Omnisciente
Un dúo conformado por una castaña y pelinegra reían con gran sentimiento mientras observaban la gran broma que hicieron en Hogwarts.
Todos y cada uno de los alumnos, incluso algunos profesores, dislumbraban con sus nuevos tonos de piel y cabello, con el simple hecho de entrar al gran comedor se notaba la combinación de colores por todos lados.
Además, algunas personas se habían ganado orejas o colas de animales que conjugan con su color, y como no, hacían los sonidos de estos impidiendo que se comunicarán.
Todo esto por el simple hecho de disfrutar el cumpleaños de una las Gemelas. Aquella broma había sido muy contrariada, puesto que a algunos les agradó la idea de un cambio de look mientras que a otros no, en el transcurso de las clases algunos habían agradecido a las gemelas porque los habían hecho más "guapos" o "bellas" de lo normal, ellas se lo tomaban muy bien, y aprovechaban para conversar con aquel chico o chica y reír un poco.
La profesora McGonagall estaba sorprendida y furiosa, ¡No podía creer lo que habían hecho a todos los estudiantes y, parte de ellos, profesores! ¡No podía entender cómo lo habían hecho! Aquellos hechizos superan el nivel en el que ambas alumnas se encontraban, y estaba orgullosa por ello pero, no de la forma en que lo utilizaban, aunque cabe decir que ella también se divirtió al ver a Albus con su habitual barba blanca que ahora cambiababde color de manera inesperada, el había alzado su copa en modo de desearle "Feliz cumpleaños" a la Señorita Lovegood mientras su barba era de los colores de Gryffindor y le sonreía, ella correspondió tal saludo con una reverencia.
Aunque a pesar de tanta felicidad, la castaña se preguntaba dónde podrían estar los merodeadores, los cuales por la mañana la habían sorprendido llenando toda la sala común con globos, fotos, carteles y regalos, además de su nuevo cambio de look, pero luego de ello, no los había visto desde el desayuno.
- ¿Pero no te parece extraño? - la pelinegra se encogió de hombros.
- Sabes como son, de seguro estarán planeando alguna broma para otro día - su vista seguía en su libro, cuando estaba de esa manera uno no podía descifrar si estaba escuchándote o no.
- Sí pero, ¿Justo hoy día? - la castaña se sentía algo desanimada, pensaba que, como ya había arreglado las cosas con Remus, hoy los seis la pasarían juntos bromeando y recordando momentos, escapándose de las clases o yendo a visitar a Rosmerta en las tres escobas. Sin embargo, lo único especial que habían hecho fue lo de la mañana y la broma de las gemelas, sin contar el enorme regalo que Adhara le dió en la madrugada.
- Tal vez estén viendo la manera de quitarse el hechizo - comentó al notar como el ánimo de su gemela cambiaba - Hey, de seguro en el almuerzo vienen y la pasaremos juntos - puso sus manos en sus hombros y la miró directamente a los ojos, la intensidad de la mirada de Adhara ponía nervioso a cualquiera, incluida Paula, quién sentía como sus mejillas iban tomando color - El día recién a empezado, disfrútalo - le guiño un ojo y siguió caminando, seguida por una anonada Paula.
- Todos sentados - al entrar al salón de historia, los alumnos se asombraron al no encontrar la presencia del profesor fantasma puesto que en su lugar habitual se hallaba un muchacho de no más de 20 o 22 años. Los murmullos no se hicieron esperar, en especial del estudiantil femenino, en donde la mayoría comentaba lo guapo que era y como esa aura de misterio les atraía.
- Como se habrán dado cuenta, el día de hoy el profesor Binns no a podido acudir por una reunión en otro lugar - la mayoría siguió murmurando y especulando lo que podía haber sucedido en verdad - Chicos, silencio por favor, como decía, hoy yo me encargaré de dar las clases. Mi nombre es Mikelai Gallagher, y díganme como más le agrade - sonrió amablemente.
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Blood Traitors (Sirius y tú) Blood Saga #1
Fanfiction- Eres peligrosa... - razonó él pero, antes de que ella hablara, añadió - un amor prohibido no creo que sea del todo malo - sonrió acercándose a ella - ¿Crees que olvidaré todo lo que hemos vivido y me alejaré? - ella no podía emitir ni una palabra...