Capítulo cincuenta y dos:
Observaba como todos los estudiantes entraban al gimnasio con su respectiva pareja y sonrisas de oreja a oreja. Vestidos de lentejuelas, encaje, esmoquin por aquí, corbata por allá. Todos hablaban entre todos, el DJ estaba haciendo su magia, la mesa de comida estaba espectacular, el puesto de fotos estaba decorado a más no poder. Las luces en forma de copos de nieve guindaban del techo creando un ambiente delicado, las mesas tenían total iluminación y eran ocupadas por estudiantes de todos los años, pero especialmente por los de último grado, todos un poco nostálgicos. Hoy era una noche de fiesta para Easton High, todos estaban felices.
¿Entonces por qué yo no me sentía así?
Aquel beso no paraba de repetirse en mi cabeza. Pude sentirlo, sentía que Colton todavía me quería, pero no entendía porque no quería estar conmigo. Volvía unos meses atrás y me sentía como si no supiese nada de él, de nuevo.
Me acerqué a la esquina donde se encontraban algunos de los chicos. Tyson, Chris, Mika, Owen, Shawn, Jayden y Sophie bromeaban entre ellos sin parar de reír, claro que para todos ellos pasaban desapercibidas las miradas que se daban los dos chicos con cabellos más opuestos del círculo, pero yo veía claramente esos ojos cómplices.
—¡Olivia! ¡Te ves preciosa! —Mika se acercó a mí y me abrazó.
—Tú tampoco estás nada mal, eh.
—Has hecho un gran trabajo, no puedo creer que hayas sido capaz de hacer todo esto tú sola. —dijo Chris, tomando de la cintura a una pelirroja, creo haber escuchado que su nombre es Eva.
—En realidad yo no-
—¡Un brindis por Olivia! —los ocho juntaron sus vasos de ponche, incluyendo la chica, y brindaron a mi salud.
—Salud por la mejor amiga de todas. —me abrazó Sophie, quien sabía que no me encontraba del todo bien después de aquel encontronazo.
—Y por la mejor hermana. —le siguió Jay.
—Y por la mejor hermana postiza del equipo. —dijo Owen, sorprendiéndome.
—Callaos ya chicos, que me vais a hacer sonrojar. —oculte mi rostro entre mis manos, pero fui jalada por el brazo por una persona desconocida. Oh, si, Jordan.
Lucía unos pantalones caqui hasta el ombligo, tirantes marrones y camisa blanca, seguido de unos zapatos informales de color blanco también y sus inconfundibles gafas de metal fino. Este chico podía lucir bien en las combinaciones más extrañas posibles.
—¡Vaya! Te ves muy bien. —dijo, sonriéndome.
—Tú te ves genial también. —le devolví el gesto.
—Lamento interrumpir, pero tienes que abrir la pista de baile con un discurso, el director está esperando. —asentí y caminé al escenario para tomar el micrófono, tenía un poco de nervios, pero estaba orgullosa del resultado y creía que a todos les gustaba también.
La música fue detenida y la mayoría me prestó atención. Profesores y alumnado.
—Buenas noches, comunidad de Easton High. —dije, haciendo que todos gritaran de felicidad. —esta noche estamos aquí para celebrar el baile de invierno 2019, gracias por venir hoy, todos lucen bastante bien, así que ¿qué les parece si bailamos un poco y encendemos esta fiesta?
Mi discurso fue terminado y una canción pop empezó a resonar en todo el lugar, mientras los adolescentes se dirigían a la pista a bailar. Muchas personas se me acercaron para felicitarme, dejándome anonada porque jamás había tenido tal reconocimiento, pero igualmente me sentí dichosa.
—Buen trabajo, señorita Jones, usted ha tenido una de las mejores organizaciones que he visto estos últimos años. —el director se plantó frente a mí a felicitarme, pero a medio discurso dejé de escuchar lo que decía cuando vi a Colton entrar de la mano de Holly al gimnasio.
Con el traje que le había visto más temprano, sostenía a la asiática, ahora, de la cintura. Iba enfundada en un vestido perfectamente ajustado a todo su cuerpo de color rojo, haciéndola lucir como una diosa. Y de pronto, mi vestido no era tan lindo como yo pensaba.
Sus ojos captaron los míos, pero ya no desprendían aquella vibra que había visto más temprano. Se veía fastidiado de estar con ella, y luego se vió triste cuando los chicos del equipo pasaron por su lado sin dirigirle una mirada.
Me sentí mal por él.
Y cuando Holly se separó de su costado para irse con sus detestables amigas, supe que era el momento de acercarme.
—Si, que bueno que le haya gustado señor director. —siendo un poco irrespetuosa me alejé del viejo a paso lento, hasta pararme frente al moreno de ojos tristes y cicatriz cerca de la boca.
Le sonreí y él también me sonrió.
—Vaya, el gimnasio luce grandioso. —me dijo como si fuésemos dos desconocidos, como si jamás hubiésemos hablado antes.
Y en parte, sentí que era un nuevo comienzo.
—Si, ha sido bastante difícil pero lo hemos conseguido. —no sabía que decir, pero esta conversación equis estaba resultando bastante cómoda, lo cual me hizo reír de lo irónico que era.
—¿Qué? —preguntó con una sonrisa, pero no divertida, sino como si le gustase verme reír.
—Es algo extraño que nos hablemos como si fuésemos desconocidos. —susurré, quizás porque podía arrepentirme.
—No creo que jamás pueda volver a verte de esa forma.
Cuando dijo eso subí la mirada hasta la suya, pero fuimos interrumpidos por Maddison. ¿A caso hoy todos van a interrumpir?
—Siento molestar, pero te necesitamos, Olivia. —asentí a mi responsabilidad y en cierta parte estaba agradecida, no sabría que hubiese podido contestar a eso.
Con una última mirada caminé detrás de la rubia, era momento de que cantara la primera canción lenta de la noche y hace unos días había decidido cual. Iba a cantar la canción de aquella pequeña memoria que Sky me había entregado.
Aquella que estaba dirigida hacia mí, de parte de Colton.
Sabía que en el momento en que empezara a recitar la letra, él sabría que ya había leído la carta. Y tenía miedo de lo que podía pasar después, no podría soportar que me alejara otra vez. Ya no quiero evadir esto que siento.
Le entregué el CD al chico encargado de la música y me coloqué en medio del pequeño escenario, mientras la pista empezaba a reproducirse. Poco a poco las parejas fueron formándose, dejando sólo en la pista a aquellas personas que compartían un vínculo amoroso, o eso pensaba yo.
No me atrevía a mirarlo, no quería ver su expresión, pero sentía su mirada perforar mi mejilla, y eso estaba matándome.
Poco a poco fui cerrando los ojos y dejándome llevar, y para cuando terminé la canción pude ver como salía del gimnasio sin siquiera dirigirme una mirada. Se estaba yendo y no sabía porqué.
Genial, lo había arruinado.
Sonreí a los aplausos y salí corriendo detrás del moreno, pero en el camino fui detenida por Shawn, y por otros chicos, quienes me miraban sonrientes, más de lo normal de hecho.
—¡Olivia! Vayamos a tomarnos unas fotos. —Liam me tomó de los hombros y me guió al pequeño escenario con un marco azul, donde tenía escrito "Baile De Invierno 2019".
—Pero, yo-
No me dejaron terminar, simplemente empezaron a hacer muecas frente a la cámara.
—Sonríe un poco, guapa. —me dijo la chica detrás del marco, pero ya ni siquiera recordaba su nombre.
Sólo podía ver por donde él se había ido.
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23:15 [LHC #1]
Dla nastolatków[Primer libro de la trilogía: La Hora Cero.] -No lo entiendo, ¿porqué insistes en quedarte?-me abracé a mi misma y miré por la ventana. El gran ventanal con vista a aquella gran ciudad ahora inundada por un gran diluvio. -¿Es que no lo ves? Olivia...