola, no muy bien─dije pero no pude contenerme y me eché a llorar sobre su hombro.
─Cariño, debes ser fuerte, tdo esto pasará, ella va a estar bien─dijo amorosamente mientras pasaba su mano por mi cabello.
─Ha pasado mucho tiempo y sigue sin reaccionar, mis esperanzas se están perdiendo─ lloré como un niño pequeño y no me averguenzo, lloraba por dolor, por el amor de mi vida, por la impotencia y frustración de no poder hacer nada.
─La fé y la esperanza no se deben perder nunca, yo he sido testigo fiel de qué cuándo se quiere algo se puede. Te he recuperado después de tantos años Tyler.
─Discúlpame, he sido muy duro contigo, sé que me abandonaste porque no tenías otra opción, lo siento tanto, Carol, ma... mamá.
─¡Me has dicho mamá! Lo soy y siempre lo seré, estoy aquí para apoyarte, ya no te dejaré solo hijo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
─Mamá, que bien suena decirlo─dije con una sonrisa a pesar de mis lágrimas.
─Que bien suena escucharlo─dijo y me volvió a abrazar.

(...)

─Dígame que tiene información, dígame que sabe quien lo hizo─ le rogué al detective.
─Cálmese señor Tyler. He estado asistiendo al parque todos los días en busca de alguna pista, he hablado con los vecinos cercanos y algunas personas que dicen haber visto a la mujer, según dicen, vivía en un cuarto alquilado cerca al parque, pero hace más o menos cinco meses, se desapareció, no la han vuelto a ver y se llevó todas sus cosas. Es muy difícil seguirle la pista a alguien que ha desaparecido por completo pero la dueña de la pensión donde se hospedaba me dio el nombre; Alice dice que se llama.

¿Alice? No, no podía ser la misma Alice. Ella me había abandonado por irse con Brad, tal vez era otra Alice, hay tantas en el mundo, pero ¿porqué le iban a hacer daño a Anne?

(...)

─¿Qué? ¿Estás seguro?─exclamó Brad.
─Eso es lo que me ha dicho el detective, pudiéramos estar hablando de otra Alice, pero ¿porqué le querría hacer daño a Anne?
─Tyler, hay algo que no te he dicho. Alice y yo nos fuimos a vivir juntos, yo estaba muy enamorado y pensé que ella también, cuándo llegamos a Asia y nos instalamos ella me celaba al extremo, era muy arrogante y celosa pero luego de un año y medio, un día me dijo que a quien realmente amaba era a tí, que había sido un error irse a vivir conmigo y que te iba a recuperar costara lo que le costara; tomó sus cosas y se fue dejándome deshecho y dolido. Luego de dos meses regresó y yo estaba aún enamorado, pero seguía dolido y la terminé a lo que ella respondió con amenazas de qué nos haría daño.
─¿Crees que se trata de ella?
─Todo es posible, Tyler. Ella me lo dejó muy claro y antes de eso, ella tuvo algunos ataques de ira, no sé parecía loca, tal vez es bipolar, un día estaba bien y al otro estaba enojada, todo le molestaba.
─¿Sabes dónde está? ¿Tienes su número?
─No lo sé, pero si sé quien puede saber.

Un tropiezo de amor 》Libro #1 Bilogía Amor en París《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora