10.12 AM
Michael cerró con más fuerza sus párpados. Acostumbraba a que cada vez que despertaba y era consciente que el sueño había acabado, en vez de abrir sus ojos para enfrentar la realidad, los cerraba con más fuerzas para unirse a un nuevo descanso, pero jamás funcionaba.
Ante su rechazo respecto a la visión, sus otros sentidos tomaban fuerza. Su audición no lo traicionaba, pues informaba que no existían sonidos cercanos, quizás estaba en medio de la nada o en su cómoda cama. Se sentía fresco, no sudaba, lo cual significaba que su hipótesis de estar a la intemperie, fallaba. Lo siguiente que sintió, fueron sus sienes palpitando y un increíble dolor de cabeza que lo atacó, logrando que se le escapara un gruñido, el que logró hacerlo consciente que su boca y garganta estaban secas.
Finalmente abrió sus ojos, topándose con un techo de un color hueso, para nada parecido al techo de su habitación que tenía ciertas manchas de humedad y pintura que ya comenzaba a desprenderse de la superficie de cemento. Arrugó su adolorido ceño por la confusión.
¿Estaba en un hospital?
Con una lentitud y sigilo, increíbles, volteó su rostro para inspeccionar el lugar. No parecía un hospital, a pesar que todo estaba limpio y con colores fríos. Habían unas cortinas color durazno cerradas, impidiendo en algo el ingreso de luz solar. Los colores de las paredes eran del mismo color hueso del techo, con una línea negra de cerámica cruzando, mostrando cierta elegancia. Una gran televisión, que casi era del porte de la pared, estaba en el centro de una de ellas, frente a la espaciosa cama en la que Michael descansaba.
¿Un hotel?
Se sentó en la cama con confusión, pero para su mala suerte, además del dolor palpitante en sus sienes, se sumó un intenso mareó que lo obligó a apretar las sábanas de la cama, intentando sentirse seguro en medio de tal habitación que daba vueltas.
Se puso de pie con lentitud, dando dos pasos demás por el intenso mareo que lo desequilibraba. Notó que estaba descalzo, con sus clásicos pantalones negros, para su sorpresa los botones de este desabrochados y la cremallera abajo, dejando a la vista su boxer blanco, y estaba sin camiseta.
Con torpeza, logró subir su cremallera y abotonar los botones para investigar donde estaba, y porqué no recordaba como llegó a tal lugar y con quién.
10.15 AM
—Señor Luke, el señor Jonathan está aquí —el jefe de seguridad de Luke comunicó, adentrándose a la cocina en la que estaba Luke junto a Zachary, desayunando café y unos omelettes que las mujeres del servicio doméstico habían cocinado para él.
Zachary y Luke se voltearon deteniendo su entretenida conversación, para poder avistar a su hermano mayor junto a Julian, el jefe de seguridad. Se notaba fresco, con el gran ánimo que lo caracterizaba, a pesar de ser llamado en la madrugada por su hermano menor con urgencia, obligándolo a tomar un vuelo por 5 horas para llegar a su pent-house y estar a su disposición.
—Que inesperada reunión familiar —comentó Jonathan, abriéndose paso en la cocina mientras Simon se marchaba. Zachary lo saludó primero, dándole un apretado abrazo más palmadas en la espalda. El siguiente fue Luke, quien como esperaba, fue abrazado con fuerza por su hermano mayor, que lo mecía acunándolo como siempre.
Llevarse 12 años tenía estas consecuencias.
Al acabar con los saludos, tomaron asiento y Luke pidió un desayuno para Jonathan, quien por supuesto, agradeció gustoso.
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Empire 》Muke.
Teen FictionDos hombres poderosos, imperios que dirigen, responsabilidades que cargan. Un enfrentamiento, una elección. ¿Podrán renunciar a sus imperios para estar juntos? ¿Podrán optar a la libertad sin dejar consecuencias a su paso? 《Me niego a aceptar esto...