\ \ c h a p t e r / / f i f t y | f o u r .

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11.12 AM

Su pierna subía y bajaba con rapidez. Sus uñas golpeaba la superficie de la encimera mientras su vista estaba perdida. Su otra mano estaba sobre sus labios, de vez en cuando, guiando sus dedos entre sus dientes, mordiendo alrededor de sus uñas. 

Aquella separación ocurrida hace una semana, se repetía en su mente, a la vez que tal conversación que lo tenía desconectado del mundo.

Entonces este fue mi último golpe. Quiero retirarme de Hell, retirarme de Inferno y enterrar a Mefistófeles. He perdido mucho con este trabajo y necesito recuperar a mis niños, necesito buscarlos y cuidarlos. Ellos piensan que están solos, pero me siguen teniendo a mi, debo responderles.

Mason Moisé asintió a sus palabras. Michael estaba sentado frente a él, a su lado se encontraba Drew y Calum con la misma disposición.

Drew había expuesto que en el pasado concibió un hijo o una hija, que desconoce su sexo, pero que debió renunciar a su paternidad para la protección del peligro. Fue padre alejándose. Mientras que Calum tenía otros planes y aspiraciones, pero quería vivir en paz. Los tres habían entregado demasiado a Hell, habían sacrificado sus vidas y era hora de retomar sus sueños y ambiciones personales.

Del Infierno, ni las mejores almas escapan.

Ahora a Michael le parecía sumamente interesante como aquella gota caía del lavaplatos de la espaciosa cocina de Luke, su refugio la última semana. A pesar de tener su propia casa en el sector residencial que les había conseguido Luke, a él y las familias vecinas, Michael se había rehusado a pisar su nuevo hogar, pues era un constante recordatorio de la falla que había cometido.

—¿Estás listo? —preguntó Luke llegando a sus espaldas. Su cabello estaba seco, ni parecía que se había dado una ducha. Estaba vestido con un traje azul rey, con su saco abierto dejando a la vista su camisa blanca con los primeros botones desabrochados, con unas cadenas diminutas en su cuello, además de una marca morada intentando escapar. Obra de Michael.

—Creo que sí —expuso con duda. Su mirada continuaba en aquella interesante gota, pero la mirada de Luke. Había tolerado aquella actitud de Michael toda la semana, la cual no le molestaba, sino que le preocupaba.

Luke sabía lo peligrosos que eran los pensamientos.

Por tal razón, Luke enredó sus brazos por el cuello de Michael y logró que el peligris apoyara su espalda en su torso, mientras que el rubio ponía su barbilla en la cabeza de su apuesto y pensante novio.

—Sabes que estoy aquí para ti ante cualquier cosa, ¿cierto?

El silencio se hizo protagonista por unos eternos segundos, pero Michael suspiró interrumpiéndolo.

—Sí, lo sé. Te amo.

—Yo igual,  pero ahora debemos marcharnos si queremos llegar a tiempo.

11.43 AM

Michael observó los escombros del incendio de hace una semana, pero también observó todas aquellas casas deshabitadas que quedaron de pie. Muchas tenían historias, recuerdos, sonrisas y lágrimas. En todas él había estado, desde siendo cuidado por ahora, lo más ancianos, hasta él cenando o ayudando en labores domésticas.

A su lado izquierdo se encontraba Calum, en silencio, con su vista fija en el lugar, esclavo de sus pensamientos al igual que Michael, mientras que Drew se encontraba a su otro costado, no pudiendo batallar con ciertas lágrimas que lo atacaban ante los bellos recuerdos.

Empire 》Muke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora