›«Días ajetreados»‹

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Minnie

El sonido de alguien tocando la puerta me interrumpió en mi trabajo, dejé los papeles que estaba leyendo a un lado.

— Pasé – exclamé, de inmediato la puerta se abrió y lo primero que observé fue a los cuatro alumnos más traviesos que Hogwarts a podido tener, los Merodeadores.

Me acaricié el puente de mi nariz, ¿Ahora que habrían hecho?

— Díganme ¿Qué pasó está vez? – los Jovenes Black y Potter se mostraron ofendidos, mientras que yo los miraba intrigante.

— Nos dueles Minnie – Potter puso su mano en su pecho, como si estuviera intentando lastimar su corazón.

— Está vez no hemos hecho nada, nadita Minnie – le siguió el juego Black, suspiré.

¿Creerles o no creerles?

— Ya les comenté que no me digan Minnie, Jóvenes – los observé un rato para después dirigir mi mirada al más tranquilo de los cuatro – ¿Joven Lupín? – este entendió de inmediato a lo que me refería.

— Hemos venido para poder inscribirnos al club de Duelo – respondió.

— ¡No es justo! ¿Porque siempre es Remus quien tiene que decir las cosas?

— ¡Nosotros la queremos más, Minnie!

— ¡Remus no es tan santo como creé! – Black y Potter se quejaron, suspiré de nuevo, de verdad que me estaban fastidiando un poco.

Aunque lo hacen por la intención de quererme... No, solo querían molestarme, es lo más seguro.

Ambos jóvenes siguieron quejándose hasta que les pude dar un alto. Ellos quedaron sentados y en silencio, como se supone que deberían comportarse.

— ¿Están seguros que quieren ingresar al club? – los cuatro asintieron – ¿Están conscientes de que se van a tener que comportar de una manera excelente? – repitieron su acción – ¿Prometen que no decepcionará a la casa de Gryffindor con su comportamiento? – todos se miraron para marcar con una mano una equis invisible en su corazón y con la otra alzada.

— Promesa de Merodeador – contestaron juntos.

Si la palabra Merodeador estaba incluida, quiere decir que de verdad se están comprometiendo. Estos niños, pueden ser muy traviesos y desesperantes, pero creo que no encontrarse a alguien igual de leales.

— Está bien, chicos – respondí.

— Minnie, porfa... – Black y Potter se miraron entre ellos para después sonreírme – ¡Dijo que sí! – asentí – ¡Sabíamos que nos amaba en secreto Minnie! – ambos se lanzaron a abrazarme tomándome por sorpresa, solté una pequeña risa, observé cómo Lupín negaba con una gran sonrisa y Petegrew también sonreía.

Al final ambos chicos dejaron el abrazo y quedaron sentados en su lugar. A pesar de todos los catástrofes que ocacionan, son jóvenes que se hacen querer.

— Bueno Minnie, gra... – antes de que pudieran terminar, la puerta se abrió mostrando a la joven Lovegood que traía a rastras a la joven Jone.

— ¡Minnie! – sonrió la joven – Chicos – les saludo, para después empujarlos de mi oficina – Fue un gusto verlos, pero yo tengo que hablar con Minnie, ustedes no, adiós – y cerró la puerta en la cara de los Merodeadores, para después "limpiarse" las manos y sentarse frente mío.

Todo esto mientras la miraba con una ceja alzada. ¿A caso fui tan mala en mi otra vida?

— Minnie ¿Cómo a estado?

Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora