\ \ c h a p t e r / / t w e n t y | o n e.

1.2K 167 77
                                    

  12.34 PM


El viernes ya había llegado. Luke había declarado explícitamente, que la compañía de sus guardias no era requerida y que se tomaran el fin de semana. Sus trabajadoras domésticas habían hecho por él sus maletas con todo lo necesario para ir a la cena y también a la reserva. Le entregaron en una maleta más pequeña, los obsequios que había comprado la tarde anterior para sus sobrinos, además de las clásicas flores que siempre le regalaba a su madre. 

Estaba listo para marcharse a Portland, dejar Seattle por un par de días. Le había mencionado a su mejor amigo que estaría fuera de la ciudad por temas familiares, y como era de esperarse, el hombre le deseó lo mejor y que ante cualquier complicación en Hemmings Company, él no tendría problema en intervenir para darle una solución sin que Luke se preocupara.


Por otro lado, Michael, Calum y Drew estaban terminando de cargar sus diferentes vehículos con pertenencias. Mason les había mencionado que logró rentarles una pequeña casa por un mes en Portland, para que hicieran investigaciones y transacciones. Todos sabían que planificar y observar al enemigo, no les iba a tomar un fin de semana, como tampoco un mes, pero para comenzar, aquello estaba bien.


Tampoco quería decir que estarían treinta y un días en Portland, más bien harían visitas periódicas. Todos tenían obligaciones tanto laborales con Mason, como personales.


Pero aquello no quería decir que Drew y Calum se olvidarían de las marcas que aún Michael tenía en su cuello, ni menos batallarían con la curiosidad de saber quien había sido el responsable de marcar a su amigo.


—Algo no me cuadra...—rompió el silencio Calum, observando la parte trasera del auto de Michael, donde además de un bolso con pertenencias, tenía uno con kilos de metanfetamientas.


  —Tu llevas el que tiene cocaína y Drew el efectivo—rápidamente Michael se aventuró con una respuesta, para cerrar el maletero.


—¿Quién hizo esto?—preguntó, con su dedo índice tocando una de las manchas del cuello de Michael, logrando que el peligris se quedara sin respiración. Se tensó y cerró los ojos, sin intenciones de enfrentar aún, a sus amigos.


Era más que obvio que pensó que se les había olvidado aquel pequeño detalle, sobretodo porque ya las marcas comenzaban a desaparecer.


  —Dije que un mosquito grande y muy feo—respondió Michael, para caminar dándole las espaldas a sus amigos y entrar a su casa. Ellos, por supuesto, lo siguieron con la intriga.


—Tú no dejas que te marquen...—recordó Drew divertido, con sus brazos cruzados.


—Ni te acuestas con cualquier persona. En este negocio hay una regla fundamental, la que es involucrarse con gente que sabe a lo que te dedicas y que es capaz de guardar silencio y aceptar una cuota de peligro, además de condiciones...—comentó Calum, para caminar hasta Michael y lograr estar lo suficientemente cerca para susurrar en su oído.— ¿Con quién te acostaste?


El silencio cayó una vez más en la habitación. El pánico invadió a Michael, pues lo que hizo con Luke fue totalmente estúpido e irresponsable, sin embargo, él había roto cualquier esquema o prejuicio que Michael se figuró. A pesar que Luke guardaba silencio y era fácil de concluir que esperaba repetir tal ocasión más pronto que tarde, no podía irle con el chisme a Calum o a Drew. Era peligroso, era quemarse y no podía peligrar un millar de cosas solo por lujuria y una nueva, y muy buena, pareja sexual.

Empire 》Muke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora