1.34 AM
—¡Mis niños! ¡Mis preciosos, fieles e inteligentes niños!—con ese recibimiento, Mason logró hacer sonreír a los tres hombres que se adentraban a su despacho. Se puso de pie, evadiendo su escritorio, no sin antes darle una nueva calada a su habano.— Mi niño corredor—se dirigió a Calum entregándole un abrazo y palmadas en la espadas como saludo—. Mi niño sicario—se dirigió a Drew para entregarle el mismo cálido saludo—. Y mi niño de negocios—finalizó con Michael, para luego darles sonrisas a los tres e invitarlos a sentarse, a que se pusieran cómodos.
—Jamás me cansaré de este recibimiento, Mass —comentó Drew, aceptando uno de los habanos que el hombre estrella ofrecía. Calum fue el siguiente que recibió uno con una brillante sonrisa, mientras que Michael negó como de costumbre.
—Todo por mis niños—sonrió el hombre, para luego tomar asiento frente a los jóvenes y sonreírles, jugando con sus numerosos anillos—. Porque tener niños felices y cumplir sus caprichos, logra que ellos cumplan con las tareas que les da papi.
—No al daddy kink, por favor—suplicó Michael, logrando que el despacho se llenara de carcajadas por el cálido momento lleno de confianza.— ¿Qué necesitas de nosotros Mason? Ya sabemos que debemos ir este fin de semana, otra vez a Portland. ¿Algo nuevo?
Mason se puso de pie y comenzó a caminar por el despacho, en silencio, creando un innecesario ambiente de tensión, de ansiedad. Terminó con sus manos en los hombros de Michael, observando a Calum y Drew.
—Jamás me he atrevido a criticar alguno de sus...movimientos, si es que les ponemos ese nombre. Siempre les he dado el objetivo, pero jamás me ha interesado el método y eso está bien. La semana pasada les dije que tuvieran cuidado con los atracadores y lo hicieron estupendo, no sé como lograron llamar a la policía, en el apartamento de un hombre rico, con seguridad, sin que ustedes salieran lastimados o detenidos. La verdad es que no me interesa como hicieron semejante hazaña, en lo absoluto, pero necesito que eso vuelva a pasar.
—¿A qué te refieres, Mass? —cuestionó confundido Calum, mismo estado de sus dos mejores amigos.
Mason Moisé, rodeó los sofás y se puso en el centro de la habitación, justamente atrayendo las miradas de sus tres más fieles servidores.
—Necesito que la banda y los traidores caigan. Inferno es un imperio. Tenemos laboratorios, clientes, policía comprada, terrenos, barcos. Tenemos una superestructura, y por unos traidores, no podemos dejar que todo aquello caiga. ¿Me entienden?
—Tus deseos son órdenes Devil, pero...¿Qué buscas específicamente?—preguntó Michael, bebiendo un poco de ron. Su jefe le sonrió.
—Quiero que caigan uno por uno, y no me interesa el método ni sus movimientos. Cárcel, suicidios, emergencias químicas, la verdad es que no me interesa. Quiero que caigan tal como Chad y los otros dos bastardos. Hay más, por supuesto, y su Nido está en Portland. Investiguen, vayan semanalmente, hagan un golpe o algo, pero los necesito fuera del mundo. Los clientes, al conocer ciertos rostros, han sido engañados y han sufrido atracos. Hemos perdido importantes sumas de dinero y eso no puede continuar así—Calum, Drew y Michael asintieron ante las palabras del respetado hombre, que luego se puso de cuclillas y les sonrió, tomando un vaso con ron para brindar.— Mis niños nunca me decepcionan.
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Empire 》Muke.
Teen FictionDos hombres poderosos, imperios que dirigen, responsabilidades que cargan. Un enfrentamiento, una elección. ¿Podrán renunciar a sus imperios para estar juntos? ¿Podrán optar a la libertad sin dejar consecuencias a su paso? 《Me niego a aceptar esto...