\ \ c h a p t e r / / t w e n t y | s e v e n.

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1.23 PM

Luke Hemmings con su vista en alto y una gran sonrisa, se hizo camino por las instalaciones de su compañía luego de una reunión. Saludó a los trabajadores que le deseaban un buen día e incluso les sonrío mientras se hacía camino a su oficina.

Cuando el elevador se detuvo  en su planta, bajó junto a la pequeña multitud y caminó hasta el escritorio de Dylan, quien estaba de pie, dándole la espalda al mundo, muy ocupado en la agenda electrónica de su jefe.

—Dylan, cumpliré mi hora de almuerzo de 14 a 16 horas, para que tu también cumplas la tuya. Deja que llamen y no tomes recados, respeta tu tiempo libre.

El pelinegro se volteó sorprendido por las palabras de su jefe, pero todo cambió cuando observó como Luke estaba muy ocupado en su teléfono, con sus dedos moviéndose en la pantalla sin ya prestarle atención a algo más.

Para nadie en Hemmings Company había pasado desapercibido el particular y extraño buen humor que para nada, caracterizaba a su jefe. Luke generalmente estaba encerrado en su mundo, rara vez prestaba realmente atención a sus empleados y siempre era muy cortante, para nada él comenzando con diálogos innecesarios.

Cuando Luke ingresó a su oficina y cerró la puerta a sus espaldas, Dylan buscó con la mirada a alguno de los empleados y se dio cuenta que él era el centro de atención. Todos estaban igual de confundidos que él, pues temían que esto fuera solo un cambio de ánimo fugaz y volver a la rutina asimétrica, además de que estaban espectantes de saber quien era el o la responsable del buen humor de Luke. Varios oficinistas, asistentes habían tenido algún encuentro sexual con Luke, sabían que era algo de una noche y lo separaban de su esfera laboral como era esperado, Luke separaba demasiado bien su vida privada de la profesional, era su regla de vida, pero en aquel caso, al parecer se le había olvidado.

1.37 PM

¿Llegaste bien? —preguntó Calum a través de la línea. Era lunes otra vez y Michael había decidido que lo mejor era volver a Seattle, pues los niños podían necesitarlo. Para Drew y Calum quedaban algunos detalles en los que fijarse, antes de volver a Seattle para complementar la investigación y comenzar a diseñar un plan, pero para aquello faltaba demasiado.

—Sí. Shelley estuvo enferma el fin de semana y le estoy haciendo un postre para subirle el ánimo. Su madre la cuida en casa, así que está todo bajo control —comentó Michael mientras ponía en el refrigerador unas tartaletas de frutas que había hecho. Tenía su teléfono entre el hombro y su mejilla por sus manos ocupadas.

¿Y qué planeas hacer el resto del día? —preguntó Calum otra vez, mientras que Michael limpiaba sus manos en el paño y observaba la hora en el reloj de su cocina. Comenzó a hacerse camino hasta su habitación para cambiarse de camiseta.

—Nada realmente, quiero descansar. El fin de semana fue un infierno respecto a Francesca, no me dejaba en paz. Pero al menos sacamos que Jake Simmons, el estúpido corredor, tiene bastante que ver en esto de los atracadores...—dijo Michael mientras veía su armario, buscando una camiseta de las largas, para luego sacar una cazadora con miles de palabras escritas en su espalda con pintura blanca.

Te comprendo amigo, hiciste suficiente. Con un nombre tan fuerte como Jake Simmons, tenemos suficiente como para desbaratar esta basura. Creo que apenas estemos juntos con Drew, comenzar a planear el secuestro se Simmons para que nos de más información.

—Cuenta conmigo amigo, ahora te dejo, que dormiré una siesta.

Sin esperar respuesta, mucho menos una despedida, Michael finalizó la llamada y comenzó a vestirse con lo que había elegido, pues su camiseta blanca había quedado con ciertas manchas luego de cocinar para Shelley. Estaba terminando su tarea, cuando su teléfono comenzó a vibrar.

Empire 》Muke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora