\ \ c h a p t e r / / t h r e e

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2.12 AM.

El hombre peligris, frota sus manos totalmente frenético. Su ceño fruncido y sus labios prisioneros de sus blancos dientes, eran principalmente por la escena que se repetía en su mente una y otra vez, donde la evidencia se encontraba en sus manos, en sus dedos delgados y pálidos con un tatuaje en uno de ellos, con sus uñas con ese color que lo horrorizaba.


La sangre manchaba el agua cristalina que salía por la llave del lavado, el olor impregnaba el baño del solitario peligris. Afuera de su pequeña casa no se escuchaba ningún sonido, o bueno, quizás era posible percibir otros, pero la respiración agitada de Michael y el movimiento de sus manos frotándose, era más fuerte.


La entrega de cargamento tuvo unos pequeños altercados y un hombre del grupo enemigo, intentó atacarlo en su auto. Su mano derecha, Drew, avistó todo desde el exterior y le dio un certero balazo.


Se perdió una vida, pero la de Michael estaba intacta, intentando sobrevivir a la culpa y que esos recuerdos se borren de su mente. El mismo Drew se ofreció a llevarlo a casa para llevarse el auto y limpiarlo, conocía los principios de Michael y sabía su reacción ante incidentes como estos.


El estado de conmoción de Michael pasó a uno de alerta cuando escuchó golpes en la puerta. Cerró la llave, observó como el agua rosa se iba y luego buscó una toalla para secarse.


  —La vida de Luke Robert Hemmings en tus manos, Michael—el hombre de piel oscura y ojos como la noche, le tendió un folio al veinteañero y este agradeció, viéndolo marchar en una camioneta negra parecida a la suya.  


El silencio volvió a atacar su solitario hogar y suspiró.


Necesitaba con urgencia adoptar alguna mascota que le hiciera compañía o, en el peor de los casos, que sea tan molesto como él.


Caminó hasta la cocina en busca de una copa y se sirvió un poco de su vino favorito, además de tener entre sus manos  el postre que la Ritha le había entregado aquella mañana.


Se sentó cómodamente en su sala de estar y colocó música para no sentirse tan solo. Se recostó  y con una mano tenía el folio del hombre que tal tarde había presentado una amenaza, además del exquisito brebaje de uvas.

  —  

Arthur Stephan Hemmings: 64 años. Título Profesional: Doctorado en Derecho diplomático, cientista político. Encargado de área urbana en el gobierno y congreso de turno(20 años relacionado con estas instituciones y cargos). Actualmente dueño de una mansión al norte de Seattle, propiedades en Los Ángeles y una mansión en Washington D.C cerca del capitolio.  5 autos de colección, utiliza un servicio privado de movilización que comparte con su esposa Lizzeth Holmes Hemmings. Estado Civil: Casado con separación de bienes, seis hijos dentro del matrimonio, no demandas por paternidad extramarital. No demandas en curso.


Lizzeth Holmes Hemmings: 60 años. Título Profesional: Doctorado en Derecho Civil. Encargada de área social en el gobierno y congreso de turno (17 años relacionada con estas instituciones y cargos). Actualmente dueña de una cadena de centros de tratamientos estéticos femeninos, una mansión en las cosas de california, un yate, convive con Arthur Stephan Hemmings en hogar en Washington D.C. Sin vehículos a su poder, comparte movilización privada con su esposo. Estado Civil: Casada con separación de bienes, seis hijos dentro del matrimonio. No demandas en curso.

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