Empire 》Muke.

\ \ c h a p t e r / / f o u r

10.00 AM

  Como era costumbre, el hombre rubio vestido con impecable traje azul rey, se mantuvo en silencio en su viaje en ascensor mientras contestaba los mensajes familiares. Afirmó que iría a la cena que su madre daría en casa, felicitó a Sophie por sus excelentes notas en matemáticas y le prometió llevarla a los establos de la familia el fin de semana para que ambos montaran, le envió respuestas a los memes de Jenna y expuso una vez más que eran para él desagradables los niños que aún no pudieran comunicarse, así que Desmond aún no le provocaba nada en su corazón como para compartir con él un par de minutos o reaccionar a una foto donde estaba manchado por un incidente con crema de maní.

Salió del elevador recibiendo los usuales saludos, hasta que llegó a su oficina, donde su humeante taza de café expresso lo recibía para animarlo a responder todo el día, pero justo a la amargura oscura, se encontraba una carpeta demasiado delgada para su gusto con el nombre de aquel hombre que conoció la jornada anterior.

Tomó asiento y subió sus pies hasta el escritorio, para inclinarse cómodamente y comenzar a leer el folio mientras bebía café.

Solo era una hoja tamaño carta, ni siquiera lograba completar con información una plana.

Michael Gordon Clifford: 25 años. Hijo de Katrina Giselle Clifford, madre soltera a los 19. Profesión: prostituta. Muerte: 39 años brutalmente asesinada por uno de sus clientes cuando Michael apenas tenía 20 años. Sin familiares directos vivos. Dueño de una casa sin información, herencia de su madre. No estudios universitarios cursados, aunque estudios secundarios terminados. Oficio: sin información. Cursos municipales de organización sindical y trabajo social.

Luke se puso de pie y dejó la taza en su escritorio, para levantarse y observar la privilegiada vista que su oficina le proporcionaba, no sin antes apretar cierto número en su teléfono.

Bastaron minutos para que dos golpes se escucharan en la puerta y una voz resonara en sus espaldas.

  —¿Me llamó señor Hemmings?

Luke no se volteó en ningún momento, solo se dedicó a observar los edificios empresariales, los autos marchando calle abajo, como el viento mecía ciertos árboles o como un avión cruzaba el cielo.

—Dylan, dime que esta no es toda la información que tienes sobre Michael Clifford—exigió con voz tensa, logrando que el joven hombre tragara con nerviosismo.

  —Solamente eso encontré en la base de datos gubernamental que me tendió usted por cortesía de la familia Hemmings. Señor, no hay ninguna otra información de Michael Clifford.

—Esto es completamente inacepta...

Pero el reclamo de Luke fue interrumpido por el sonido del teléfono de su oficina, que logró que su rostro se volteara un par de centímetros.

—¿Acaso no vas a contestar? ¿Por estar de pie te pago?—preguntó petulante, volviendo su rostro hacia la ventana, escuchando los pasos rápidos de Dylan y como este de inmediato respondía la llamada.