55 - Vengándose

412 46 33
                                    

***
Saúl había escuchado la verdad, toda la verdad que Altagracia había tratado de impedir que conociera y menos de esa forma y en ese momento, pero que él había escuchado las palabras de Rafael y ya no había marcha atrás. Para empeorar todo, Rafael estaba dentro de su casa con una pistola. Todos sabían que él suelto era un peligro para la familia, estaban seguros que en cualquier momento buscaría revancha pero nadie pensó que fuera tan pronto.

_ ¿Dijiste que Isabela es hija tuya y de Altagracia? ¿Eso es lo que dijiste Rafael? – Saúl indagó totalmente incrédulo elevando la voz.

Era demasiado para él imaginar que no era el padre biológico de su niña. Muchas cosas en su vida eran una mentira, pero el amor entre él y sus hijos no lo era. Especialmente con Isabela con quien tenía una relación de complicidad, ella era muy apegada a él. ¿Como podía ser verdad lo que acababa de escuchar? Altagracia le había contado que tenía una hija, que le se la quitaron... pero que fuera su hija, Isabela, no podía creerlo. "No, no es cierto", se repetía insistentemente.

_ Así que ¿No te ha contado Altagracia toda la verdad, Saúl? – Rafael se divirtió con la posibilidad de provocar un conflicto entre la pareja.

Altagracia estaba estoica desde la pregunta de Saúl de arriba de las escaleras. En ese momento ya había bajado y estaba cerca de ellos. No se sentía intimidado por la nueva amenaza provocada por Rafael con una pistola en la mano, confiaba en la cobardía de él que era tan característica, se impulsaba también por la adrenalina de esa verdad que había escuchado dejando de lado su miedo.

_ Rafael, por favor, no seas aún más miserable, no trates de empeorar las cosas, no te metas – Altagracia finalmente se manifestó pidiendo a Rafael que no se interpusiera en lo que ella tenía que arreglar con Saúl.

_ Altagracia, no puedes dejarme fuera de esta historia, no lo puedes evitar. Voy a guardar el arma y hablaremos, después de todo, todos estamos dentro de esto. – Carcajó cínico. – Isabela lleva mi sangre, es mi hija, ya es tiempo que Saúl finalmente conozca la razón por la cual volviste a acercarte a él. – Soltó todas sus palabras cargadas de ironía y cinismo con el fin de hacer dudar a Saúl.

_ ¿Es cierto lo que dice Rafael, Altagracia? – Saúl no había salido del estado de incredulidad causado por la revelación y ahora escuchar que ella pudo haberlo engañado.

Altagracia no respondió, se quedó mirando al suelo afligida, aunque eso había sido el motivo de su acercamiento las cosas habían cambiado, pero Rafael estaba manipulando la situación y estaba sucediendo lo que más temía, Saúl estaba dudando de ella nuevamente, la estaba cuestionando.

_ No te quedes callada, Altagracia, ¡contéstame! – Saúl se alteró. – ¿Todo lo que está diciendo este canalla es cierto? ¿Tú crees que Isabela es la hija que tuviste y por esto te casaste conmigo? ¿Por eso te acercaste a mí? – Su tono de voz era aún más fuerte casi un grito.

_ Ella no solo lo cree, Saúl, ella está segura y yo puedo confirmarlo por qué fui yo quien cogió a esta niña de la casa en que Altagracia vivía y se la entregué a Consuelo. – Rafael habló con una sonrisa triunfante, disfrutaba de la decepción que veía en la expresión de Saúl al escuchar todo.

_ ¡Cállate idiota! ¡Cállate! No sigas con tus intrigas. – Gritó Altagracia desconcertada por la situación. – ¿No crees que todo lo que me hiciste hace diecinueve años es suficiente? ¿Quieres volver a destruir mi vida? Si te queda alguna dignidad como hombre ¡desaparece de mi casa, de nuestras vidas de una vez por todas!

_ No, no me voy, es hora de que Saúl escuche la verdad absoluta Altagracia. – Dijo todo con mucha desfachatez, y se sentó en un sofá. – Esperamos tu explicación querida. Por cierto – volvió a hablar con cinismo – sospecho que Saúl no querrá estar con una persona que solo lo usó para cumplir con un objetivo, sabes Altagracia la venganza es muy mala. – Altagracia le dirigió una mirada llena de odio pero con mucha preocupación.

La SociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora