Omnisciente
¿Qué es lo que uno escucha antes de una discusión?
Opiniones o comentarios que contradicen tus ideales o pensamientos ¿Cierto? Así es como se comienza, así es como una discusión empieza. Con dos posturas diferentes que se enfrentan, donde cada uno intenta convencer al contrario de apoyar su punto de vista y, dependiendo del porte de los pensamientos atacados, uno puede ceder ante el plan que contradice lo acordado.
Es aquí donde una nueva variante del surgimiento de una discusión aparece: No cumplir con lo pactado. En estos casos, son más temas los que son atacados. Además de lo anteriormente mencionado, se pone en duda la lealtad, la sinceridad y la palabra del contrario. Porque en conjunto escogieron el plan, en conjunto lo diseñaron y fue aceptado por ambos. Sin embargo, al querer cambiarlo, al desear aumentar cantidades, lo planificado se desmorona.
Y no es lo único que cae. Ya que, de la misma forma, la confianza lo hace.
Pero ¿qué es lo que uno escucha antes de una discusión donde, técnicamente, participas y a la vez no?
Estas dentro de la discusión, claro que lo estás, porque eres uno de los temas que se discuten. Porque tu nombre, junto al de otros, aparecen entre las contradicciones. Son utilizados en los argumentos, son vociferados por los debatientes. No obstante, no eres quien está discutiendo, no eres quien busca defender con desesperación la palabra otorgada, no eres quien lucha contra la autoridad designada, no eres quien se esfuerza en no ser vencido por la sabiduría mayor.
Entonces ¿qué es lo que uno escucha?
Para James Potter, fue silencio.
No uno casual, no de esos que te calman por creer la existencia de una tranquilidad en las personas que te rodean. No una cómoda, no de esas que compartes con tus amigos tras largas risas o de la que aparece al disfrutar netamente de su compañía.
No, fue de las aterrorizantes.
De las mismas que te erizan los vellos, de esas que se utilizan al contar una historia terrorífica, con la intención de crear un suspenso y de avivar el miedo en los oyentes. De esas que eran tensas, porque no comprendías la razón de tan siniestro mutismo. Era de aquellas que provocaban la contención del aire, debido al temor de romper la inexistencia del sonido al respirar.
Un silencio, uno que James temió destruirlo con el sonido de sus pasos. Uno que provocó un nudo en su estómago al verse en una encrucijada de atender la invitación o de ir a su habitación. No era como si temiera repetir la historia, no era como si poseyera un internalizado miedo de escuchar lo que no debería y comprenderlo de manera errónea. No, James Potter era un valiente Gryffindor, uno que, a pesar del angustiante silencio, le permitió quedarse y no salir...
— ¡Y una mierda!
Bien, ahora sí que parecía una fantástica idea salir de la estancia fuera del despacho del director, retornar el camino por donde vino y regresar minutos — o tal vez horas — después.
— ¡Lenguaje, señorita Jone!
— ¿En serio me está pidiendo que controle mi lenguaje cuando es él quien está rompiendo cada una de las promesas que brindó? — la escuchó furiosa — No me hagas reír, Minerva — soltó con amargura — No cuando es él quien merece ser jodidamente regañado por el drástico cambio que quiere hacer.
— Adhara — sin alteración por las acusaciones, habló — Si he de comentarte estas ideas, es para así buscar... — el mismo se detuvo al escucharla reír por lo bajo.
— ¿Ideas? ¿Realmente son ideas, Albus? — preguntó — A otro perro con ese bendito hueso — exclamó y James identificó la frase como una muggle que Lily utilizaba — Lo que disfrazas con esa palabra no son más que planes que vienes elaborando con demasiada antelación.
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Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1
Fanfic- Eres peligrosa... - razonó él pero, antes de que ella hablara, añadió - un amor prohibido no creo que sea del todo malo - sonrió acercándose a ella - ¿Crees que olvidaré todo lo que hemos vivido y me alejaré? - ella no podía emitir ni una palabra...