\ \ c h a p t e r / / e i g h t.

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8.15 am


  —Entonces Brandon, ¿qué debes decir en la presentación? 


Habían pasado una buena cantidad de minutos desde que compartía un espacio tan íntimo como su hogar, con Luke Hemmings y lo había dejado a solas con Brandon mientras se ponía una camiseta. Al parecer, Hemmings no se había comportado como un patán con el niños, pues cuando volvió a la cocina, ambos charlaban y Luke corregía y ayudaba a borrar ciertos errores que cometía Brandon al traspasar las respuestas a su hoja de papel.


  —Cuando sea mayor, quiero ser un señor de negocios dueño de empresas, por lo mismo, entrevisté al señor Luke Hemmings, dueño de Hemmings Company para que me diera los mejores consejos para cuando sea adulto—respondió sin titubear ni equivocarse el niño y Michael elevó su mano para chocar los 5 con él.


—Ahora, ¿cómo se dice?—preguntó, indicándole con su mentón al hombre rubio con un traje elegante que escribía algo en su teléfono negro, seguramente alguno de última generación.


—Muchas gracias señor Hemmings—respondió Brandon tal como Michael le enseñó, ahora reforzando sus modales.


 —De nada Brandon, tómalo como un gesto de caridad...


El niño asintió ante la ignorancia del termino que había utilizado el elegante señor de negocios que no despegó su mirada del teléfono, mientras que Michael endureció su mandíbula ante la repentina furia que lo atacó. Apretó sus manos en puños y evitó gritarle, confrontarlo y pedirle una disculpa digna, pues, aunque era difícil enojarlo a tal punto de sacarlo de sus casillas, cuando aquello sucedía, Michael tenía una lengua filosa y ningún filtro, además del tono violento que se instalaba en su garganta y los gestos para nada delicados que realizaba con sus manos. Su lenguaje corporal, nunca lo acompañaría de forma racional en medio de un ataque de furia.


Sin desearlo, el momento fue salvado por la bocina del transporte escolar que alertó a Michael y los niños.


  —¡Brandon guarda tus cuadernos! ¡Shelley quítale el teléfono a August y tomen sus cosas! ¡Vamos, vamos que se perderán la escuela!


Los niños rápidamente se movieron por la casa de Michael como si se tratara de la suya. Michael los esperó en la puerta y pronto ellos comenzaron a salir rumbo a la furgoneta, despidiéndose con palabras del peligris, mientras los otros niños del barrio que había arribado antes, lo saludaban desde adentro, alegrándose por ver a Michael antes de ir a la escuela, haciéndolo prometer que de regreso, les enseñaría más basquetball.


Cuando la furgoneta se fue, Michael cerró la puerta y se apoyó en esta mientras tenía sus ojos cerrados, intentando calmar la furia que había regresado una vez más.

Empire 》Muke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora