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Altagracia trató de huir de esa mirada. Sin embargo, a la vez, empezó su juego de seducción con Saúl._ Bueno, dime cómo es ella, así será más fácil ayudarte. – Dijo sonriente.
_ Ella es una muchacha increíble – dijo con orgullo que en cierto modo, hirió a Altagracia, ella tuvo celos. – Isabela es hermosa, muy decidida y, aunque pueda parecer contradictorio, cambia de opinión como el viento.
_ ¿Y cómo es tu relación con ella? – Altagracia preguntó sorprendiéndolo.
_ ¿Y a que viene esta pregunta? – Saúl se intrigó.
_ A... – ella dijo un tanto insegura – Bueno, para ayudarte a elegir mejor el regalo. Es importante que yo sepa cómo es tu relación con ella, para saber que regalo tiene que ver con su relación.
_ Somos muy unidos. Yo amo a Diego, pero mi relación con Isabela es especial. Nos entendemos a la perfección. Y en este cumpleaños, sobre todo, me gustaría darle algo que fuera un símbolo de nuestra unión por toda la vida, por eso elegí regalarle una joya. Siento que especialmente en este necesito mostrárselo. Cumple la mayoría de edad, es un momento tan especial en la vida de una mujer.
_ Tienes razón. Con dieciocho años te conocí. – Lo miró Altagracia seductora.
_ ¿Ves? ¿Qué tal si esta es la edad que Isabela conoce al amor de su vida? – Saúl entró en su juego de seducción.
_ Eso es lo bueno de las joyas – Altagracia dijo un poco conmovida – cuando le regalas una joya a una persona, es un vínculo para toda la vida.
_ Te sentí un poco conmovida, Altagracia. ¿Tienes hijos?
_ Tuve una hija, pero la perdí.
_ ¿Se murió? – Saúl abrió los ojos como platos.
_ ¡No! Una persona cobarde me la quitó. Pero algún día voy a recuperarla. – Ella echó el pelo atrás, tratando de ocultar el dolor que ese asunto le causaba. – Ven conmigo. Tengo la joya perfecta para que le des a tu hija. Es la que yo le regalaría a la mía, si pudiera. – dijo con sinceridad.
Ella le mostro una gargantilla con un dije muy especial. Era el símbolo del infinito y dentro de él estaban grabadas las palabras "amor eterno".
_ Porque es para tu hija y una de las cosas que me he dado cuenta en esta vida es, que este es el único amor verdadero y eterno. Todos los demás poseen un interés y son efímeros.
_ Entonces no es cierto que no guardas resentimiento con respecto al pasado. – Dijo – No le crees mucho al amor.
_ El amor, no lo creo de ninguna manera. Salvo el amor entre padres e hijos, sobretodo creo en el amor de madre. Porque es lo que conozco, lo que nunca me falló. – Ella respondió con firmeza mirándolo otra vez a los ojos.
A Saúl le molestaba mucho este contacto. Mirarle a los ojos le producía una completa sensación de vulnerabilidad y en aquel momento, el tema de la conversación parecía totalmente insignificante. Tenía miedo de delatarse. ¿Y si ella se diera cuenta que él nunca la había olvidado? ¿Que ese amor marcó su vida para siempre? ¿Que él tampoco había podido confiar otra vez en el amor? Entregar su corazón, creer en un amor verdadero.
Y no sólo porque la historia de los dos había fracasado, sino porque después de experimentar un sentimiento tan sublime como aquél, los demás parecían más que efímeros, parecían vacíos, sin solidez, tan débiles que se destruían con la simple sensación de agarrarles. Era como perseguir algo sin sentido.
Tal vez si él nunca hubiera experimentado esa sensación completa y sublime que tuvo con ella, podría creer que los otros sentimientos eran tangibles, pero siempre parecían planos y superficiales porque tenía por comparación ese sentimiento, el amor que había sentido por Altagracia, el amor que nunca pudo dejar de sentir por Altagracia.
_ ¿No me dices nada? – ella se extranó por su distracción. De alguna manera sabía el poder que tenía sobre él y lo disfrutaba.
_ Sí – se mostró confundido – eso no lo puedo discutir. El amor de mis hijos es lo más importante para mí.
_ ¿Y qué te parece la joya?
Con esta pregunta él sintió alguna desesperación. Sintió que si terminaba el tema y eligia el regalo, no la volvería a ver. Quería retomar el contacto. Todavía no sabía con qué propósito, pero no quería dejar pasar la oportunidad de volver a verla.
_ Me pareció hermosa. Estoy seguro que le va gustar a Isabela. El regalo tendrá el significado que yo quiero, pero voy a tener que recogerla mañana. ¿Hay algún problema para ti?
_ No, no hay problema. Regresa mañana.
_ Pero me gustaría que estuvieras aquí. Fue muy bueno volverte a ver.
_ De acuerdo, entonces ven por la tarde. En la mañana tengo un compromiso fuera de la joyería.
_ Muy bien.
Él amenazó con acercarse a despedirse con un beso en la mejilla, pero ella se alejó y tendió la mano. Cuando él se fue, ella se dió cuenta que su cercanía y su contacto también la dejó afectada. Tenía una mezcla de sentimientos dentro de si, fue con él que había descubierto el amor y con él también descubrió otras sensaciones. La falta que él le había hecho durante el tiempo que estuvo en la carcel, la decepción que le causó que terminara con ella en esas condiciones y la abandonara, eran cosas que todavía estaban vivas en su corazón aunque lo negara.
Y ahora, estaba Isabela. La persona que, aunque ausente, le dio sentido a su vida y le pertenecía a él. Regina tenía razón, ese juego que ella pretendía llevar a cabo era demasiado peligroso. Pero no había marcha atrás, era necesario. Y el hecho de como la miró, el querer volver al día siguiente para recoger la joya la hicieron sentir que tenía la razón: él todavía guardaba sentimientos por ella. Pero ¿y ella para él? No tenía la respuesta.
***
Durante la cena con sus hijos, Saúl parecía distraído. Diego y Isabela platicaban trivialidades, pero él no lograba participar de la conversación, era como si no estuviera allí. Los muchachos se dieron cuenta.
_ ¿Qué te pasa? – preguntó Isabela.
_ ¿A mí? – le pareció extraña la pregunta.
_ ¿Quien más? Estás distraído, parece que estás en otro lugar, con una mirada extraña, ¿qué tienes?
_ Ha sido un día largo, mi princesa.
_ Sí Isa, tío Rafael decidió poner a la venta sus acciones. Es un hecho, la Oficina Aguirre tendrá un nuevo socio. Pero no te veías tan preocupado en la oficina papá, ¿sucedió algo más? – Diego señaló.
_ Nada importante, me reencontré con alguien de mi pasado y eso me puso algo nostálgico.
_ ¿Una mujer? – Isabela expresó sus celos.
_ Sí hija, una mujer. Y, sí, en el sentido el que estás pensando: una exnovia. Lo que me dijo me dejó muy pensativo. Me contó algo que me ha hecho pensar que puedo haber sido muy injusto con ella. Y he creído durante 20 años en una mentira.
_ ¿Que cosa? ¿Lo que ha hecho que se separaran?
_ Sí, Isabela, fue lo que nos separó. Mejor dicho, la razón por la que la dejé. Tu madre y tu tía Natalie me presionaron, yo dudé de su palabra y de la integridad de su carácter, por lo que me dijo hoy... pude haber sido extremadamente injusto.
Sus hijos no tuvieron mucho que decir, pero les molestó, sobre todo a Isabela. Ella siempre se ponía difícil cuando se trataba de los noviazgos de su papá, pero oírle hablar de esa historia antigua la dejo afectada y no reaccionó de inmediato. Sin embargo, ninguno de los dos jamás le había visto así a Saúl y Isabela sintió una amenaza. Y desde ese momento creó alguna aversión por esta mujer, le molestó el modo en que su padre la mencionó.
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En el capítulo seguiente
Altagracia conoce a Isabela.
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La Socia
FanficAltagracia y Saúl se vuelven a ver después de 20 años. Este encuentro fue planeado y calculado por Altagracia. Él es el dueño de un prestigioso bufete de abogados, ella la dueña de una joyería muy reconocida que ahora sorprendentemente se quiere hac...