Omnisciente
Las estrellas esa noche brillaban y ambos pelinegros estaban agradecidos con ello, puesto que de la iluminación no debían de preocuparse pero del estar y admirar al otro sí. Se encontraban echados, solo teniendo una manta tapándolos, no había sentimiento que pudiera describir lo que ambos sentían y aquello no les preocupaba, porque solo bastaba con mirar al otro para saber que ambas partes habían caído por el otro.
Adhara comenzó a garabatear con su dedo en el pecho de Sirius, mientras que esté solo acariciaba su cabello y dejaba ciertos besos en su frente. La serpiente amaba esos pequeños momentos que tenían, donde sintió que no toda su relación se basaba en la atracción sexual, sino, que también iba más allá, que también había sentimientos puros y verdaderos de por medio. Y Sirius también sintió lo mismo, amaba el terminar en aquella posición luego de haber estado juntos, amaba aquellos momentos en los que los gestos y caricias eran sus conversaciones y cualquier palabra sobraba.
Más aún sintiéndose completos, ambos jóvenes notaron como uno de ellos era embriagado por un sentimiento distinto al que siempre compartían. La fémina de la relación se apoyó en el suelo para poder sentarse y poder tener una mejor vista de su novio, conectando ambos sus miradas, la serpiente posicionó su mano en la mejilla del contrario y este buscando más contacto se dejó guiar por esta. La mirada de Adha se volvió una interrogante y Sirius sabía que él porqué de está, negó con la cabeza intentando que dejara el tema más la chica insistió. El León le sonrió y comenzó a pasar sus manos por el cuerpo de la chica, está notó como el ceño del mayor de los Blacks se fruncía cuando pasaba sus manos por ciertos lugares y allí lo comprendió
- Sirius ... - susurro ella, el mencionado emitió un ligero «ajam» en signo de que la estaba escuchando - No son nada de lo que preocuparse - cuestionó en el mismo tono, más el pelinegro parecía sin estar conforme con esas respuestas - Cariño, me las hice cuando estábamos practicando Quidditch - le explicado refiriéndose a las pequeñas heridas que su pareja se había dado cuenta que poseía.
- ¿Quidditch? - cuestionó él con una ceja alzada, tanto él como ella sabían que esa no era una explicación concreta por el simple hecho de que la pelinegra destacaba en aquel juego.
- Sí, Quidditch - afirmó ella - Estuvimos practicando con los chicos, pero hubo un niño que apareció y quiso participar - comenzó a narrar - Se lo negamos, claro está, pero se enteró y sacando una de las barredoras del armario comenzó a volar - la chica estaba concentrada en aquel recuerdo que a Sirius le pareció tierno cuando arrugó la nariz, acción que hacía cuando algo le causaba molestia - Paramos la práctica y le pedimos al niño que bajará, este se negó y en un momento empezó a tambalearse - Sirius comprendió al instante el cómo se había hecho esas heridas.
- Fuiste hacia él y lo salvaste de una caída ¿No es así? - ella asintió.
- Rodamos un poco brusco por el suelo - se encogió de hombros - por ello los rasguños - contestó a la pregunta no formulada por su pareja.
- Debes cuidarte más - exigió, la pelinegra sonrió al notar el lado protector que aparecía en su chico.
- Lo hago - dice ella.
- Pero te dejas de lado cuando alguien está mal - negó con la cabeza, dio un suspiro y se escondió en el cuello de su chica, la mencionada empezó a darle las mismas caricias que antes Sirius le daba.
Las palabras desaparecieron de nuevo en el dialecto de ellos, siendo las caricias quienes la reemplazaban. Después de un momento Sirius comenzó a darle pequeños besos por su hombro y cuello causando ligeros suspiros en su chica, sonrió al notar como conocía todos aquellos puntos sensibles de su pareja. Dejó un largo beso en la marca que poseía antes de acercarse a sus labios y apoderarse de ellos de nuevo. El beso era uno suave y con sentimiento, el tipo de besos que se daban cuando solo estaban ellos. Adhara se sentó a horcajadas y Sirius no evitó que sus manos por instinto se movieran hacia la parte baja de la espalda de su novia para acercarla más a ella. Los movimientos y roces eran más profundos que antes, los besos más intensos y las pupilas más dilatadas. Las lujuria se había apoderado del lugar, creando un ambiente ideal para la pareja.
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Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1
Fanfiction- Eres peligrosa... - razonó él pero, antes de que ella hablara, añadió - un amor prohibido no creo que sea del todo malo - sonrió acercándose a ella - ¿Crees que olvidaré todo lo que hemos vivido y me alejaré? - ella no podía emitir ni una palabra...