Capítulo treinta y cuatro: (foto de Colton y Hope arriba)
Estaba en shock.
No tenía ni idea de todo esto.
Muchas preguntas en mi mente aparecieron, así como otras ya no necesitaban ser respondidas. Mi pecho dolía, era demasiada información para procesar.
Me sentía estúpida porque no recordaba haber leído ninguna noticia al respecto, ni en el noticiero, ni por mis padres, mucho menos de Jayden. En la secundaria no hablaba con nadie más que Sophie, pero aún así no recuerdo haber oído ningún comentario al respecto.
¿Tan sumida estaba en mi propio mundo?
Quise abrazarlo.
—Ella lo era todo para mi.
Mire sus ojos inundados de oscuridad y vacío, llenos de lágrimas otra vez.
—¿Por eso los chicos de BASIS están buscándome? ¿Quieren hacerme lo mismo por ser la hermana de Jayden? ¿Ella era tu novia? ¿Por qué estabas en su auto aquel día?
Pregunté antes de poder retractar mis palabras, no quería abrumarlo, pero ya que estábamos aquí, quería saber lo más posible.
Lo vi sentarse sobre su cama con la mirada perdida, así que con lentitud imite su acción y me senté a su lado.
—Hope y yo nos conocimos en preparatoria, cuando las cosas con mi madre eran más difíciles, ella fue mi esperanza. —sonrió con tristeza. —era divertida, llena de alegría. La hermana del capitán del equipo BASIS, nuestro mayor rival, pero eso hizo que me encantara incluso más, era pura adrenalina.
>> Tenía un aura llena de vida, ambos éramos conscientes de que su hermano no nos quería juntos y aún así luchamos, siempre. Creo que si no hubiese sido por ella, ahora mismo no sería quien soy hoy en día. Me enseñó como se sentía la felicidad.
Era la persona más importante de mi vida. Porque a pesar de mis errores, ella siempre estaba ahí, me brindaba buenos momentos, nos reíamos juntos, me apoyaba en todo. Cuando estaba triste ella hacía lo imposible para que estuviera feliz, cuando necesitaba hablar con alguien ella siempre estaba ahí, no se enamoró de mí por cómo era físicamente, se enamoró por como la trataba, por cómo se sentía junto a mí, yo me enamoré de lo pura que era su alma, por su ternura disfrazada de frialdad y de su miedo escondido detrás de su sonrisa. Ella lo era todo. Éramos una pareja explosiva...
Estaba impresionada, nunca había visto aquel brillo en los ojos de Colton, de vez en cuando soltaba lágrimas pero la sonrisa nunca abandonó su cara, la recordaba con felicidad.
Que ironía ¿no? Que ironía la del ser humano al ponerse triste recordando momentos felices.
—Esa noche, había peleado con Lukas y condujo por horas para ir a mi campamento. Me tomó por sorpresa y me pidió que nos escapáramos, no para siempre, solo el fin de semana. Así que tomamos su auto que estaba a nombre de su hermano, y conduje por la madrugada con rumbo a dónde sea, solo porque quería verla feliz.
Negó con la cabeza.
—No debí haberle hecho caso...
—No sabías que eso pasaría.
—Como sea, los chicos me cubrieron con el entrenador y todas las personas que preguntaran por mi; nos apoyaban, la querían, era como una más del equipo, era la hermana menor de todos... y mi novia. —sorbió por la nariz y se limpió las lágrimas con brusquedad, cambiando su expresión a una de impotencia. —íbamos discutiendo, ella estaba molesta, ni siquiera recuerdo porque le gritaba, pero amenazó con bajarse del auto y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos dando vueltas por el aire... Hope no tenía el cinturón de seguridad y cuando caímos fuera de la carretera un tronco se incrustó de su lado haciendo que la puerta le fracturara la columna. —se quedó callado unos segundos. Pensé que no seguiría hablando.
>> Yo sufrí cortes profundos tratando de sacarla, pero era imposible, absolutamente toda la mitad de su cuerpo estaba bajo la chatarra.
Se levantó con lentitud, pensé que caminaría por ahí, o incluso, me pediría que me fuera.
Pero no.
Cuidadosamente se levantó la camiseta y se colocó de espaldas, enseñándome las cicatrices. Largas, gruesas. Desde los hombros hasta la espalda baja, algunas más irregulares que otras.
—Algunas de estas casi me cortan nervios importantes, pero, supongo que por fortuna, no lo hicieron.
—Dios... Colton...
No me importó que se sintiera extraño, repasé aquellas marcas con la yema de mis dedos, permitiéndome derramar algunas lágrimas. A este chico le habían cortado las alas de raíz, para caer en el infierno y no poder ser salvado.
Porque aunque quisiera, jamás podré quitar este sucio recuerdo de él.
No me sentía celosa, mucho menos molesta. Entendía que se había enamorado y que esa chica lo había hecho feliz, ¿por qué ser tan egoísta y odiar una de las pocas personas que le han sacado una sonrisa de verdad?
—Las odio, no he vuelto a ir a la playa desde ese entonces, ni a algún lugar que amerite que me saque la camiseta. —volteó y me miró desde arriba. —Son un vivo recuerdo de ese día.
No entendía como podía decir eso.
—Colton, eres hermoso.
No creo que se haya esperado esa respuesta, porque entreabrió la boca unos centímetros.
—Todo de ti es hermoso. Desde la cabeza hasta los pies. Tu sonrisa, tus ojos, tu cabello, tus brazos, tu boca, incluso tu piel. —sonreí temblorosamente, tenía la necesidad de hacerle saber todo aquello. —Para mi representa un acto de amor puro, trataste de salvarla. Y en tu espalda está el recuerdo de tu amor por ella, porque nadie se arriesgaría tanto por cualquier persona.
En algún momento de mi discurso, sus labios impactaron con los míos en un beso triste, lleno de consuelo. Delicado, un simple roce es lo que definiría aquella unión, pero se sentía hermoso. Saber que estaba abriéndose a mi con demonios tan grandes me hacía sentir especial.
A partir de hoy, yo, Olivia Jones, me comprometo a hacer a Colton Williams el chico más feliz que alguna vez pudo ser.
No se si lo logre, pero lo prometo.
Trataré.
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23:15 [LHC #1]
Teen Fiction[Primer libro de la trilogía: La Hora Cero.] -No lo entiendo, ¿porqué insistes en quedarte?-me abracé a mi misma y miré por la ventana. El gran ventanal con vista a aquella gran ciudad ahora inundada por un gran diluvio. -¿Es que no lo ves? Olivia...