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Capítulo siete:

—¿Qué coño pasó aquí? —corrí hasta el mueble donde Colton Williams se encontraba totalmente magullado y demacrado a golpes, mientras Jayden lo curaba.

Si.

Colton Williams.

Molido a golpes como un saco de boxeo.

Sobre mi sofá.

—Unos imbéciles intentaron robarlo. —Jay me miró mientras seguía limpiando la sangre con toallas húmedas, podía ver la impotencia en sus ojos. —¿puedes traerme el botiquín de primeros auxilios que está en mi habitación?

Asentí y subí rápidamente. La idea de que una persona le hiciera eso a Colton es inimaginable. Más bien, la idea de que golpeasen así a una persona, me parecía tan horrible.

Llegué a la habitación de Jay y tomé el botiquín algo mareada. Todo estaba bien y de repente me encontraba con esto.

Esta no era la forma en la que quería volver a ver a Colton.

—Aquí tienes. —le tendí el botiquín a JJ y lo abrió, pero maldijo cuando no encontró lo que buscaba.

—Mierda. Quédate con él. ¿Puedes hacer presión aquí, por favor? Iré a buscar algo para cubrir la herida de su ceja. —me señaló la herida y asentí. Tomé el lugar de mi hermano en el mueble y me senté a su lado.

Se veía tan vulnerable.

—Ouch. No tan fuerte cariño. —me estremecí al escuchar su ronca voz hablarme con diversión, todavía con los ojos cerrados.

No pude evitar sonreír. Y mi corazón empezó a despertar por segunda vez en la noche.

—Lo siento, pero sangra mucho. —fije mi vista en sus heridas, en realidad sólo eran raspones, mañana seguro se verían mejor.

—Gracias.

Mi, ya alegre corazón, aleteó ante sus palabras.

>>Tu y tu hermano me ayudan demasiado. —vamos Olivia, no caigas.

—Es mi casa. Por eso estoy aquí. —me reí y el sonrió, pero inmediatamente gimió de dolor. Su labio también estaba roto.

>>Cuidado. —tomé otro algodón y limpie su herida.

Vaya, sus labios son tan rosados.

—Si sigues viéndome la boca así, no me hago responsable por lo que pase después. —me sonrojé por que no se en que momento había abierto los ojos y me había cachado. Pero no podía evitarlo.

—Sólo estaba concentrada en limpiar. —me levanté cuando Jayden volvió y trajo consigo unos adhesivos que hacen la función del hilo y aguja. En realidad no recuerdo como se llamaban, pero tenía muchos.

—Hasta que al fin despiertas. —se sentó a su lado y bañó la herida en agua oxigenada antes de ponerle los adhesivos.

—¿Lleva mucho tiempo aquí? —con los ojos abiertos Colton no se veía tan afectado, quizás mañana tenga los moretones, pero estará menos hinchado.

—Quizás unos veinte minutos.

—Oh, eso es bastante.

—Si. —el chico de sonrisa seductora cerró los ojos de nuevo con una mueca de dolor, como si la cabeza le fuera a explotar.

Así que me dirigí a la cocina y tomé un analgésico, un vaso con agua y pomada para los moretones.

Sabía que ambos debían hablar, no me comía el cuento de que había sido un robo. Así que esperé unos minutos hasta que empezaron a murmurar, y desde donde estaba podía escuchar los susurros de la sala.

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora