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Capítulo diecinueve:

—Suficiente, no harás esa especie de juego macabro. —Colton tomó la carta y la guardó en su bolsillo.

Se la traté de arrebatar.

—¿Estás loco? ¿A caso viste como se llama el juego?OliviaXColton, cualquier persona con cuatro dedos de frente sabe lo que significa.

—No jugarás Olivia, he dicho.

—Voy a hacer lo que ellos me digan si eso significa saber que traman. —tensé la mandíbula, viendo como la suya se apretaba más.

—¿Es que estás loca? No voy a dejar que te metas en la boca del lobo.

—No voy a dejar que tu te lleves todo el peso, en especial si hay manera de salvarte.

Paso las manos por su cabello y tomó una respiración profunda. Sus ojos se suavizaron y me miraron con súplica.

—No puedo dejar que hagas eso, Olivia. Esos chicos son capaces de más cosas de las que nosotros creemos, y lo han demostrado con las últimas amenazas enviadas. Por favor, no caigas en su juego. —sus manos subieron hasta mi rostro y lo tomaron. Una corriente eléctrica me recorrió y mi garganta se cerró. —te lo suplico.

Lo pensé un momento, tratando de calmar mi corazón.

—No quiero quedarme sentada y ver como te persiguen.

—Si haces eso es mejor a que aceptes caer en su trampa, por que no soportaría ser yo el que te tenga que salvar a ti.

Mi corazón subió por mi garganta. Su cercanía y su calor estaban impregnándose en mi piel y su olor me estaba desconcentrando.

—No te prometo nada. —susurré, esperando que se acabara la conversación.

Desde hace rato mi mente había olvidado la carta y había volado al bosque bajo las estrellas, recordando aquel espectacular momento. ¿También pensará en ayer?

Sus ojos conectaron con los míos y me miró de esa forma en que logra desencajarme. Sonreí sin saber porqué.

—Te ves hermosa hoy. —si antes pensaba que mi corazón no podía acelerarse más, estaba equivocada.

No creo que sea sano que lata tan rápido.

El sonrojo atacó mis mejillas y me fue imposible responder, sus manos seguían sosteniendo mis mejillas y yo su cintura. Quería derretirme ahí mismo.

El timbre nos sacó a ambos de nuestro trance, alejándome con pesar de él, tomé mi mochila y esperé a que él tomara sus cosas. Pero lo detuve antes de salir.

—Nadie puede enterarse de la carta.

Asintió de acuerdo.

Caminó a mi lado en silencio hacia la primera clase, muchas personas susurraban a nuestro al rededor. Claro, era Olivia la nula Jones junto a Colton Williams.

Hasta a mi me resultaba imposible de creer.

—Han corrido los entrenamientos para las horas de gimnasia, o sea que ya vendré a las primeras horas de clases.

Sonreí feliz de escuchar eso, así podría pasar más tiempo con él.

—¿Porqué antes de las tutorías nunca entrabas a clases?

No me acordaba de eso, pero por alguna razón se me vino a la mente.

—Por que no tenía razones para entrar. —me guiñó un ojo antes de doblar la esquina y entrar al aula.

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora