30 - Cruel verdad

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Ya sé que están esperando el capítulo (+18) y que él se está tardando, pero les garantizo que habrán 😂 y más de uno. Saúl y Altagracia cuando se entregaren a la pasión, será muy fuerte. Ojalá les guste el capítulo.

***
Mientras la besaba apasionadamente, sus manos recorrían y exploraban su cuerpo palpando cada centímetro de este. Eran caricias delicadas, tiernas pero cargadas por la pasión, él necesitaba sentir su cuerpo, sus curvas y quería que ella disfrutara de esas caricias, con suavidad.

Posó una mano sobre su seno masajeándolo sobre la delicada tela, haciendo gemir a Altagracia, su otra mano se deslizaba por su muslo introduciéndola por abajo del vestido dirigiéndola instintivamente hasta posarla en sus nalgas, la agitación era mutua se sentía en sus respiraciones. Altagracia se estaba dejando llevar, gemía sin darse cuenta mientras lo besaba y acariciaba sus hombros y pecho incrementando su deseo de sentirlo suyo.

Él bajó con sus besos por sus hombros deslizando los tirantes del vestido, ella tenía sus ojos cerrados sólo sintiendo y suspirando por cada caricia, ella apretaba con sus delicadas manos su brazo fuerte mientras él subió sus manos abrazando a su cuello ejerciendo presión en este para acercarlo más a ella.

_ Tu piel, Altagracia... Como necesito sentir tu piel, – dijo jadeante mientras seguía besándola y rozando sus labios en su regazo – tu olor, tu calor, tu boca.

Envolvió su boca en un beso caliente, invadiéndola con su lengua y jugando con la de ella. Altagracia mordisqueó suavemente su labio inferior y su mentón llena de deseo, a pesar de que comenzó a sentirse un poco incómoda. Siguió besándolo intensamente dejándose guiar por sus instintos sosteniendo su cabeza y bajando las manos por su espalda.

_ Te amo, Altagracia, ¡Te amo! Quiero que seas mía, mi amor. – se declaró, amenazando bajar aún más su vestido, pero ella lo detuvo.

_ Espera Saúl. Tengo que decirte algo. – Ella dijo empujándolo y tratando de recuperar el ritmo de su respiración.

_ Mi amor, lo deseas tanto como yo, puedo sentirlo en tu entrega a mis besos a mis caricias . ¿Por qué te resistes? – Dijo besándola tiernamente de nuevo.

_ ¡Espera! – Lo empujó respirando hondo antes de perder de nuevo la razón. Arregló su vestido y dijo – Sí, es cierto que lo deseo, pero... me resisto porque me sucedió algo en el pasado, algo que me marcó profundamente. Y no puedo hacer el amor contigo antes de hablar sobre ello.

_ ¿Qué pasó? – Saúl se interesó – ¿Qué sucedió que te impide entregarte por completo a mí?

_ A mí... a mí me violaron, Saúl. – Ella dijo a la vez bajando los ojos, su tono de voz se torno temeroso y apenado

_ ¿¡Qué!? – Le indagó sorprendido y muy enojado. – ¿Quién te hizo semejante bajeza, Altagracia? ¿Quien te ha hecho tal daño? – Se levantó del sofá, pasándose una mano por el cabello.

_ No tiene caso hablar de él ahora, Saúl...

_ No, Altagracia , ¡por supuesto que tiene caso! Alguien te hizo daño, alguien te lastimó y yo no estaba allí para defenderte como te merecías. – se reprochó llevando su mano a la cabeza de nuevo, estaba perplejo – ¿Cómo alguien puede hacerle eso a una mujer como tú? ¿Cómo alguien puede hacerle eso a una mujer? – En este momento cambió la voz. – Dime quién es, ahora yo te puedo defenderte.

_ Saúl, – dijo, sosteniéndole suavemente sus manos – lo que pasó, pasó hace dieciocho años, pero marcó mi vida para siempre. Por eso cuando he estado contigo en esta situación tan íntima, los recuerdo vinieron a mí asaltándome en un momento de terror y desesperación.

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