71 - La prueba

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Penúltimo capítulo
Canción del capítulo Amor Sincero - Alexander Acha feat. Zuria Vega.

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_ Saúl, es lo mejor, ¡sabes que es lo mejor! Ya te dije que no quiero tu lástima.

_ ¿Lástima? No puedes estar hablando en serio, Altagracia. – Saúl se preguntaba si ella no sentía su debilidad y el deseo cuando la tenía en sus brazos o cerca de él. – ¿Nunca te has preguntado qué es lo que vine hacer a tu casa esa noche que sorprendí aquí a Rafael? – Dijo sosteniendo su cara mirándolo.

_ No... – ella dijo sin poder contener el sollozo y las lágrimas que llenaban sus ojos escurriesen por su cara. No podía con el contacto tan cercano a él, se derrumbaba. Con sus palabras se dio cuenta de que nunca se había puesto a pensar en lo que le decía, en todo lo que podía ser distinto ese día.

_ ¿Quieres saber todo lo que he venido dispuesto a decirte aquí esa noche? – Le preguntó emocionado.

🎶 Y así, vas cubriendo el frío con amor
Vas, haciéndome sentir mejor
Porque llegas
Encendiendo el corazón 🎶

_ Por supuesto que quiero. – Dijo mirándolo cargada de emoción. Jamás se negarían a escucharlo.

_ Quería disculparme. Pedirte perdón por ser tan estúpido y haber permitido que estuvieras por tanto tiempo lejos de mí. – Se acercó a ella y le acarició la mejilla con ternura. – Que yo no quería que vinieras con Daniel porque me moría de celos y de miedo a perderte. Que cuando te beso mi mundo toma sentido y no puedo vivir sin esa sensación. Que cada vez que te tengo cerca, yo siento una maravillosa perturbación y soy tomado de un deseo incontrolable de estrecharte en mis brazos, besarte y decirte que te amo y quiero hacer el amor contigo hasta que nos quedemos sin fuerzas. Que sin ti en mi vida, me siento perdido y me falta todo, todo...

_ ¿Ibas a decirme que me perdonaste? – Le preguntó con una emoción desbordante que había hecho todo lo posible para contener todo el tiempo que estuvo con él en esa habitación.

_ No, yo no iba a decirte esto. – Ella se sorprendió y lo miró desconcertada antes que él siguiera. – Yo no iba a decirte esto porque no había nada que perdonarte. Me sentí herido, pero no fue precisamente contigo sino por orgullo porque te amaba tanto, te amaba con el alma y con desesperación y al descubrir la verdad acerca de Isabela, al descubrir esa verdad, yo sentí que no había sido correspondido. Eso fue lo que me hizo daño. Pensé que nunca me habías amado como yo te amé, que todo lo que para mí era el mundo, a ti nunca te había importado. Así que tuve tantas dudas porque yo quería la certeza, la certeza de que tú me amabas como yo a ti.

🎶Haces que mi alma sienta amor de nuevo
Haces que a tu lado ya no sienta miedo
Haces que me entregue con cada latido
Y que no quede ni un segundo sin estar contigo 🎶

_ No te voy a mentir, como no te mentí en esa dolorosa conversación. – Altagracia unió sus manos y, con cierta dificultad, volvió a abrir su corazón a Saúl. – Yo no fui completamente honesta cuando me acerqué a ti, pero esto ya lo sabes. Desde que me enteré de que Isabela había sido criada en tu casa, pensé que tener una relación contigo sería una oportunidad para acercarme a mi hija y aun más si nos casábamos. Ella no me conocía, pero en ti confiaba y te amaba, pensé que sería la oportunidad perfecta, para tratarla. Me pareció un gran plan, un plan perfecto. Seducirte para poder tener cerca a mi hija, pero no contaba con que tu terminara por seducirme a mí. Me topé con un gran hombre, maravilloso, tierno, amoroso, cosa que parecía que yo tenía olvidado... Olvidé del gran hombre que eras y pensé que por mi mismo dolor yo ya estaba inmune al amor, a ti. Tú supiste tocar mi corazón y me hiciste dar cuenta que yo, no te había olvidado, que seguía amándote intensamente, deseándote, y a pesar de sentirme culpable por las razones que me llevaron a acercarme a ti decidí entregarme completamente. No fue nada fácil, tú lo sabes, pero tu ternura y comprensión lo logró, a tal grado que lo poco que vivimos juntos fuese muy intenso.

_ Lo sé.

_ Yo no hablo sólo de sexo, Saúl. Yo te entregué otra vez mi corazón en las manos, manos que ya una vez lo había roto, destrozado y confié nuevamente. Para una mujer que ha sufrido el tipo de abuso que yo sufrí, el sexo tiene que ser una entrega muy valiosa, lleno de ternura, exactamente ser tocado por el amor. Yo fui una tonta. Quise jugar con los sentimientos, los tuyos y los míos y perdí. Perdí el juego. Todavía  estaba muy dolida de ti, de nuestra historia, pero terminé olvidándolo, dejándolo todo atrás, y todo irónicamente por ti, tú me demostraste una vez más que el amor era hermoso que perdonar era sencillo. Me hiciste querer vivir de nuevo ese amor, estaba olvidando poco a poco todas las cosas terribles que me tocaron vivir. 

_ Mi amor, yo te hice mucho daño ¿verdad?

_ Saúl, no hablemos de ello y ni nos culpemos. – Altagracia dijo estas palabras con una leve sonrisa. Si me decidí a dejarlo en el pasado, tú también debes de dejarlo si... Si es cierto que deseas reanudar nuestra historia. – Ella dijo sabiamente, pero insegura de su actitud.

_ Por supuesto que realmente lo quiero, Altagracia. Esta es la única verdad de mi vida: quiero retomar mi historia contigo, el único amor de mi vida si me aceptas de regreso. – Dijo mirándola fijamente con amor, acercándose y tomando sus manos.

🎶 Haces que mi corazón ya no esté ciego porque
Puedo ver en ti que esto es amor sincero
Haces que te quiera más
Un poco más
Llegas y te quiero más de lo que ya te quiero 🎶

Ella lo miró suplicante. Los dos ya no podían contenerse dentro de la emoción y se besaron. Fue un beso totalmente emparejado en el sentido de que se anhelaban tanto con la misma pasión, el mismo ardor, el mismo deseo. Ese beso tenía todos los sentimientos que marcaron su historia: pasión, entrega, emoción, lágrimas, amor e incluso un poco de dolor, pero por el tiempo perdido. Saúl la besaba con avidez, tenía muchas ganas de hacerle el amor, su deseo casi le robaba por completo el razonamiento y lo único que quedaba era el olor tan atractivo, sensual que su cuerpo despedía.

Le quitó la chaqueta que ella llevaba encima de la ropa y comenzó a besarla en cada espacio de su piel con la que tenía contacto. Besaba su cara, su pelo, bajaba por el cuello, mordisqueaba sus hombros logrando que Altagracia se sintiera casi desvalida ante esas caricias, ardiendo con el calor de su piel sobre la suya, el sabor de sus besos, la textura de sus labios. Se aferraba a su ropa, en su cabello y lo besaba tomada de deseo y amor.

🎶 Llegas, a curarme del pasado
Se me olvida que he llorado porque llenas
El vacío en mi

Y así, vas cubriendo el frío con amor
Vas haciéndome sentir mejor
Porque llegas
Encendiendo el corazón 🎶

_ Te amo, Altagracia, ¡Te amo! Te amo y quiero hacerte el amor. Quiero que seas mía. No sabes cuanto te he extrañado. – Dijo casi sin aliento junto a su boca sin querer dejar de besarla, y acariciarla tan dulcemente, apasionado acoplándose perfectamente al cuerpo de ella.

Altagracia también quería hacer el amor con Saúl, lo amaba,  era como un desafío saber si podría dejar atrás todo lo que le había pasado con Rafael. Ahora que estaba segura de las razones por las que Saúl quería reconciliarse con ella y el amor de ellos había sido tan bueno para él como para ella, quería vencer esta barrera antes de decidir volver a ser su esposa e iniciar una vida otra vez juntos, feliz y con de una familia que tanto había deseado. Ella necesitaba esa prueba.

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