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Capítulo once:

—Muy bien chicos, los he convocado aquí por ya obvias razones. —Jayden apoyó su brazos sobre sus rodillas sentado en uno de nuestros sofás.

Todos los grandotes se encontraban distribuidos por toda nuestra sala, comiendo pizza. Algunos en el mueble, otros en el suelo, algunos simplemente de pie.

Pero Mika no llegaba.

—Los chicos de Lukas, de la secundaria BASIS high. —explicó para mi y para Sophie. —han decidido vengarse por el asunto que todos pensábamos que había quedado en el pasado, el cual por juramento hemos decidido no decírselo a alguien fuera del equipo. —me miró de reojo. —Esto es serio, muchachos, ese asunto no quedará en el pasado tan fácilmente, han atacado a dos de nuestros chicos, uno de ellos el capitán, y por lo que todos saben, si Chris no puede estar, yo ocuparé su lugar hasta que regrese. Creemos que nos están atacando por los números que tenemos en el campo, y si eso es verdad, Mika es el siguiente.

Esperen, hicieron un juramento para no decírselo a nadie. ¿Qué habrán hecho? La curiosidad empezó a picarme todo el cuerpo.

Un chico de cabellos pelirrojos levantó la mano.

—¿Dónde está él?

—Vendrá en unos momentos. —respondió pero al mismo tiempo evadió la pregunta. —pero creo que ya se ha tardado bastante.

—Le enviaré un mensaje. —respondí y sentí la mirada penetrante de todos los miembros del equipo sobre mi, en especial de Colton.

El mismo chico que había hecho la pregunta se veía pensativo, y a la primera no dudó en soltar sus comentarios desesperados.

—¿Porqué ahora? Todo lo que pasó fue un accidente. ¿Porqué vengarse un año después? Ese día... —Colton le lanzó una mirada de advertencia.

—Estás hablando demasiado. —rugió.

Todos en la sala quedaron en silencio.

¿Qué pasó ese día?

Relájense, no va a pasar nada mientras nosotros encontremos la manera de detenerlos.

—¿Los golpeamos? —preguntó un grandulón de color y dientes blancos como en las propagandas de Colgate.

—No, Hunter. Debemos establecer una especie de seguridad entre nosotros, nadie se puede enterar de esto, ni siquiera el entrenador. Sólo las personas perjudicadas tienen derecho a enterarse. —carraspeó. —Y eso también incluye a la persona que más les importa. Dejaron un mensaje con Chris y lo que dijeron fue alarmante.

—"Les daremos una cucharada de su propia medicina, y luego, una paliza." Fueron las palabras de Lukas según Chris, y todos saben lo que significa. —sentí la presencia de Colton sobre mi hombro y los vellos de mi nuca se erizaron.

—Esos hijos de puta. —uno de los chicos se levantó y pateó con fuerza el aire, visiblemente molesto. —¿Cómo se atreven a meterse con nuestra gente?

—¿Crees que a ellos les importa? Todo lo qué pasó fue culpa del equipo. —JJ se paró como un resorte.

—Tío pero nosotros también hemos salido perjudicados, que no se te olvide. —el chico de piel blanquecina, el que me habló cuando les abrí la puerta, le dijo con recelo, haciéndolo entrar en razón.

Pero yo cada vez me encontraba más confundida.

Toda la conversación fue interrumpida por el toque débil de la puerta, incluso, si no hubiésemos quedado en silencio, creo que ni siquiera lo habríamos escuchado.

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora