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Capítulo cuarenta y nueve:

Semana del baile.

Todo era absolutamente una locura. La decoración, la comida, la música.

Todo debía estar listo para el sábado y ni siquiera habíamos empezado a decorar el gimnasio. Estaba a punto de explotar.

Mika y Owen estaban tratando de llevar aquella relación tan extraña que tenían, luego de haberme enterado había prestado atención a algunos detalles y me había podido dar cuenta de los roces de sus manos cuando estábamos en el almuerzo, o de las miradas de soslayo en el campo. Me resultaba tiernísimo.

Jayden y Sophie estaban próximos a cumplir el segundo mes y no podía sentirme más incomoda cuando mi amiga llegaba a mi habitación a despotricar contra mi hermano, para luego ir y tener sexo de reconciliación en su cuarto. Si, los había escuchado.

Luego estaban los chicos del equipo, que me servían de pared cada vez que Colton se acercaba con Holly, aunque igualmente no podía escapar de la mirada furtiva del moreno. Había estado muriendo por tocarlo o hablar con él aunque fuera un minuto, pero jamás iba a admitirlo en voz alta.

No frente a él.

—¿Olivia? —salí de mis pensamientos y observé al comité mirarme expectantes, nos veíamos exhaustos, todos teníamos ojeras y algunos ya ni se molestaban en tratar de verse mejor, simplemente estaban ahí.

—Lo siento, ¿qué decían?

—Cantarás la primera canción lenta de la noche, ¿sabes cuál quieres cantar? —los mire confundida.

—Nunca dije que iba a cantar.

—Oh, lo siento, el director dijo que lo harías. —lo pensé un momento, de todos modos no tenía una pareja a la qué dejar abandonada.

—Está bien, cantaré, pero solo una canción. —todavía seguía teniendo nervios al respecto, pero me había animado más cuando todos mis amigos habían dicho que les encantaba mi voz.

—¡Perfecto! —Sidney me entregó unas fotos y pude ver varias luces en formas de copo de viene, fibras, lluvia y algunas que otras luces de navidad. —esas son las luces decorativas que vamos a usar, algunas las he sacado del deposito de mi padre para no tener que gastar tanto dinero. —la pequeña asiática me miró expectante. —...¿te gusta?

Le sonreí porque, hace rato me había dado cuenta de que ella trataba de impresionarme.

—Son espectaculares. —la chica festejó en silencio, y me sentí muy bien cuando los ojos se le incendiaron de orgullo por haber hecho algo bien.

—Hoy mismo empezamos a decorar el gimnasio. —asentí viendo los folletos de invitación. —y las invitaciones ya han salido en el periódico escolar, todo está listo.

—¿Han llamado los de la agencia de festejos?

—Si, tienen la comida lista para el sábado. La seguridad también ha confirmado, ¡ya casi terminamos!

Escuché la campana sonar, y me extrañé pues lo hizo antes de tiempo, pero igualmente tomé mis cosas y me levanté.

—Nos vemos esta tarde para empezar a decorar, Maddison. —la rubia asintió hacia mi. —hasta luego, chicos.

Caminé hasta mi casillero para sacar mis libros, mi siguiente clase era psicología, y la compartía con la parejita del año, ya saben de quien hablo.

—¿Olivia? —volteé y casi se me caen los cuadernos de la mano al ver a Shawn parado frente a mí, con un ramo de flores y mucha gente a nuestro al rededor viéndonos fijamente.

¿En que momento llegó toda esta gente aquí?

—¿Shawn? ¿Qué haces? —sonreí con nerviosismo.

—Se que es un poco tarde, pues dentro de dos días es el baile, pero ya que tú, Olivia Jones, no tienes pareja para esa noche tan especial, y yo tampoco, ¿Qué te parece si le haces un favor a este fabuloso chico de acompañarlo a nuestro último baile de invierno? —observé todas las miradas expectantes.

Y de pronto, entre la gente, vi la cara de Colton. No se veía molesto, ni furioso. Solo... neutral.

Que te den por culo.

Está bien. —acepté y lo abracé mientras todos aplaudían, me sentí como en una película y le susurré en el oído: —¿La chica de segundo te ha rechazado?

Vi a Colton perderse entre la gente.

—Sólo abrázame.

Reí para ocultar el sentimiento de amargura en mí. A pesar de todo, quería ir al baile con él, no con Shawn.

Con el ramo de flores en mano llegué hasta el salón y me senté en la primera fila, donde Sophie me esperaba con una sonrisa pícara al ver lo que tenía en manos. Algo me dice que ella ya lo sabía.

—Vaya, has recibido tu invitación. —levantó las cejas con sensualidad, haciéndome reír.

—Si, pero solo porque lo han rechazado. —dejé la mochila en el suelo y vi como Colton entraba sin siquiera dirigirme una mirada, simplemente se sentó en una de las últimas filas con la vista en la ventana.

Me sentí un poco mal.

—No le prestes atención. —Soph me susurró, y así hice.

El profesor entró al aula y, en vez de empezar a escribir en el pizarrón como siempre hacía, decidió tomar la clase oral.

—Muy bien chicos, este mes hemos estado hablando de las relaciones humanas y la psicología de la motivación y la emoción. —se volteó y escribió algo en la pizarra. —pongamos un escenario; ¿Cómo describirían ustedes la estimulación de una persona en tal caso de que esté enamorada?

—Pues la masturbación. —dijo un chico de cabellos rizados, haciendo que todos estallaran en carcajadas.

—No, Isaiah, me refiero a que, ¿esa persona que encuentra de estimulante en la vida cuando está en ese estado? ¿Cual es su motivación?

—Ver a esa persona todos los días. —la voz de Colton cortó el silencio, creando un aura tensa.

—Es cierto, y la persona de la que están enamorados, ¿cómo se siente al respecto?

—Depende. —no podía faltar Holly. —si el enamorado ha dejado de estarlo, en algunos casos la otra persona se siente triste y miserable porque lo han cambiado por algo mejor.

—Creo que nos estamos...

—Pues a veces las personas se sienten así porque se dieron cuenta de que todo resultó ser un teatro. —el pobre profesor trataba de intervenir, pero las miradas tensas entre Holly y yo eran más fuertes.

—Es verdad, contigo la única manera era fingir.

—¡Silencio!

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora