›«Familia Black»‹

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Omnisciente

— Bienvenida, señorita Adhara — saludó Kreacher con una leve reverencia.

— Muchas gracias Kreacher — devolvió el saludo con una notable sonrisa — ¿Cómo has estado? 

— Kreacher se encuentra bien, señorita Adhara — respondió mientras que permitía que la pelinegra entrara a la casa.

— Me alegra oír eso, Kreacher — le sonrió, para después asegurarse que no hubiera algún Black cerca para agacharse y, no pudiendo contenerse, darle un abrazo al elfo doméstico.

El elfo, que no esperaba tal acción de la, ahora ya no, pequeña niña que venía a visitar a su amo Regulus antes de que ingresara a Hogwarts, se quedó perplejo, sin poder reaccionar hasta que la pelinegra se alejó con una sonrisa de disculpa.

— A Krea-Kreacher le parece que la señorita estará más a gusto si se reúne con los jóvenes amos y el joven Snape — señaló después de un momento, la pelinegra asintió estando completamente de acuerdo con lo dicho.

— Estaría muy a gusto ¿Podría guiarme, por favor? — pidió — Es la primera vez que visito la mansión Malfoy, es una completa sorpresa el encontrarte aquí, si me deja comentarle.

— La ama le pidió a Kreacher que viniera para que apoye en las cocinas — respondió ante la duda discreta que la pelinegra tenía.

— ¿Y entonces por qué estás aquí? — cuestionó sospechosa, el elfo solo desvió la mirada — Sabía que me tenías aprecio, Kreacher.

— Kreacher solo cumple la orden del amo Regulus — se defiende, causando risas de la pelinegra.

— Claro Kreacher, te creeré por esta vez — el elfo esbozó una sonrisa al notar el guiño que le dirigía. Aquella bruja no era igual como las que había conocido, en especial las que tenían las mismas habilidades y pureza de sangre como el de la serpiente.

— Los jóvenes amos se encuentran en esta sala — indicó una vez llegaron a su destino — Kreacher está seguro que se animaran al verla, Señorita Adhara.

— Adha, Kreacher — le corrigió con cariño — Sabes que estamos en confianza.

— A Kreacher no se le permite los apodos, señorita Adhara — notó que la pelinegra iba a contradecir lo dicho, por lo que se apresuró a señalar lo siguiente — La señorita Adhara debe de aprovechar que los señores amos no se encuentran, Kreacher estará atento para avisarles cuando estén por entrar 

— Me has dejado con la palabra en la boca Kreacher — le señaló con un dedo y los ojos entrecerrados — Pero tienes razón, muchas gracias por la breve conversación y por el haberme guiado.

— Ese es el trabajo de Kreacher, señorita Adhara — dijo y con un chasquido, desapareció del lugar.

Adha sonrió, había extrañado a ese malhumorado elfo que se comportaba agradable con ella y que buscaba la manera de ayudar a su renacuajo, como este le había mencionado cientos de veces. Sonrió mirando el lugar donde había desaparecido el mencionado para luego observar con detenimiento la puerta suyo, tocó esta y supo entonces que toda la banda original de las serpientes se reunirían de nuevo, por lo que tendría que hacer uso de una rara combinación entre viejos y nuevos apodos.

— ¡Sev! ¡Renacuajo! ¡Cariño! ¡Rubio! ¡Rubia! — gritó en el momento en que las puertas se abrieron de par en par — ¡Ya llego por quien lloraban! — exclamó divertida observando las caras de sorpresa que los aludidos poseían.

— ¡Adhara! —  gritó Narcissa saliendo de su sorpresa y siendo la primera en correr a abrazar a su amiga que no veía desde que salió de Hogwarts. 

Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora