Empire 》Muke.

\ \ c h a p t e r / / f o r t y | e i g h t.

4.27 PM

3 días de un Oliver con coma inducido ante las graves lesiones internas que presentaba. 3 días desde su denuncia por abuso sexual y violación cuando era menor de edad. 3 días de su familia y entorno conociendo la verdad que ocultó tanto tiempo, que explicaba muchas de sus conductas que fueron criticadas y rechazadas. 3 días de superación. 3 días de comprensión.

3 días de Michael.

Él había estado incondicionalmente a su lado, acompañándolo en silencios cómodos que se resumían en mirar el techo de la habitación, o estando en el jardín con la vista en unos rosales blancos de la madre de Luke. Él estaba ahí y jamás Luke se había sentido de tal forma, incluso se lamentó por rechazar la compañía de tal especie en todos aquellos años, tener a alguien como Michael a su lado, renunciando a su soledad beneficiosa, le trajo una mejoría mucho mejor. Michael lo potenciaba, le entregaba la fuerza que desconocía tener, como también el espacio suficiente para su mente desastrosa.

Y aquellos 3 días con Michael habían sido la cura para el trauma que lo persiguió por años.

Luego de 3 días por fin estaba preparado para continuar con su vista en alto, con aquella carga vergonzosa transformada en valentía pura. Se sentía bien y aquello podía apostar que sería un estado permanente, no como el anterior donde estaba bien a ratos, donde prefería trabajar a darse tiempo a sí mismo.

Por eso, al tercer día, tomó la decisión de volver a Seattle y no solo como usualmente lo hacía cuando visitaba a sus padres, o cuando visitaba a sus sobrinos, o cuando asistía a reuniones. Aquella ocasión era especial porque iba con una gran compañía, con Michael Clifford quejándose de la falta de sabor de los platos del vuelo, como también críticas ante la desigualdad de oportunidades y segregación en un simple avión, a manos de la primera clase y la clase turista. También iba con Jenna y el pequeño Logan, donde su hermana reía ante la furia y argumentos cargados de Michael que le hacían recordar a un gato furioso.

Luke solo lo escuchaba y observaba mientras se quejaba, fijándose en los detalles de su rostro, de algunas pecas esparcidas, de su nariz que se arrugaba, de como los rayos del sol llegaban a sus ojos verdes y le entregaban otro tono, como sus labios gruesos y rosas se movían ante la pronunciación de cada palabra, como sus dientes blancos aparecían para entregar sonrisas sarcásticas a las tripulantes del vuelo.

Realmente le gustaba Michael.

Y ahora ahí estaban, esperando pacientes las maletas, donde Jenna cargaba a Logan mientras que Michael recibía la maleta de la mayor de los Hemmings en esa situación, mientras esperaban la de Luke, con paciencia.

—Es que no puedo creer que trajeras una maleta gigantísima para 3 días Luke, cuando tienes una habitación llena de ropa y el dinero suficiente como para cambiar por completo tu armario—se quejó Michael viendo como su rubio y apuesto novio reconocía su maleta color vino. Jenna soltó una carcajada mientras que Luke rodeó los ojos.

—Para tu información, no sabía que solo serían tres días —se excusó Luke elevando una ceja, gesto que hizo que su pequeño sobrino soltara una carcajada.— perfecto, lo único que me faltaba es que Logan estuviese de tu lado.

—Se llama encanto, cariño —se burló Michael para poner su mascarilla negra en su rostro, última compra que realizó en el aeropuerto en Washington. Compra estúpida frente a los ojos de Luke.

Con Luke con su gran maleta color vino, Jenna lo seguía cargando a Logan junto a Michael, quien llevaba su mochila con pertenencias básicas que había empacado ante la llamada de Luke, además de él encargarse de transportar las pertenencias de su cuñada e hijo.