Omnisciente
Mantuvo su caminar despreocupado sin importarle las miradas y comentarios que tras cada paso se creaban. Desde sus primero años, y por las bromas que junto a sus amigos creaban, él se había convertido en un personaje esencial de la gran mayoría de rumores que el castillo comentaba, en especial, sobre los que lo relacionaban con otras personas. Realmente, las opiniones de los demás sobre él le llegaban, más ahora, cuando el rumor que se había aceptado ese día— lunes para ser precisos— estaba muy lejos de la realidad.
Engañarla...
Tan solo pensar en la palabra le generaba un disgusto inmediato. No, Sirius no podía verse brindando las mismas acciones de afecto a otra persona que no fuera ella, la sola idea le transmitía arcadas. Él sabía, con claridad, que jamás podría dedicarle tan siquiera una mirada, a otra persona, como las que le regalaba a ella. Él reconocía que no sería capaz de estar con otra persona cuando la amaba.
Porque realmente lo hacía.
Sirius había caído por ella desde mucho antes de que lo llegara a aceptar.
Toda buena relación comenzaba con una amistad, y él la llevaba conociendo más de la mitad de años que tenía con vida. Llevaba siendo su amigo y confidente desde mucho antes que entrara a Hogwarts. Durante más de diez años, ella diariamente lo acompañaba, ya sea de manera física o en sus pensamientos, no había forma de escapar de ella ni tan solo un día. Y no, él no creía que se trataba de alguna obsesión, lo que sentía no podía deberse a eso. Porque lo primero que hacía al despertar, era buscarla y no podía evitarlo, era un instinto, realmente se había transformado en un acción que debía hacer para comenzar bien su día. Sirius se había acostumbrado a despertar sintiéndola a su lado, teniéndola entre sus brazos, abrazándola de la misma forma en que ella lo hacía. Y francamente, no podía pensar en otra situación donde despertara y no tenía su compañía.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando tomó el último atajo para poder llegar al destino que había elegido.
No se creía devoto, pero en esos momentos rezaba porque cualquier gran mago, que estuviera dispuesto a escuchar las plegarias de un desesperado adolescente, le permitiera la entrada al lugar al que se dirigía. Que le concedieran el acceso a la estancia que fue testigo de los incontables e idóneos momentos que la pareja había tenido. Poder ingresar al lugar donde sus preocupaciones se extinguían y solo dejaba en su persona el vivo deseo de impregnarse de su presencia.
Sirius tendría sus razones para no ser devotos, y esta ocasión, sería una de ellas. No creyendo que no podía entrar a su lugar, él retrocedió unos pasos antes de volver a pasar con la esperanza de que el cuadro se abriera, como muchas otras veces había sucedido, sin embargo nada sucedió. Negó, acercándose al cuadro y tomándolo de los lados, intentándolo moverlo o abrirlo a la fuerza. La piel de sus manos cogieron un tono rojizo por la fuerza empleada, el sudor empezó a apoderarse de su frente y la sensación de angustia conquistaron su ser.
No podía, no podía ser cierto.
Apoyó su frente en el cuadro, dejando salir el suspiro que suplantó al sollozo. Absteniéndose a la posibilidad de ingresar al lugar donde él sabría podría obtener una charla con ella.
Y como una luz, los sucesos el día del amor y la amistad del curso anterior se hicieron presentes. Existía otra forma, otra manera de entrar, no obstante solo podría intentarlo cuando la oscuridad reinara sobre los cielos. Porque era cosa de ellos, recordó, ser estrellas que solo brillaban en el profundo cosmos de la intimidad.
— ¡James! — llamó cuando lo encontró entre los pasadizos en compañía de sus demás amigos, la pelirroja y castaña.
— ¿Qué sucede, Canuto? —quiso saber con voz preocupada, haciendo conjeturas sobre los problemas a los que se podría haber metido en menos de unas cuantas horas.
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Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1
Fanfiction- Eres peligrosa... - razonó él pero, antes de que ella hablara, añadió - un amor prohibido no creo que sea del todo malo - sonrió acercándose a ella - ¿Crees que olvidaré todo lo que hemos vivido y me alejaré? - ella no podía emitir ni una palabra...