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Capítulo veintisiete:

Maratón 2/3

Colton Williams.

Cuando llegamos a la secundaria eran exactamente las 00:00.

El aura era pesada y era imposible no sentir las malas vibras, pero igualmente nos adentramos. No llevábamos teléfonos porque así lo pedía la carta, y habíamos decidido no llevar ningún arma. Eso solo podría meternos en asuntos legales.

Todos los chicos del equipo, sin incluir a Chris y a Mika, estacionaron de forma aleatoria por todo el perímetro para cuidarnos la espalda, todo lo que durara el encuentro.

Nunca se sabe cuando se trata de BASIS.

—Este lugar parece un cementerio. —los tres caminamos por el pasillo a oscuras, no se escuchaba nada más que nuestros pasos y respiraciones aceleradas. Sabía que Jayden temía, si Lukas iba a cobrar el asunto del verano pasado, significaba que Olivia corría el mayor riesgo posible.

Y esa idea no me agradaba para nada.

—Pronto lo será si estos chicos nos tienden una trampa. —sonreí ante la voz de Mason y entramos a la cancha de basket. Solamente iluminada por una luz.

—Solo no bajen la guardia, tíos.

—Hay que ser lo más flexible que podamos, a toda costa debemos evitar esta guerra.

Un ruido nos hizo callar, pero nadie se movió de su lugar, como estatuas.

—Lo siento por el retraso. —los tres volteamos hacia la oscuridad.

Lukas Warren caminó hacia nosotros con lentitud, haciéndolo todo un poco más pesado.

Este chico está loco.

—No hay problema, acabamos de llegar. —Jay tomó el mando y se posicionó delante de nosotros, como un líder.

—¿Tus chicos también acaban de llegar? —mi estómago se apretó. —Jones... parece que no aprendes. —se cruzó de brazos. —hemos sido honestos y no hemos traído a nadie más, pero al parecer les gusta jugar sucio.

—Es solo por precaución.

—Pues entonces, hagamos que valga la pena.

No se en que momento el rubio al lado de Lukas se lanzó encima de mi, pero logré esquivar su puñetazo y devolvérselo.

—¡Sal de aquí, Colton! ¡Llama a los demás!

Mi visión se tornó casi opaca e hice lo que Jayden me gritó. Golpee al chico en el estómago y luego estrellé su cabeza en mi rodilla para salir corriendo.

Tengo que llegar y buscar a los chicos.

No lo persigas, deja que se encarguen de él.

Fue lo último que escuché antes de salir.

Olivia Jones.

—¿Quién ha gritado eso? —mi corazón se disparó ante el grito desesperado que resonó en todo el lugar.

Pero dejó de latir al escuchar su nombre.

—Es Colton.

Mika y yo salimos corriendo hasta llegar al origen de aquella voz. El cuerpo inconsciente de Shawn era sostenido por los brazos de Colton.

Mi pecho se hundió en un mar de emociones.

Se veía masacrado, tenía sangre y rasguños por todos lados, con los ojos cerrados e inyectados en sangre.

—Tenemos que sacarlo de aquí. —Mika hizo el amago de levantarlo, pero lo detuve.

—Pesa demasiado; tu abdomen. —ignoré la mirada de Colton perforando mi mejilla y tomé un brazo de Shawn para pasarlo por detrás de mi cabeza. —vamos.

Entre el moreno y yo sacamos al grandote hasta la salida de emergencia, donde Owen rápidamente tomó mi lugar y pudieron llevarlo hasta el auto.

—Tenemos que salir de aquí, algún vecino ha llamado a la policia y no tardarán en llegar. —volteé dándome cuenta de que éramos los únicos aquí. Incluso los chicos de BASIS se habían ido.

—¿Dónde está Jayden?

No lo veía por ningún lado.

—Iré a buscarlo. —Colton corrió dentro de nuevo, pero Liam fue detrás de él al ver que quería ir también, así que me detuvo.

—Vamos Shawn, despierta. —volteé para ver a Landon tratar de hacerlo volver en si.

Tratando de calmar mi respiración me acerqué a él, dándole palmadas en la cara no despertaría.

—¿Trajeron un botiquín de primeros auxilios? —pregunté, recostándome en la puerta del auto. El grandulón estaba sentado en el puesto del copiloto inconsciente.

—No, no hemos traído. —se alejó un poco cuando el susodicho empezó a toser y a despertar.

De pronto, las sirenas de policía empezaron a escucharse a lo lejos.

—¡Tenemos que irnos! ¡Vamos! —mire a todos lados y me di cuenta de que todavía no volvían ni Colton, Jayden o Sophie.

—Vamos Olivia. Ellos saldrán de ahí. —Mika me obligó a entrar en el auto de alguno de estos chicos, pero me rehusé.

—Tenemos que buscarlos, no podemos dejarlos ahí.

—¡Ya salieron! —algunos ya habían salido de las instalaciones, cuando el vehículo donde yo iba arrancó también.

Por la ventanilla vi como subían en un auto gris, mientras los autos de policía doblaban la esquina también.

Pero las luces se alejaban cada vez más.

23:15 [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora