›«Clases y más clases»‹

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Adhara Jones

Junto con Sev, llegamos a la sala común, a la par, que discutíamos sobre la nueva edición del libro de pociones que habían sacado. No cabía duda de que en este habían cometido varios errores en la preparación de las pociones. No sabíamos a ciencia completa si es que era para evitar que cualquiera en el mundo mágico pudiera hacer una excelente poción, esto como forma de prevención debido a los tiempos en los que estábamos, o porque el nuevo editor era un completo inepto de la materia y a la justas le salían unas pociones que cumplían su función.

Yo me iba más por la última opción mientras que Sev por la primera, al igual que siempre, nos encantaba el tener ideas diferentes para poder crear minis debates y buscar argumentos que contradigan la del otro. Aún así, ambos llegábamos a la misma conclusión de que no seguiríamos todas las indicaciones de esta edición. Y a pesar de mis quejas y reclamos, Severus está más que seguro que corregiría y tacharía varias cosas de ese libro con su plumas.

Odiaba con mi alma cuando hacía eso, en la gran mayoría de sus libros tachaba y apuntaba otras cosas por más que le dijera que podría escribirlo en algún pergamino y dejarlo dentro del libro.

- Y por estas escaleras podrán encontrar sus habitaciones - escuché a lo lejos la voz de Regulus.

- Debemos de admitir, que lo está haciendo bien - le comenté a Severus mientras no apartaba mi vista del nuevo prefecto de Slytherin.

- ¿Pero? - cuestionó con una ceja alzada.

- No es tan bueno como nosotros - Sev soltó una pequeña risa mientras que asentía.

- No te lo negaré - esta vez levanté yo mi ceja.

- ¿Sin embargo? - pregunté al haber notado la insinuación de seguir comentando algo más.

- Eso suena demasiado egocéntrico, hasta para tí - solté una exclamación sintiéndome ofendida.

- ¡Severus Snape! Y pensaba que eras mi amigo - dramatice.

- Y lo soy Dhara - negué en un intento de permanecer en mi escena, pero una risa que escapó de mi boca fue quien acabó con ella.

- Tienes suerte de que te tengo aprecio.

- Como tu digas Adha, como tu digas.

Estuve a punto de refutar para seguir con nuestra pequeña discusión, más una silueta que se acercaba a nosotros fue el motivo por el que dejamos esta de lado. Sonreí al notar lo nervioso que se encontraba.

- Entonces, ¿Qué tal lo hice? - la manera en como lo preguntó, tal cual como si fuera un niño que buscaba la aprobación de sus padres me hizo soltar una pequeña exclamación de ternura.

- ¡De maravilla, Reg! - le comenté mientras que le jalaba las mejillas tal cual un niño - Aunque creo que escuché a algunos niños decir que extrañaban a los prefectos anteriores - le comenté después.

- ¿En serio? Yo escuché que estaban aliviados de tener una prefecta no tan intensa como la anterior - respondió él, me cubrí la boca de la sorpresa que me había tomado aquel comentario.

- Tu... - murmuré sin creerlo, su cara de diversión cambió a una de preocupación al ver que no reaccionaba como siempre.

- Yo.. ¿Adha? ¿Estás bien? ¿Dije algo ma...? - lo abracé de inmediato sin esperar que dijera más - Severus ¿Ayuda? - lo escuché murmurar confundido, me separé de él y me sequé una lágrima imaginaria.

- Estoy tan orgullosa que hayas aprendido de la mejor - comenté aun teniendo una mano en su hombro.

- ¡Adhara Casiopea Mía Jone Smith! ¡Creí que había dicho algo malo! - gruñó y no pude evitar soltar una carcajada.

Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora