Empire 》Muke.

\ \ c h a p t e r / / f i f t e e n.

6.23 PM

  —¿Cómo es eso que el corredor te invitó al Nido?  

Luke acababa de terminar de cenar en su pent-house. Hacía un minuto exacto que se había despedido de sus trabajadoras domésticas, además de sus guardias de seguridad, los que le habían dejado a solas en el lugar, pues ellos tenías apartamentos en la misma torre de edificios. Con todo lo anterior, apenas a las 18.23 de la tarde había podido estar libre, por lo mismo su cena tan temprano, pues el trabajo tan exigente no le había dado momento para poder probar bocado.

  —Hey, calma. Primero que todo, Calum me obligó hoy a acompañarlo a comprarle comida a Michael. Ayer le dejamos su refrigerador vacío y, aunque sea el hombre que te extorsiona, tenía culpa por dejarlo sin comer. Con todo eso, Calum dijo que correría y que si quería, podía ir a ver. 

  —Ashton. 'El enemigo de tu amigo es tu enemigo'—citó el hombre rubio, refregando sus ojos con cansancio. Su espalda lo mataba por la extrañaba posición que había dormido ayer en el auto de Calum, que conducía Michael, además que todo el día estuvo sentado en una incómoda silla mientras hablaba con destacadas figuras de la industria y socios.

—Lo sé amigo, pero analiza la situación. Por años hemos asistido a estas carreras de forma anónima, con miedo a que alguien abra la boca y nos hunda por estar relacionados en espectáculos ilegales y ahora, con todo esto, estamos en el centro. Niega que no te sentiste ayer bien en la carrera...

  —Bueno yo...—intentó excusarse Luke, pero su mejor amigo fue más rápido.

—¡Michael salió del Nido con 180 KM/H! ¡Imagina a cuanta velocidad condujo en la autopista y tu estuviste a su lado! Amigo, esta mañana no pudimos hablar demasiado por todo el silencio incómodo y tenso, pero ahora con esta confianza...¡Fue todo lleno de adrenalina! ¡Emocionante!

Luke negó divertido, con una sonrisa en sus labios mientras se recostaba en el sofá de su sala de estar. Se escuchaba de fondo alguna pista de Blues que lo relajaba, además de que jugaba con sus rizos rubios en lo alto de su cabeza. Estaba agotado, pero relajado y ante la mención que realizó su mejor amigo respecto a la carrera, sintió su pulso aumentar, teniendo fugaces recuerdos de como ayer se sintió, como aquel golpe de la nariz no dolía por la adrenalina.

  —No puedo negar que fue divertido...

8.37 PM

Gruñó entre sueños y se removió entre sus sábanas. Algo vibraba, algo lo hizo despertar de su descanso que había comenzado hace una hora exacta. Buscó a ciegas el teléfono entre su lecho de dormir y un grito ya se había acumulado en su garganta para descargarlo frente a quién lo había despertado.

  —Necesito que bajes. Debo correr a las 9.

De pronto, el grito que acumuló en su garganta, desapareció, a la vez que se sentaba en la cama con prisa y abría sus ojos como platos.